descargar - Instituto Nacional del Teatro
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En el teatro de grupo, la vertiente europea nacida de la construcción<br />
grotowskiana y barbiana, conserva en sus roles, el<br />
verticalismo que encumbra al director como principal gestor de<br />
la puesta en escena. Su figura, lejos de parecerse a la <strong>del</strong> director<br />
“puestista”, que organiza el movimiento de los actores según una<br />
planificación previamente diseñada, construye, en cambio con<br />
el actor y desde el actor. Pero es el director el responsable final<br />
<strong>del</strong> montaje. El carisma de los directores nombrados, portadores<br />
de una pedagogía definida, de una visión de teatro anclada en el<br />
ritual y la antropología, y la gran efectividad de su sistema para el<br />
trabajo grupal, fundaron lo que el propio Barba denominó tercer<br />
teatro. Pero la vertiente latinoamericana <strong>del</strong> teatro de creación<br />
colectiva, es desde mi punto de vista, quien otorga al teatro de<br />
grupo contemporáneo una idea de horizontalidad en la jerarquía<br />
de roles, solución más compatible con una búsqueda de igualdad<br />
de lenguajes. Es así como a la muerte <strong>del</strong> autor, figura sobre<br />
quien se estructuró el teatro desde la Poética de Aristóteles, le<br />
sucede la muerte <strong>del</strong> director en un sentido simbólico. Matar<br />
al autor, al director, como en el psicoanálisis matar al padre,<br />
es un proceso necesario en la búsqueda de identidad. De este<br />
modo, la identidad de nuestro teatro de grupo en Latinoamérica,<br />
profundiza los procesos colaborativos, como un modo de fundar<br />
un teatro más equilibrado en la combinación de sus lenguajes.<br />
Sin padres hegemónicos, el potencial creativo de los diferentes<br />
sujetos que intervienen en la producción de un espectáculo<br />
multiplica su posibilidad, al no estar condicionado por el concepto<br />
cerrado perteneciente a un solo sujeto.<br />
De esta manera, las condiciones creativas de un grupo que<br />
no deposita en una persona la responsabilidad única de la<br />
construcción artística, desarrolla en cada uno de sus integrantes<br />
la conciencia de labor compartida frente al fantasma de la<br />
creación. ¿Qué se gana y qué se pierde O enunciado de otra<br />
manera, ¿Por qué el teatro de grupo latinoamericano, sin que<br />
esto sea enunciado como un dogma, se inclina por un tipo de<br />
trabajo compartido, donde ninguno de los sujetos es dueño<br />
de la exclusividad, en relación a las propuestas y la toma de<br />
decisiones ¿Y por qué lo anterior no atenta contra la figura <strong>del</strong><br />
director, como un rol necesario en el teatro<br />
Porque el teatro en la contemporaneidad desarrolla el proyecto<br />
artístico en su conjunto, más allá <strong>del</strong> proyecto dramatúrgico, de<br />
dirección y aún actoral que cada miembro <strong>del</strong> equipo creativo<br />
pudiera tener. La idea de polifonía <strong>del</strong> teórico brasileño Ernani<br />
Maletta en el sentido de paralelismo e igualdad entre las<br />
Melina Hernández en su personaje de Blanca en “Las<br />
González”, de H. Saccoccia.<br />
partes intervinientes, define la misma idea: la inexistencia de<br />
elementos portadores de mayor prestigio, como otrora el texto<br />
dramático o aún el texto espectacular, permite un desarrollo<br />
diferente de las múltiples estructuras que componen un espectáculo<br />
y la posibilidad de los sujetos de correrse de sus campos<br />
específicos de trabajo para discutir, reflexionar o cuestionar<br />
otros. Por ejemplo, el hecho de no tener el director supremacía<br />
absoluta en la toma de decisiones, permite la discusión de las<br />
ideas en varios planos. Una vez instalado el proyecto, el equipo<br />
entiende el recorte sobre el que hay que trabajar, pero al mismo<br />
tiempo mejorar. En los cuerpos colegiados, dentro de los regímenes<br />
democráticos la idea o el problema se discute en colectivo,<br />
como una forma de hacerla pasar por diferentes instancias de<br />
razonamiento, para su crecimiento, enriquecimiento y superación.<br />
La posibilidad de mostrar estados de la idea que no habían<br />
sido tenidos en cuenta por quien es su portador, constituye en<br />
el teatro una condición frecuente. En teatro la idea siempre<br />
es discutible, porque imaginar el movimiento en el espacio de<br />
seres reales, siempre resulta distinto en la imaginación que<br />
en la práctica. El pasaje de constitución de la idea a materia,<br />
es un camino que requiere desarrollo y madurez. Cuando ese<br />
proceso es parte de un solo pensamiento crítico, el trabajo gana<br />
rapidez, pero pierde confrontación y por lo tanto posibilidades.<br />
38 CUADERNOS DE PICADERO