por tad a - Reporte Indigo

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de ellos no habían pasado los exámenes de control de confianza y
aún así entraron.
Le pidió a Calderón enviar a una persona de su confianza para
investigar las cosas que él denuncia.
Cuando escribió esa carta intenta entregársela al presidente por
conducto del subprocurador de Derechos Humanos de la PGR, Juan
de Dios Castro Lozano. Éste le recomendó no denunciar porque García
Luna era uno de los “consentidos” del presidente.
Nada pasó, las irregularidades en la SSP continuaron. Hubo
entonces una segunda carta:
“C. presidente, me dirijo nuevamente a usted con la intención
de hacer de su superior conocimiento lo que está pasando en el
interior de la Policía Federal Preventiva, aportando elementos de
prueba que tengo en mi poder, con el firme convencimiento de
que en el problema de inseguridad pública que se vive en nuestro
país, si no somos parte de la solución, somos parte del problema
y aunque ya pasaron más de dos meses de que le denuncié estos
hechos, y ahora aporto mayor información de la conducción ineficiente
y prepotente del ingeniero Genaro García Luna, en donde
privilegia el desorden, el influyentismo y la cultura del amiguismo,
donde tuvo tiempo de maquillar muchas irregularidades, no
puede borrar todas las evidencias de sus malos manejos ni el de
sus colaboradores”, escribió el comisario en la carta fechada el 7
de mayo de 2008.
Según Herrera Valles, este documento, dirigido a Calderón, fue
entregado directamente en la Oficialía de Partes de Los Pinos, a
través de su secretario particular, César Nava.
La segunda carta tenía 31 anexos documentales, un legajo de
más de 200 fojas.
Cuando escribió
esa carta intenta
entregársela
al presidente
por conducto del
subprocurador de
Derechos Humanos
de la PGR. Éste
le recomendó no
denunciar porque
García Luna
era uno de los
“consentidos”
del presidente.