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eran como los del muro:<br />
saltones, como de pollo, volteó<br />
a mirarlos, sí: idénticos,<br />
plumas entre las pestañas, y<br />
el aullido intempestivo del<br />
Manotas cayéndole como<br />
baldes de agua helada:<br />
¡rómpelo, rómpelo, rómpelo,<br />
rómpelo! La voz de ella dejó<br />
de ser aterciopelada, ahora<br />
era agudísima, estridente: ¡A ti<br />
te vamos a romper la madre,<br />
idiota! A pesar del miedo se<br />
levantó, fue directo al clóset,<br />
sacó el bat de su juventud<br />
beisbolera, las voces, miradas,<br />
chiflones y vómitos le<br />
escupían, le lanzaban zapatos,<br />
vasos, seguían insultándolo en<br />
su camino. Tomó vuelo tres<br />
metros antes de llegar al espe-<br />
jo, el bat dio en el centro del<br />
cristal, se oyeron (¿oyó?)<br />
ciertos aullidos dolorosos y<br />
Jaime no se detuvo, siguió a<br />
batazos con todo pedazo de<br />
vidrio, luego con el marco, las<br />
patas, le dio hasta dejarlo<br />
como un montón de escombro.<br />
Al fin sintió que dejaba de<br />
tener frío en la espalda,<br />
aunque oyó quejarse a la<br />
vecina y al de abajo ya no se<br />
oían voces a cientos, las<br />
cosas que flotaban ahora<br />
yacían en el piso. Se sintió<br />
libre. Fue tranquilizándose. Se<br />
bañó. Fue por una cerveza,<br />
abrió y cerró la puerta, no se<br />
le apareció ninguna vieja<br />
terrorífica. Gratificado, se<br />
arrellanó en el sofá, bebió<br />
como los justos, pensaba qué<br />
iba a hacer con Osbelia luego<br />
de verla como la vio. Y en ese<br />
momento por detrás le<br />
pusieron un mecate al cuello y<br />
comenzaron a ahorcarlo a<br />
placer. Las voces que oía eran<br />
las del Manotas, emitiendo los<br />
mismos estertores que él,<br />
mientras Osbelia y amigos<br />
entraban en su casa, volvían a<br />
insultarlo y se le iba la luz.<br />
Playa Sur<br />
13 – 21 julio 2013<br />
Y en ese momento por detrás le pusieron un mecate al cuello y comenzaron a ahorcarlo a placer.<br />
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