EN LOS PÃTALOS DEL LOTO DE NIEVE - Senderoxtrem
EN LOS PÃTALOS DEL LOTO DE NIEVE - Senderoxtrem
EN LOS PÃTALOS DEL LOTO DE NIEVE - Senderoxtrem
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Grandes Verticales<br />
Instalando la vertical con la cuerda ensacada.<br />
Barranco de Gallines (Huesca).<br />
Por otro lado, con este tipo de descensores<br />
el control del rápel así como los bloqueos<br />
voluntarios sobre la vertical son algo muy sencillo,<br />
incluso automático. No lo es tanto en los<br />
descensores tipo ocho, donde el nudo de fuga<br />
tiende a deshacerse por el peso de la propia<br />
cuerda y no aportan apenas ventajas en grandes<br />
verticales. Además, al ser sistemas de<br />
bloqueo automático, cualquier situación que<br />
pueda dejar a nuestro compañero inconsciente<br />
C M Y CM MY CY CMY K<br />
sobre la cuerda evitará una caída libre.<br />
El problema del calentamiento del descensor<br />
no es algo de menor importancia. Si coge<br />
demasiada temperatura, nos será realmente<br />
difícil manejarlo con las manos desnudas. Pero<br />
no todas las quemaduras en los rápeles se deben<br />
al calentamiento del descensor, sino que<br />
principalmente se debe a una mala regulación<br />
del frenado con las manos. Hay que tener en<br />
cuenta que en los inicios de una gran vertical,<br />
el propio peso de la cuerda es suficiente para<br />
bloquear el descensor (con una fuerza de unos<br />
10 kg suele bastar). Inicialmente, la mano con<br />
la que regulamos el frenado la dedicamos a<br />
aligerar ese lastre, regulando de esta manera<br />
la velocidad de descenso. Pero a medida que<br />
vamos bajando, ese peso se reduce y nuestra<br />
mano se ve obligada a tener un papel más importante<br />
como freno mecánico, especialmente<br />
si no hemos previsto un mosquetón de freno.<br />
Ello obliga a frenar pinzando la cuerda con<br />
nuestras manos y si éstas las llevamos desnudas,<br />
no tardaremos en sufrir quemaduras<br />
mecánicas. A esto hay que sumarle el efecto<br />
yo-yo, que añade tensiones y distensiones,<br />
complicando todavía más la regulación del<br />
descenso.<br />
“En noviembre de 2007, un grupo de barranquistas<br />
se disponía a descender el Forata<br />
y su rápel volado de 150 metros. Para la ocasión,<br />
uno de los barranquistas utilizó un descensor<br />
Rack, bastante adecuado para este tipo<br />
de verticales. Sin embargo no utilizó mosquetón<br />
de freno y no disponía de guantes. Durante<br />
el descenso empezó a tener complicaciones<br />
regulando la frenada. El roce de la cuerda<br />
empezó a causarle serias quemaduras en las<br />
manos, por lo que tuvo que pasar la cuerda<br />
por debajo de la pierna para añadir un punto<br />
de roce adicional que le permitiera terminar el<br />
rápel. Al final todo quedó en un susto, pero con<br />
quemaduras de 1er grado en ambas manos.”<br />
RECUPERACIONES<br />
Normalmente la recuperación de una cuerda<br />
estándar de hasta 70 metros no requiere<br />
de ninguna técnica especial. La fuerza “bruta”<br />
o con la ayuda de bloqueadores suele ser suficiente.<br />
Pero a medida que las cuerdas son<br />
más largas, nos encontramos con una serie de<br />
problemas añadidos, como el coeficiente elástico<br />
o el roce generado en la recuperación ya<br />
no sólo en la reunión, sino a lo largo de toda<br />
la superficie de contacto con la pared, que aumenta<br />
en la misma proporción que la longitud<br />
del rápel.<br />
Si una cuerda tiene un coeficiente elástico<br />
de un 6% significa que es capaz de estirarse<br />
6 metros en una cuerda de 100. Por lo tanto,<br />
hasta que no hayamos recuperado 3 metros<br />
de cuerda no empezará a correr por la reunión.