Informe - Save the Children
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Aunque la investigación hace referencia a la atención institucional que se realiza a los menores<br />
en las situaciones de violencia de género, las distintas entrevistas mantenidas nos abren una<br />
nueva puerta: la atención que reciben estos niños y niñas por parte de sus padres/madres en<br />
estas situaciones especialmente dolorosas para ellos.<br />
Se habla, por una parte, de las ocasiones en que la perversión del propio sistema lleva a la<br />
realización de denuncias de malos tratos para facilitar medidas civiles en los procesos de<br />
separación. Nos parece que esto supone ya un grave perjuicio para los niños y niñas, siendo<br />
utilizados por ambos progenitores para un beneficio propio.<br />
Por otra parte, se habla de la desatención que las mujeres hacen de sus hijos e hijas: “debido a<br />
la situación vivida en muchos casos no cumplen esta función (se refieren a la función<br />
educativa) y se dan cuenta de la situación una vez que entran en la casa y están en una<br />
situación que les permite ver la realidad con respecto a sus hijos e hijas/as” (Trabajadora<br />
Social). Esto lleva a considerar que los hijos e hijas de mujeres víctimas se encuentran en una<br />
situación de alto riesgo que no es tenida en cuenta con la suficiente claridad por muchos de<br />
los servicios que atienden a las madres ni los programas de tratamiento de los padres. En este<br />
sentido, se hace necesario trabajar en la conciencia de la responsabilidad que también los<br />
padres tienen en la desprotección que viven sus hijos e hijas en estas situaciones.<br />
* Atención residencial residual:<br />
Teniendo en cuenta a los niños y niñas, consideramos que se hace necesario buscar<br />
alternativas a los Centros, ya que éstos marcan su vida. La atención en Centros debiera ser<br />
algo residual, hay que tener equipos especializados de tratamiento para niños y niñas, y un<br />
tejido de sostén que normalice y no estigmatice. En situaciones de protección especial, la<br />
justicia y la policía han de garantizarla; pero una mujer no puede estar escondida durante<br />
mucho tiempo: si ha de pasar por Centro de Emergencia (de 15 a 30 días) para pasar<br />
posteriormente a un Centro de Acogida (estancia intermedia) y luego Piso Tutelado (larga<br />
estancia), los cambios de domicilio, escolarización, personas de referencias, etc. que ha de<br />
sufrir el niño y la niña implicarán seguramente, un deterioro importante en su estabilidad y<br />
desarrollo.<br />
La dificultad para la permanencia de los hijos varones adolescentes (en algunos Centros no<br />
permiten su estancia a partir de los 11 años) no es valorada muy positivamente por las dos<br />
madres entrevistadas que tenían hijos mayores. Ambas decidieron no ir a los Centros de<br />
Acogida si no podían ir acompañadas por todos sus hijos.<br />
Por otra parte, aunque en las visitas realizadas a los Centros Residenciales tanto de la red<br />
pública como privada se observa que éstos reúnen las condiciones adecuadas para la<br />
permanencia de la mujer y sus hijos e hijas (en el caso en que les permitan el acceso) “se<br />
observa que muchos de los centros de la red pública están situados en barrios con entornos<br />
marginales y violentos, lo que dificulta en muchos momentos la intervención al pasar de vivir de un<br />
entorno de violencia familiar y doméstica a un entorno social de similares características”.<br />
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