gaceta de la comisión nacional de los derechos humanos

Ensayos
Humanizarse y llevar al terreno de la praxis el desarrollo de los Derechos Humanos abre nuevos
horizontes de sistemas de vida donde seguramente recobraremos la nobleza de corazón que ha distinguido
al mexicano y que se fortalece con la dignidad, integridad y respeto a la existencia en su
diversidad, éste es un gran reto de la nación que nos obliga a evolucionar hacia esquemas de desarrollo
más elevados donde el divisionismo y pulverización como pueblo se conviertan en cosas del
pasado, estableciendo bases firmes para el resurgimiento de la grandeza de México retomando como
principios esenciales:
a) El ser humano es responsable de su propia existencia y de la conservación y florecimiento de
la vida en el planeta.
b) El ser humano es concebido y nacido libre y en estado de igualdad dotado de determinadas
potencialidades inherentes a su persona.
En este sentido, los mexicanos con discapacidad necesitamos despertar esa grandeza mexicana,
pues es la garantía de ser vistos y reconocidos como verdaderos hombres y mujeres capaces de enfrentar
con valor e inteligencia las barreras de todo tipo y superarlas; debemos abandonar el papel de
lástima, limosneros e inútiles con que se nos ha etiquetado y tomar nuestro verdadero camino que
es el de despertar la conciencia nacional, demostrando que el ser humano posee capacidades que van más
allá de lo que normalmente se cree, esto implica que se necesita transitar conscientemente por una
guerra interna que todos llevamos dentro y que los aztecas denominaban guerra florida, consistente
en humanizar sus pensamientos y buscar el equilibrio natural de sí mismos para desarrollar su conocimiento
interno y dar lo mejor de sí a su pueblo.
Los mexicanos con discapacidad en cierta medida hemos enfrentado esta transición dado que
hemos vivido condiciones sumamente difíciles para salir adelante y hemos tenido que reflexionar a
fondo muchas cuestiones que tienen que ver con el comportamiento humano propio y de los demás;
asimismo, hemos tenido que desarrollar nuestras capacidades residuales para podernos manifestar
de diversas maneras a la sociedad que pertenecemos. Esto nos obliga a que sistematicemos toda esa
riqueza del potencial humano que tenemos y la expresemos a la nación, de esa manera derrumbaremos
la barrera más complicada: la humana.
Será nuestra propia responsabilidad si decidimos apáticamente permanecer todavía en las condiciones
de marginación y discriminación en que nos encontramos hasta ahora o si optamos por convertimos
en motor de cambio, asimilando y luchando no sólo por el respeto sino por la implantación
de una visión estratégica para el desarrollo de los Derechos Humanos generales y específicos que
nos amparan y nos pueden garantizar una mejor calidad de vida. La decisión se encuentra en la
conciencia y voluntad de cada mexicano con o sin discapacidad.
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