Benedetti, Mario - El porvenir de mi pasado
Benedetti, Mario - El porvenir de mi pasado
Benedetti, Mario - El porvenir de mi pasado
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
otra banda en una provincia argentina. <strong>El</strong> saxofonista quedó frito una<br />
tar<strong>de</strong> <strong>mi</strong>entras se esmeraba en un solo bajo la lluvia. O sea que sólo<br />
quedamos yo y <strong>mi</strong> flauta. A veces subo a la azotea y toco un rato, pero<br />
<strong>de</strong>bo suspen<strong>de</strong>r por dos razones: una, que la flauta suena <strong>de</strong>sconsolada<br />
y me pone triste, y otra, que los vecinos se quejan porque, según ellos,<br />
<strong>de</strong>safino. Tal vez tengan razón, pero antes no <strong>de</strong>safinaba. Es posible que<br />
se <strong>de</strong>ba a que estoy un poco sordo.<br />
-Venía con la intención <strong>de</strong> recorrer el pueblo, ver cómo está la plaza.<br />
-¿La placita? <strong>El</strong> último huracán la <strong>de</strong>jó sin pinos.<br />
-Encontrarme con gente <strong>de</strong> <strong>mi</strong> generación, con sus hijos.<br />
-Pssst.<br />
-¿Qué quiere <strong>de</strong>cir pssst?<br />
-Soplido escéptico.<br />
-No me digas que no queda nadie. Un folleto dice que aquí viven dos<br />
<strong>mi</strong>l.<br />
-En realidad, dos <strong>mi</strong>l ocho.<br />
-Qué precisión.<br />
-No es mía sino <strong>de</strong> la computadora. Sí, más o menos son ésos. Es gente<br />
que vino <strong>de</strong> otras zonas, in<strong>mi</strong>grantes indocumentados, ven<strong>de</strong>dores<br />
ambulantes. Jóvenes, ni lo sueñes. Aquí vivió durante varios años un<br />
poeta, Rosendo Araújo, que por cierto era bastante bueno. Él proponía<br />
que le cambiáramos el nombre al pueblo: no más San Lucas sino<br />
Vetustia. No, no te aconsejo que emprendas tu proyectada recorrida.<br />
Mejor quédate con la vieja imagen.<br />
Por un rato se quedaron en silencio. Tampoco Joaquín sabía qué <strong>de</strong>cir.<br />
De pronto Felisberto abrió su bolso y extrajo la flauta. Su risa algo<br />
cascada sonó como una tardía recuperación.<br />
-Si querés, toco un poco la flauta. Digamos Vivaldi, Mozart, son<br />
adaptaciones mías. En homenaje a tu regreso sentimental, te prometo no<br />
<strong>de</strong>safinar.<br />
VICEVERSA<br />
No sabía qué podría pensar la Rosario actual, pero a mí me parecía que<br />
los cinco años transcurridos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> nuestro último encuentro (¿o fue<br />
<strong>de</strong>sencuentro?) no habían <strong>pasado</strong> en vano. La había visto en televisión,<br />
entrevistada por una periodista un poco tonta, y la hallé más linda, más<br />
joven, más inteligente. Después tuve la osadía <strong>de</strong> enfrentarme a <strong>mi</strong><br />
propio espejo, y aunque no voy a <strong>de</strong>cir que me encontré joven y<br />
hermoso, comprobé sin embargo que <strong>mi</strong>s ojos seguían vivos y<br />
trans<strong>mi</strong>tían un contenido bastante aceptable.<br />
Fue <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> ese doble diagnóstico que <strong>de</strong>cidí volver al tema. Tanta<br />
incomunicación me pareció un <strong>de</strong>sperdicio. No sé qué pensaría ella <strong>de</strong><br />
este intento, pero tuve la esperanza <strong>de</strong> que sonreiría. Y me consta que<br />
sus sonrisas siempre fueron aceptaciones.<br />
Para empezar <strong>de</strong> cero ¿se acordará <strong>de</strong> cuándo y cómo nos conocimos?<br />
Fue en el vapor <strong>de</strong> la carrera (todavía no habían llegado los Buquebus).<br />
28