Revista Derecho en Sociedad, n.° 2 - Febrero 2012 - Ulacit
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DERECHO EN SOCIEDAD, N. º 2. <strong>Febrero</strong> de <strong>2012</strong><br />
<strong>Revista</strong> Electrónica de la Facultad de <strong>Derecho</strong>, ULACIT – Costa Rica<br />
está sujeto a límites 37 . Con la Constitución, el pueblo/nación se transforma no ya <strong>en</strong><br />
nacionales, sino <strong>en</strong> las acciones públicas de los ciudadanos activos, titulares de los<br />
derechos políticos que los ejerc<strong>en</strong> (directa o indirectam<strong>en</strong>te).<br />
El ciudadano, a pesar del contractualismo de Hobbes o Locke, no realiza ningún<br />
pacto, como presupuesto previo de su compromiso con la construcción estatal; al<br />
contrario, <strong>en</strong> la mayoría de los casos se produce una adscripción automática -por el<br />
simple acto de nacer- a una concreta forma estatal. El eje dominio-obedi<strong>en</strong>cia, definidor<br />
del Estado nacional y soberano se halla modulado por la relación inclusiónparticipación,<br />
propia de la ciudadanía <strong>en</strong> democracia.<br />
De aquí que no podemos seguir anclados <strong>en</strong> la paradoja de la democracia de la que nos<br />
hablara Chantal Mouffe (1999: 38-52): la democracia significa trazar fronteras <strong>en</strong>tre<br />
nosotros y ellos, <strong>en</strong>tre los que conforman el pueblo y los que no pert<strong>en</strong>ec<strong>en</strong> a nuestra<br />
colectividad; pero la distinción <strong>en</strong>tre los que integrar del demos y los de fuera no puede<br />
servir para justificar la necesidad de asimilación, la discriminación, la exclusión o, peor,<br />
la eliminación del difer<strong>en</strong>te 38 .<br />
La democracia ti<strong>en</strong>e que prescindir de su concepción de lo político, <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>tido<br />
schmittiano, como distinción amigo/<strong>en</strong>emigo y, por ello, con la posibilidad real de<br />
expulsión, e incluso, de aniquilación del difer<strong>en</strong>te (Schmitt 2007 y 2008). Bi<strong>en</strong> al<br />
contrario, debemos asumir que su mejor realización será <strong>en</strong> espacio público compartido<br />
por todos los que se hallan sujetos a un concreto ord<strong>en</strong> jurídico. El modelo democrático<br />
ya no significa asimilación <strong>en</strong> la homog<strong>en</strong>eidad nacional, sino inclusión e igualdad <strong>en</strong> la<br />
participación de todos los sometidos a un ord<strong>en</strong>ami<strong>en</strong>to estatal 39 . Y, sin embargo, la<br />
democracia si quiere ser algo más que mera forma no puede ser definida como simple<br />
medio para la creación y desarrollo del derecho, incluso <strong>en</strong> su compresión desde el<br />
increm<strong>en</strong>to de la participación política de todos los sometidos a un ord<strong>en</strong> social de<br />
dominación.<br />
37 El propio Tribunal constitucional español, al determinar el s<strong>en</strong>tido de la autonomía territorial como<br />
parte del todo (unidad de la Nación española), afirmó que “autonomía no es soberanía, y aún este poder<br />
ti<strong>en</strong>e sus límites” (FJ 3 STC 4/81, de 2 de <strong>en</strong>ero). Lo que era evid<strong>en</strong>te <strong>en</strong> los primeros años de vig<strong>en</strong>cia de<br />
la Constitución española, la soberanía también está sujeta a límites, ¿se ha convertido, ahora, <strong>en</strong> una ciudadanía con poder<br />
supremo no sometido a ninguna restricción? Una respuesta afirmativa imposibilitaría la def<strong>en</strong>sa del Estado<br />
constitucional y sus no explícitos límites materiales para su reforma/revisión; que, aun si<strong>en</strong>do minimalista,<br />
serían, al m<strong>en</strong>os, los recogidos <strong>en</strong> el artículo 10.1 de la Constitución española: la dignidad de la persona y los derechos<br />
inviolables que le son inher<strong>en</strong>tes como fundam<strong>en</strong>to del ord<strong>en</strong> político y de la paz social.<br />
38 Para lograr la ficticia homog<strong>en</strong>eidad nacional y superar la diversidad, “nation-building in the past<br />
involved some or all of the following: g<strong>en</strong>ocide, forced mass-population transfers, coerced assimilation,<br />
and domination and control by the ruling group” (Bellamy 2008: 71).<br />
39 Así, por ejemplo, <strong>en</strong> Dahl, el demos debe incluir a todos los miembros adultos de la asociación, excepto<br />
resid<strong>en</strong>tes temporales o incapaces (1989: 70).<br />
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