La Violencia - Salta

La violencia
las víctimas de maltrato físico o psicológico propiciado por algún
familiar» y, por otro, agilizar el trabajo de los jueces y
«desjudicializar» los casos que no requieran ir a la Justicia,
sencillamente porque el apoyo psicológico basta para que la
víctima salga sola del círculo de la violencia. A esto se le agrega
la casa donde las víctimas pueden refugiarse, y cuyo emplazamiento,
por obvias razones, permanece secreto. Dos mujeres
excepcionales y miembros titulares de la Corte Suprema de
Justicia de la Nación Argentina, las doctoras Carmen Argibay
y Elena Highton de Nolasco, están a la cabeza del organismo,
que por ahora funciona, como prueba piloto, sólo en la Capital
Federal. Los niños y los jóvenes no nacen violentos; eso se lo
van transmitiendo los adultos como posibilidades (12, 13) .
Se aprende de la violencia mediatizada y en la segunda
infancia comienza el afán de protagonismo. La pulsión agresiva
es humana, aunque socialmente está estimulada entre los
hombres y reprimida, limitada e inhibida en el género mujer.
Esta pulsión se manifiesta porque están fracasando los sistemas
inhibidores de la mano de la falta de diálogo y contención
familiar y social. La presencia de los padres debiera garantizar
un diálogo fecundo de transmisión de valores; pero muchos
padres están ocupados en ganar dinero y hacer actividad
física o trabajan demasiadas horas y no les queda energía para
atender a sus hijos que requieren tiempo, afecto y dedicación.
Ser testigos de violencia es gravísimo, se puede aprender con
el golpeador e identificarse con él (32, 53, 58, 59, 67) .
El principal maltrato es el psicológico: 90%. Lo confirman
las nuevas estadísticas de la Corte Suprema de Justicia de la
Nación. El 81% de las víctimas son mujeres. El Congreso de la
Nación aprobó una ley en el 2009 para combatir el problema,
pero no se reglamenta por falta de dinero. Las denuncias por
violencia psicológica en el ámbito familiar continúan en au-
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