La Violencia - Salta

La violencia
un Estado benefactor para tratar de disminuir el impacto negativo
de esta situación.
Según las estadísticas de la Cepal y la OEI en febrero de
2010 había en la Argentina 900.000 jóvenes que ni estudian
ni trabajan (52) ; los no escolarizados a nivel secundario suman
550.000.
Está probado que contra la delincuencia juvenil es mejor
más educación e inclusión social que endurecer las penas o
bajar la edad de imputabilidad. El número de delitos cometidos
por menores ha aumentado en estos últimos años; hay
relación entre la delincuencia y la educación ausente, y existe
vinculación de causa-efecto entre la delincuencia y un entorno
social y familiar erosionado; no es viable alejar a los jóvenes
del delito sin el acompañamiento del entorno social. Las medidas
penales duras fracasan, en primer lugar, porque tratan
indiscriminadamente todas las formas de criminalidad y, en
segundo, porque la «mano dura» se concentra sobre los síntomas,
sobre el hecho criminal per se, y no profundiza en las
causas, por lo que tampoco puede solucionar los problemas de
base. Es necesario formular un plan estratégico y articular la
colaboración entre el Estado y la sociedad civil.
Durante 2009, en Buenos Aires, cada 46 horas se abrió
una investigación de homicidio que involucró por lo menos a
un menor de edad. Así surge de las estadísticas difundidas por
el Ministerio Público bonaerense. Los delitos atribuidos a menores
de edad representan cerca del 4,3% del total (en la Provincia
de Buenos Aires). El grueso de las denuncias corresponde
a delitos contra la propiedad, en especial robos (en muchos
casos, agravados por el uso de armas) y hurtos. Hay cada vez
más investigaciones por drogas en el caso de los menores; hay
una gran reiteración de delitos y son siempre los mismos chicos
los que delinquen.
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