You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
iii) Las piernas.<br />
Doña Esperanza cuenta que “el Tío” le pide agua a doña<br />
Paz, pero ella<br />
[…] Se quería parar y no se podía parar.<br />
—No me puedo parar, Juan.<br />
—¿Cómo que no te puedes parar, vieja chueca, pos<br />
qué tienes en las patas?<br />
—No—, dijo—, no, es que no me puedo parar.<br />
—¿Por qué no te puedes parar?<br />
—No—, dijo—, no sé por qué no me puedo parar,<br />
mire...<br />
Y se bajó; 'taba él acostado, que se para y que le agarra la mano:<br />
—¿Cómo que no te puedes parar?<br />
Y que se para con todo y la silla pegada en la… [sic]<br />
—Vieja tal por cual, por eso no te puedes parar.<br />
La aventó de boca y le dio el tirón a la silla y dijo:<br />
—Mira, por eso no te podías parar, así te quería<br />
agarrar. Y orita te me largas a quién sabe dónde.<br />
Y la agarró, la agarró, la aventó para acá.<br />
23<br />
Las piernas implican, simbólicamente, un vínculo<br />
social. Las piernas favorecen las relaciones y son un símbolo de<br />
vida. Muchas mitologías cuentan que, cuando la criatura que ha<br />
sido inventada se pone de pie o en marcha, hasta entonces<br />
17<br />
puede hablarse de que está viva. Pero también las piernas<br />
tienen un marcado simbolismo sexual. Esto implica la<br />
vinculación entre brujería y sexualidad, común en la Europa<br />
medieval.<br />
17<br />
Gheerbrant, Alain y Jean Chevalier, op. cit., nota 13, p. 834.