guía para profesionales mujeres con discapacidad y violencia sexual
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– Son percibidas por los agresores/abusadores como personas menos poderosas, vulnerables e<br />
incapaces de revelar el abuso y acusarlos, lo que aumenta su sensación de impunidad. Así por<br />
ejemplo, «creer» que por el hecho de tener una <strong>discapacidad</strong> visual va a significar la imposibilidad<br />
de identificar al agresor. Es obvio que el silencio ante la <strong>violencia</strong> <strong>sexual</strong> que sufren las<br />
<strong>mujeres</strong> <strong>con</strong> <strong>discapacidad</strong> proporciona impunidad <strong>para</strong> el agresor.<br />
– Por las dificultades de comunicación que puedan o no tener según su grado o tipo de <strong>discapacidad</strong><br />
y la falta de un lenguaje apropiado <strong>para</strong> comunicarlo en algunos casos. Aun teniendo un<br />
nivel alto de lenguaje, pueden presentar problemas <strong>para</strong> manejar la distancia social (comportamientos<br />
viscosos) y los afectos, por lo que el abusador puede acusarlos de que el <strong>con</strong>tacto<br />
<strong>sexual</strong> es querido, buscado y provocado por la víctima, como una característica más de su propia<br />
<strong>discapacidad</strong><br />
– Por la menor credibilidad que se les atribuye a la hora de denunciar hechos de este tipo ante<br />
algunos estamentos sociales.<br />
– La tradicional educación de «obedecer al adulto y someterse a sus indicaciones» se hace más<br />
patente en <strong>mujeres</strong> y niñas <strong>con</strong> <strong>discapacidad</strong>, en especial la psíquica. Aun fomentando su autonomía,<br />
muchas de ellas dependen de los cuidados de las personas adultas, frecuentemente<br />
son adultos los abusadores, y difícilmente van a enfrentarse a ellos <strong>para</strong> denunciar lo que está<br />
ocurriendo.<br />
– Gran parte de las <strong>mujeres</strong> <strong>con</strong> <strong>discapacidad</strong> víctimas de la <strong>violencia</strong> o abusos lo son sin ser <strong>con</strong>cientes<br />
de ello. El sentimiento de aceptación o merecimiento de una acción violenta o abusiva<br />
perpetrada <strong>con</strong>tra una de estas <strong>mujeres</strong> forma parte de la percepción errónea que en numerosos<br />
casos se tiene de la vivencia de la propia <strong>discapacidad</strong>. Las propias <strong>mujeres</strong> no detectan que<br />
se trata de comportamientos violentos o abusivos, denunciables y que violan sus derechos<br />
humanos. En el caso de <strong>mujeres</strong> y niñas <strong>con</strong> <strong>discapacidad</strong> intelectual, éstas suelen <strong>con</strong>fiar más<br />
en des<strong>con</strong>ocidos y presentan más dificultades <strong>para</strong> discriminar estas <strong>con</strong>ductas. A menudo, no<br />
tienen ni siquiera <strong>con</strong>sciencia de anormalidad en lo que viven a diario.<br />
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