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Benedetti, Mario - El porvenir de mi pasado

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EL HALLAZGO<br />

Genaro y Fermín se conocían <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los años escolares y, ahora, ya<br />

cuarentones, tenían el hábito <strong>de</strong> juntarse los sábados <strong>de</strong> tar<strong>de</strong> en la<br />

mo<strong>de</strong>sta cafetería Horizonte, que quedaba frente al parque.<br />

Hablaban <strong>de</strong> recuerdos <strong>de</strong> infancia, <strong>de</strong> viejas películas recién repuestas,<br />

<strong>de</strong> libros que leían e intercambiaban, y a veces <strong>de</strong> temas que<br />

consi<strong>de</strong>raban existenciales, por ejemplo el suicidio.<br />

-Yo creo que nunca me suicidaría -dijo Genaro tras <strong>de</strong>sperezarse con<br />

ganas-. ¿Para qué? Él final llega sin que uno lo convoque, ¿no te parece?<br />

-Yo, en cambio -dijo Fermín-, no me atrevería a <strong>de</strong>scartarlo tan<br />

radicalmente.<br />

-Pero ¿con qué motivo? ¿Angustia? ¿Miseria econó<strong>mi</strong>ca? ¿Enfermedad?<br />

¿Desengaño amoroso?<br />

-Nada <strong>de</strong> eso. Si en alguna tar<strong>de</strong> neblinosa, sin estruendo y sin ángelus,<br />

tomara esa <strong>de</strong>cisión, sería simplemente por curiosidad. Para saber qué<br />

hay <strong>de</strong>spués. Pue<strong>de</strong> que sea fascinante.<br />

-Si es que hay algo.<br />

-Mirá, por las dudas te aviso. Si alguna vez <strong>de</strong>cidiera forzar el fin, y<br />

como resultado hallara algo, simplemente algo, la señal sería que,<br />

aunque no fuese otoño, empezaran a caer las hojas secas.<br />

-¿Y eso?<br />

-Lo soñé.<br />

-Menos mal. Pensé que se te había aflojado algún tornillo.<br />

Esa conversación tuvo lugar el último sábado <strong>de</strong> noviembre. <strong>El</strong> primer<br />

sábado <strong>de</strong>l siguiente febrero, Genaro y Fermín concurrieron como<br />

siempre a la cafetería Horizonte.<br />

Mantuvieron un largo silencio. Parecía que ya habían agotado todos los<br />

temas disponibles.<br />

Fermín ter<strong>mi</strong>nó su café y estuvo un buen rato masticando el aire.<br />

De pronto se levantó, le <strong>de</strong>dicó a Genaro una <strong>mi</strong>rada <strong>de</strong> afecto y dijo:<br />

«Chau».<br />

Genaro lo vio alejarse hacia el bosque <strong>de</strong> pinos. Luego lo perdió <strong>de</strong><br />

vista.<br />

Media hora <strong>de</strong>spués, el disparo sonó rotundo y sin ecos. Tras el primer<br />

sobresalto y sin haberse repuesto aún <strong>de</strong> la sorpresa, Genaro advirtió<br />

que, en pleno verano, una bandada <strong>de</strong> hojas secas empezaba a caer<br />

sobre su mesa.<br />

REENCUENTRO<br />

Para Medardo Soria fue una linda sorpresa que cuatro <strong>de</strong> sus viejos<br />

a<strong>mi</strong>gos quisieran encontrarse con él. Hacía tiempo que les había perdido<br />

la pista, y lo lamentaba porque tenían muchos recuerdos en común,<br />

buenos y no tan buenos, pero que <strong>de</strong> todos modos significaban un<br />

enlace <strong>de</strong> las respectivas juventu<strong>de</strong>s. Llegó con su habitual puntualidad<br />

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