guía para profesionales mujeres con discapacidad y violencia sexual
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poca entidad clínica (<strong>con</strong>tusiones, heridas leves...) debido al modus operandi del agresor (amenazas <strong>con</strong><br />
armas, relación de superioridad), que no deja huellas físicas visibles. Cuando existen cuadros lesionales<br />
son debidos generalmente a la desproporción entre las partes anatómicas de víctima y agresor (en el<br />
caso de menores), y a la propia brutalidad del acto en sí, lo que causa desgarramientos y laceraciones<br />
externos e internos y lesiones de diversa índole (Kvito, 1986, Cobo, 1998). Las señales de lucha y defensa<br />
suelen ser casi inexistentes en los re<strong>con</strong>ocimientos forenses, sin embargo persiste la idea popular de<br />
que si no existe un estado de gran deterioro físico quiere decir que no ha sido violentada (Sepúlveda A,<br />
1997, 1998). Parece que <strong>para</strong> dar crédito a haber sufrido una violación, se le exige a la mujer un «certificado<br />
de haberse defendido» que muestre huellas físicas visibles y de gravedad.<br />
A) SIGNOS DE COITO: Se van a tratar tan sólo los signos de coito vaginal, anal o bucal, las lesiones que<br />
pueden acompañar la agresión <strong>sexual</strong> van a estudiarse en el siguiente apartado.<br />
A.1.) COITO VAGINAL: A efectos de este delito debe entenderse por coito la penetración del pene<br />
en la cavidad vaginal, no siendo necesario que sea completa ni prolongada, ni que haya eyaculación<br />
de semen en el interior de la cavidad vaginal.<br />
– Signos físicos: desfloración y desgarros.<br />
– La mujer adulta está biológicamente pre<strong>para</strong>da <strong>para</strong> realizar un coito sin problemas, y en el<br />
caso <strong>con</strong>creto de que exista penetración durante la agresión <strong>sexual</strong>, no necesariamente<br />
tiene que sufrir desgarros. Pero existen SALVEDADES como son: la existencia de un himen<br />
íntegro, la brutalidad del agresor y la desproporción de las partes anatómicas, como sucede<br />
en el caso de las niñas, que darían lugar a desgarros externos e internos.<br />
– Si la mujer era virgen: desfloración; es decir, desgarro o ruptura del himen. El himen es la<br />
membrana que se encuentra entre la vulva y el orificio inferior de la vagina; tiene un borde<br />
periférico de inserción y un orificio hacia la parte interna. El himen es variable, y en cada<br />
mujer tiene una forma diferente: semilunar, anular, labiado, cribiforme... El himen se rompe<br />
en las primeras relaciones <strong>sexual</strong>es produciendo dolor y una pequeña hemorragia. La reac-<br />
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