13.06.2015 Views

4cDnTYnoH

4cDnTYnoH

4cDnTYnoH

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

una voz irreconocible:<br />

“¡Caerás!” decía con sorna.<br />

distinta. Ante este derroche de<br />

galanura decidí pedirle<br />

consejos para poder aplicarlos.<br />

en el baño. Me empecé a<br />

interesar por este hábito, cada<br />

que él se encerraba yo me<br />

sentaba frente a la puerta del<br />

baño para poder escucharlo.<br />

La única solución posible era ir a una iglesia y presentarme ante el<br />

Todopoderoso para que se apiadara de mi alma…<br />

-II-<br />

Veinte años después dejé la<br />

ciudad donde nací y crecí para<br />

vivir en la capital. Raymundo,<br />

un desconocido para mí,<br />

compartía su departamento de<br />

cuatro recámaras en el sur de<br />

la ciudad. Él solo ocupaba una<br />

pieza, así que me pareció una<br />

ganga poder ocupar tres<br />

habitaciones al precio de una.<br />

Raymundo era una persona<br />

callada y con cierta reserva al<br />

hablar con las personas, pero<br />

su charla era efectiva para<br />

atraer mujeres. El día que lo<br />

deseaba<br />

regresaba<br />

acompañado por una mujer<br />

— Mi abuelo me enseñó<br />

todo lo que sé. Un día que nos<br />

visite, si tienes suerte, lo<br />

conocerás —, me respondió<br />

forzado por mi insistencia.<br />

Raymundo pasaba horas<br />

encerrado en el baño con la<br />

luz apagada, fumando.<br />

Teníamos casi la misma edad<br />

y con la cantidad de mujeres<br />

que tenía me parecía estúpido<br />

que dedicara todo ese tiempo<br />

a masturbarse. Raymundo era<br />

maestro de lenguas en un<br />

instituto particular, así que no<br />

era raro escucharlo hablar en<br />

otros idiomas mientras fumaba.<br />

Las noches anteriores a días<br />

feriados solía conversar solo<br />

Comencé a espiarlo de<br />

forma continua tomando nota<br />

de los días para hacerlo y en<br />

ocasiones trataba de descifrar<br />

en qué idioma cuchicheaba.<br />

Por lo general pasaba la<br />

noche encerrado los martes y<br />

jueves. Una noche de viernes<br />

previa al festejo del cinco de<br />

mayo, él abrió la puerta y me<br />

vio sentado atento a lo que<br />

hacía. Raymundo no estaba<br />

solo, un anciano alto platicaba<br />

a sus espaldas mirando su<br />

rostro en el espejo.<br />

— Te le haces conocido —,<br />

me dijo Raymundo sin<br />

sorprenderse. No sabía qué<br />

responder, no había visto a<br />

ese hombre entrar al<br />

departamento.<br />

— Dice — musitó mientras<br />

regresaba su rostro hacia el<br />

espejo para poder mirar cara a<br />

cara a la persona que estaba<br />

ahí — que también puedes<br />

percibirlos, pero que se te<br />

olvidó cómo.<br />

— Mañana te traes una<br />

cajetilla completa. El jefe te<br />

quiere saludar, Julio —, dijo el<br />

anciano sin inmutarse. En ese<br />

instante no pude conectar<br />

palabra. ¿Por qué se sabía mi<br />

nombre? ¡Claro! Raymundo se<br />

lo había mencionado. El<br />

anciano dejó de mirar al<br />

41

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!