Derechos humanos y justicia - Ediciones Universitarias
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IBEROderechos <strong>humanos</strong> y <strong>justicia</strong>_examen<br />
18<br />
Salvaguardar la<br />
dignidad de las<br />
personas_23 años del<br />
Centro de <strong>Derechos</strong> Humanos<br />
Miguel Agustín Pro Juárez<br />
José Rosario Marroquín<br />
Farrera_ Licenciado en Filosofía y Ciencias<br />
Sociales por el Instituto Tecnológico y de Estudios<br />
Superiores de Occidente (Guadalajara, Jalisco) y<br />
licenciado en Ciencias Religiosas por la Universidad<br />
Iberoamericana Ciudad de México. Ha sido coordinador<br />
de vinculación con proyectos de desarrollo, en la región<br />
del Istmo (Oaxaca), del Servicio Jesuita de Jóvenes<br />
Voluntarios de 2003 a 2007. Actualmente es director<br />
del Centro de <strong>Derechos</strong> Humanos Miguel Agustín Pro<br />
Juárez, del que fue también coordinador del área de<br />
comunicación y análisis, de 2007 a 2011.<br />
Foto: Corbis<br />
El consenso internacional sobre la necesidad de<br />
normas y procedimientos de alto valor, capaces<br />
de evitar la repetición de atroces violaciones a<br />
los derechos <strong>humanos</strong>, como las producidas<br />
por el horror nazi, condujo a la emergencia y<br />
gradual consolidación de un régimen internacional<br />
de los derechos <strong>humanos</strong>, tres de cuyas<br />
expresiones fundamentales son la Declaración<br />
Universal de los <strong>Derechos</strong> Humanos, el Pacto Internacional de<br />
<strong>Derechos</strong> Económicos, Sociales y Culturales y el Pacto Internacional<br />
de <strong>Derechos</strong> Civiles y Políticos.<br />
Sin embargo, el desarrollo de este régimen —con sus ramificaciones<br />
regionales— ha sido limitado por la emergencia de<br />
poderes transnacionales opuestos a la vigencia de sus normas,<br />
por la afirmación de la soberanía de los Estados nacionales y por<br />
la perpetuación de dinámicas locales opuestas a toda forma de<br />
emancipación.<br />
Las violaciones nacionales han constituido el foco de la atención<br />
internacional, razón por la cual los derechos <strong>humanos</strong> se<br />
han convertido en un asunto sensible. Sin embargo “el registro de<br />
violaciones de derechos <strong>humanos</strong> ocurridas en todas las esquinas<br />
del sistema mundo […] es un comentario cruel al discurso dominante<br />
de los derechos <strong>humanos</strong> y una negación abierta de la<br />
validez práctica de las declaraciones internacionales basadas en el<br />
consenso normativo”. 1<br />
Ante la frecuencia y sistematicidad de estas violaciones, la defen-<br />
sa y promoción de los derechos <strong>humanos</strong>, realizada por colectivos<br />
e individuos, se ha levantado como un pilar fundamental para<br />
la defensa de la dignidad humana frente al poder de los Estados<br />
nacionales y de poderes económicos y criminales. En México, a<br />
las acciones gubernamentales en materia de derechos <strong>humanos</strong><br />
le ha precedido la actividad —cada vez más diversa— de organizaciones<br />
civiles y movimientos sociales cuyo desempeño ha sido<br />
notable al impulsar la creación de condiciones que propicien la<br />
vigencia de estos derechos de manera integral e inclusiva.<br />
En este contexto se ubica la actividad de promoción y defensa<br />
realizada por el Centro de <strong>Derechos</strong> Humanos Miguel Agustín<br />
Pro Juárez, fundado hace 23 años. Durante su existencia quienes<br />
lo integran han incursionado en diversos campos a partir de enfoques<br />
complementarios que tienen como eje la defensa integral<br />
de personas y colectivos cuyos derechos han sido vulnerados por<br />
las acciones u omisiones gubernamentales.<br />
México, sin haber experimentado formalmente el terror de una<br />
dictadura en los últimos cien años, ha sido escenario de prácticas<br />
autoritarias fomentadas o toleradas desde las mismas instancias<br />
gubernamentales. La cultura autoritaria ha permeado a la misma<br />
sociedad proclive a la aprobación de medidas restrictivas a cambio<br />
de garantizar bienes intangibles erigidos como fetiches que justifican<br />
cualquier exceso, omisión o discriminación.<br />
Pese a que se ha proclamado el tránsito a la democracia, éste no<br />
se ha producido debido a que se ha omitido identificar y llamar<br />
a cuentas a los responsables de violaciones a derechos <strong>humanos</strong>