por tad a - Reporte Indigo

mundo
ran partes del muro afuera de su
tienda para que la gente pudiera
entrar y salir fácilmente. “No
hay gente mala aquí”, insiste el
iraquí.
La patrulla se dirige entonces
hacia la apertura más cercana
del muro, a un punto de control
iraquí. Se acerca un hombre vestido
con un traje limpio, camisa
marrón y corbata. Su frente está
empapada en sudor. Tiene prisa.
Del otro lado de la barrera está
su sedán, brillante y azul, repleto de flores
de lavanda. El hombre necesita llegar a su
boda.
Estamos en una tierra donde los coches
bomba y los bombarderos vienen en todos
los tamaños y formas. El año pasado fue
atrapado un hombre insurgente que intentaba
huir de Bagdad vestido de novia. Aquí
todo está bajo escrutinio, pero las fuerzas
estadounidenses insisten a los militares
iraquíes que revisen el vehículo del futuro
marido rápidamente.
Cuando Pemrick llega al mercado
Hamila, en la sección de Ciudad Sadr
donde las tropas tienen más presencia,
la mayoría de los puestos están cerrando.
“EU es como
el agua sucia
que debemos
beber porque
tenemos sed”,
dice Hassan
Raheem, un
barbero.
En esta área explotó un feroz
conflicto durante marzo y abril
como resultado de la ofensiva
que lanzara el primer ministro
Nouir al-Maliki contra la milicia
leal al clérigo shiita Muqtada al-
Sadr.
Con el tiempo, EU construyó
un muro para separar esta parte
de Ciudad Sadr del extenso distrito
en el que habitan 2 millones
de personas.
La idea era que una vez que
las personas del otro lado del muro vieran
lo bien que marchaban las cosas de este
lado, rechazaran a la milicia.
Es imposible saber si esto es verdad.
Cuando se les pregunta, quienes viven
en el centro de Ciudad Sadr se quejan de
la barrera, de EU y del gobierno de Irak.
Dicen que el ejército de Mahdi de al-Sadr
es su verdadero protector.
En el mercado no hay tiempo para tener
discusiones políticas. Pemrick pregunta
a algunos si han sido víctimas de extorsión,
ya que el ejército Mahdi está acusado
de practicarla contra los comerciantes
de Sadr. Sin embargo, todos sacuden sus
cabezas para responder que no.
61 por ciento
de iraquíes
cree que la presencia de EU
es un factor que genera
inseguridad en Irak.