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gaceta de la comisión nacional de los derechos humanos

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Ensayos<br />

ciosa criatura. Lo puso en un lugar visible, <strong>de</strong> tanto en tanto echaba un ojo a “su” capullo esperando<br />

que pasara “algo” y, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> unos cuantos días... Apareció un punto negro en el capullo, se<br />

acercó y miró con atención. Efectivamente, era un pequeño orificio... ¡empezaba <strong>la</strong> acción!<br />

El hoyito creció rápidamente, se asomaron <strong>la</strong>s antenas y <strong>la</strong> cabeza <strong>de</strong> <strong>la</strong> mariposa; había que<br />

“verlo para creerlo”, se <strong>de</strong>cía nuestro amigo, frotándose <strong>la</strong>s manos y mirando casi sin parpa<strong>de</strong>ar;<br />

el animalito luchaba con todas sus fuerzas para cruzar <strong>la</strong> puerta <strong>de</strong> su “prisión”, forcejeaba duramente,<br />

pero no podía salir, el hoyo no era suficientemente gran<strong>de</strong> para pasar a través <strong>de</strong> él con todo<br />

y a<strong>la</strong>s. No importaba, <strong>la</strong> mariposa parecía tener tantos <strong>de</strong>seos <strong>de</strong> vo<strong>la</strong>r que seguía moviéndose con<br />

energía para lograr su objetivo; faltaba poco, <strong>la</strong> cabeza ya estaba afuera, pero el cuerpo se veía hinchado<br />

y no pasaba. Un nuevo esfuerzo, el animalito no se daba por vencido, pugnaba por salir, hasta que<br />

quedó atorado y cayó rendido.<br />

Entonces, nuestro ecologista en su bondad tomó unas pequeñas tijeras para ayudar a su amiga,<br />

cortó por un <strong>la</strong>do, hizo el agujero más gran<strong>de</strong> y... por fin el gusanito a<strong>la</strong>do pudo salir.<br />

Esperaba, el amante <strong>de</strong> <strong>la</strong> naturaleza, ver que su amiga, afuera ya <strong>de</strong>l capullo, <strong>de</strong>sdob<strong>la</strong>ra sus a<strong>la</strong>s<br />

y radiante emprendiera el vuelo, pero el bichito tenía el cuerpo hinchado y sus a<strong>la</strong>s, ajadas, estaban<br />

débiles y eran incapaces <strong>de</strong> aguantarlo para vo<strong>la</strong>r. “Es cosa <strong>de</strong> esperar”, pensó el atento observador,<br />

“en cualquier momento el cuerpo se contrae, se <strong>de</strong>sdob<strong>la</strong>n <strong>la</strong>s a<strong>la</strong>s y a vo<strong>la</strong>r”.<br />

Esperó y esperó..., <strong>la</strong>s a<strong>la</strong>s no se <strong>de</strong>sdob<strong>la</strong>ron, <strong>la</strong> hinchazón <strong>de</strong>l cuerpo no bajo y <strong>la</strong> mariposa sólo<br />

pudo arrastrarse en círcu<strong>los</strong> sin po<strong>de</strong>r nunca vo<strong>la</strong>r.<br />

Lo que el hombre en su bondad y apuro no había comprendido era que <strong>la</strong> resistencia <strong>de</strong>l capullo<br />

para abrirse formaba parte <strong>de</strong>l sabio p<strong>la</strong>n <strong>de</strong> <strong>la</strong> naturaleza, que obligaba así al gusano a batirse con<br />

brío para enviar <strong>los</strong> fluidos <strong>de</strong>l cuerpo hacia <strong>la</strong>s a<strong>la</strong>s, <strong>de</strong>shinchándose éste, fortaleciendo <strong>la</strong>s a<strong>la</strong>s y<br />

quedar apta para vo<strong>la</strong>r. Ser libre y po<strong>de</strong>r vo<strong>la</strong>r llegarían sólo <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> <strong>la</strong> pelea con su propia<br />

envoltura. Al privar a <strong>la</strong> mariposa <strong>de</strong> <strong>la</strong> lucha, también <strong>la</strong> había privado <strong>de</strong> su salud.<br />

Las luchas siempre son necesarias en <strong>la</strong> vida y no po<strong>de</strong>mos privar a nadie <strong>de</strong>l esfuerzo personal,<br />

menos a una persona con discapacidad. Se tiene que luchar contra <strong>la</strong> propia envoltura y éste, podríamos<br />

<strong>de</strong>cir, es un <strong>de</strong>recho fundamental. Si no tuviéramos obstácu<strong>los</strong> ¿cómo progresaríamos?, ¿cómo alcanzaríamos<br />

<strong>la</strong> madurez sin esfuerzo por superar <strong>la</strong>s pruebas?, ¿cómo venceríamos si no hay lucha? La<br />

vida no es un paseo p<strong>la</strong>centero, es un viaje arduo y difícil para alcanzar <strong>la</strong> meta. Aquí el problema<br />

no es caer, sino levantarse. El oro se acriso<strong>la</strong> en el fuego y <strong>la</strong> persona en el sufrimiento. Confiemos<br />

que nunca se nos pedirá más <strong>de</strong> lo que po<strong>de</strong>mos aguantar, “con el peso, se nos dará <strong>la</strong> fuerza”.<br />

Las dificulta<strong>de</strong>s en <strong>la</strong> vida tienen su misión: espolearnos al esfuerzo personal, motivar nuestra creatividad,<br />

buscar alternativas, inventar soluciones. Si el progreso <strong>de</strong> una vida “normal” se da siempre a<br />

través <strong>de</strong> dificulta<strong>de</strong>s, ¿cuánto no podrá progresar un discapacitado cuya vida está sometida permanentemente<br />

a pruebas?<br />

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