gaceta de la comisión nacional de los derechos humanos

Gaceta de la CNDH
relaciones humanas, que ponen en peligro la sobrevivencia y desarrollo de la especie humana y de
las demás especies que conforman la vida en la Tierra.
Al paso de las generaciones, las PcD hemos sido obviadas por las diversas formas de desarrollo
adoptadas por las sociedades, al no ser contempladas como un segmento importante de la población,
siendo que por el solo hecho de existir merecemos el respeto de nuestros Derechos Humanos y del
llamado derecho humanitario, puesto que a nosotros como seres humanos también nos cubre dicho
principio existencial de convergencia.
En los pasajes de la historia hemos visto cómo este principio de convergencia ha sido vulnerado
una y otra vez por las creencias de sociedades “perfeccionistas y autodenominadas superiores”
basadas en conceptos banales, parciales y racistas de la estética humana y de sus formas de poder,
que han servido en su momento de modelos de sujeción y desarrollo para gran parte de las sociedades
del mundo, por obvias razones dichas “civilizaciones” dejaron de lado e incluso llegaron a
negar la existencia de las PcD o en su mejor visión nos delegaron a condiciones de vida degradantes,
sin reconocimiento ni apoyo para el despliegue de nuestras potencialidades humanas y sin importarles
lesionar el valor supremo de los Derechos Humanos: la dignidad.
Los estragos de esa visión de las “civilizaciones” se sintetiza en el papel histórico que nos ha sido
asignado: ser considerados como seres inútiles, dignos de lástima y vivir de la mendicidad. Sin embargo,
la naturaleza de la vida es sabia puesto que han existido seres humanos con discapacidad que sosteniéndose
en su dignidad enfrentaron y superaron condiciones sumamente adversas que los hicieron capaces
de dejar huella testimonial e histórica del despliegue de sus potencialidades humanas en diversos ámbitos:
Beethoven en la música clásica, Homero y Cervantes de Saavedra en la literatura universal, Frida
Kalho en el arte, Jesús Silva Herzog (padre) en las ciencias sociales, Gaby Brimmer en la poesía, etcétera,
los cuales de todas maneras han sido catalogados e interpretados como casos excepcionales.
Desde la perspectiva de este principio existencial de convergencia resulta increíble que a estas
alturas de la historia el ser humano sea un ente autodestructivo en potencia, yendo en contra de su
propia existencia, y además siendo generador de factores causales de discapacidades, tales como
los conflictos b‚licos, las pruebas nucleares, el uso de armas químicas y bacteriológicas, la tortura,
las condiciones de ignorancia, pobreza y miseria de gran parte de la humanidad, la contaminación
y la depredación de los recursos naturales, etcétera. Esto representa en sí mismo ir en contra de la
existencia de la especie humana, así como de la solución para erradicar las discapacidades que se
generan por dichos factores causales.
Lo anterior es reflejo de las mentalidades y estilos de vida que entretejen sistemas de relaciones
deshumanizadas sumamente destructivas de la naturaleza y del hombre mismo, coartando con sus
inercias las bondades que ofrecen los Derechos Humanos en su perspectiva real de desarrollo.
Nos hemos endiosado en una competencia ilimitada que ha generado un lenguaje de guerra hablado
y con imágenes de mercadotecnia corporativa, que penetra al cerebro humano prácticamente
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