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Heidelberg News Número 269

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<strong>Heidelberg</strong> <strong>News</strong> • PerspectivasPerspectivas“Los tipógrafos somosproveedores de servicios”kurt weidemann // Kurt Weidemann es uno de los diseñadores de marcas y tipos de letra más influyentesde Alemania. Fue él quien acuñó el diseño corporativo de multinacionales como Zeiss, Shell o Daimler Benz,y a sus clases de tipografía han asistido generaciones enteras de estudiantes. Según su lema, la tipografíaes un lenguaje que apela a los ojos; es un servicio que se presta, y no una finalidad en sí. A sus 87 años,sigue disfrutando intensamente con el diseño y el hecho de poder ‘servir’.Señor Weidemann, después de haber caído prisionero deguerra en Rusia, regresó a Alemania a la edad de 27 años y comenzóun aprendizaje como tipógrafo. ¿Por qué escogió este oficio?Kurt Weidemann—Día tras día, durante cuatro años, tuve quepicar 3,5 metros cúbicos de piedra a orillas del río Volga. Como nohabía aprendido ninguna profesión, los rusos me pusieron a picarpiedras. Aquellos que sí tenían oficio, como los zapateros y los sastres,trabajaban en barracas, mientras que a nosotros nos mandabanafuera los 365 días del año, incluso a -40 °C. Por ello decidíaprender un oficio cuando volví.Pero un techo sobre la cabeza también lo tienen, por ejemplo,los profesores o los contables...Weidemann—En clase de matemáticas sólo llegué hasta latabla de multiplicar. Podía escribir en la pizarra fórmulas larguísimas,con raíces, paréntesis y todo tipo de signos matemáticos, perono sabía para qué servían. Me acordaba de las fórmulas porque teníauna memoria fotográfica. En dibujo, en cambio, siempre sacabala mejor nota. Había pensado en hacerme grafista, pero penséque era mejor empezar con un oficio. Y de todos los que conocía, elque más me gustaba era el de tipógrafo. Desde la infancia, la escrituray los tipos de letra siempre habían suscitado mi interés.Comenzó a estudiar tipografía cuando aún se trabajaba contipos de plomo. ¿Le parece que fue una experiencia valiosa?Weidemann—Desde luego. Yo, personalmente, prefería lacomposición manual porque había que sacar de una en una las letrasde la caja y esto me obligaba a ser lento y minucioso. Tomabael producto en mis manos y lo introducía en el componedor. Veíacada renglón en imagen invertida y de cabeza, le echaba una ojeada,lo nivelaba y pasaba al siguiente. Al ver las letras invertidas y decabeza, se aprende a distinguir formas y a percibir cualidades.En muchos sitios, la preimpresión y la impresión siguen siendomundos distintos. ¿No necesitarían las imprentas de hoy en díadisponer de una alta competencia tipográfica?Weidemann—Cuando era aprendiz, los dueños de las imprentassólo sabían que la tipografía era costosa. El puesto de trabajo deun tipógrafo costaba unos 20000 marcos, lo que por aquel entoncesrepresentaba una inversión muy cuantiosa. Cuando preguntabasa los propietarios por los tipos de letra que había en la imprenta,muy pocos sabían contestar. Para eso tenían al jefe de tipografía.Ahora bien, es completamente cierto que la preimpresión y la impresióndeben estar reunidas bajo el mismo techo y cooperar estrechamente,porque de esta manera se obtienen mejores resultados. 448 • Número <strong>269</strong> • 201049

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