TRATAMIENTO DEL DOLOR
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directamente hacia el tálamo y termina dentro del complejo ventrobasal y el grupo nuclear posterior del mismo, de<br />
manera simultánea con las fibras sensoriales provenientes de la vía de la columna dorsal y lemnisco. Desde aquí se<br />
transmiten señales a otras áreas del tálamo y también hacia la corteza somática sensorial. Estas señales para la corteza<br />
tienen sobre todo importancia para localizar el dolor no para interpretarlo (1, 5).<br />
Las vías del dolor crónico terminan casi por completo en la formación reticular del tallo cerebral. Pero se revelan señales<br />
hacia arriba a través de esta formación y hacia los núcleos intralaminares del tálamo. Ambas áreas forman parte del<br />
sistema activador reticular el cual transmite señales hacia casi todas partes del cerebro sobre todo hacia arriba<br />
siguiendo el tálamo a todas las áreas de la corteza cerebral y también a las regiones basales del cerebro alrededor del<br />
tálamo incluyendo el hipotálamo. Las fibras del dolor crónico que excitan al sistema reticular activador tiene un potente<br />
efecto para activar todo el sistema nervioso, colocando al individuo en estado de excitación, urgencia y fomentan<br />
reacciones de defensa y aversión para liberar ala afectado del dolor (figura 3) (1, 6, 10)<br />
Figura 3. Tomada de Fisiología de Guyton. Transmisión de señales de dolor al mesencéfalo, tálamo y corteza por la vía del dolor punzante y la vía del dolor urente.<br />
Los impulsos del dolor que entran en la formación reticular del tálamo y la corteza cerebral sólo pueden producir<br />
percepción consciente del dolor y la destrucción de las áreas somáticas sensoriales de la corteza cerebral no disminuye<br />
la capacidad de la persona en la percepción del dolor. La estimulación de las áreas somáticas sensoriales corticales hace<br />
que la persona perciba dolor leve en cerca del 3% de las estimulaciones. Por ende, la corteza desempeña una función<br />
importante para interpretar la calidad del dolor, aunque la percepción del mismo pudiera ser una función de los centros<br />
inferiores.<br />
La mayor parte de la localización del dolor es resultado de la estimulación de los receptores táctiles simultáneamente<br />
con estimulación dolorosa. El dolor agudo transmitido por fibras tipo Aδ se puede localizar entre 10 a 20 cm del área<br />
estimulada. El dolor crónico transmitido por las fibras C, se localizan mal, a veces con una precisión que no pasa de una<br />
región grande del cuerpo, pero no llegan a zonas pequeñas. Estas fibras C presentan una terminación difusa en el<br />
cerebro posterior y el tálamo (1).<br />
SISTEMA DE CONTROL <strong>DEL</strong> <strong>DOLOR</strong>.<br />
El cerebro posee un sistema analgésico que al activarse posee la capacidad para controlar el grado de percepción del<br />
dolor en el sistema nervioso (figura 4). Este sistema está constituido por tres componentes:<br />
1. Área gris periacueductal del mesencéfalo y parte superior de la protuberancia anular que rodea al acueducto de<br />
Silvio. Las neuronas de ésta área envían sus señales a<br />
2. Núcleo mayor de rafe, núcleo delgado de la línea media localizado en la parte baja de la protuberancia anular y<br />
la parte alta del bulbo raquídeo. Desde aquí las señales se transmiten por la médula espinal hacia