también que previamente a una intervención, el educador debe primero y antes que nada sersensible a la cultura y a la manera de vivir de los que frecuenta en "la calle".El acercamiento debe realizarse sobre el territorio mismo que los jóvenes se apoderaron, y endonde el educador debe ser aceptado como el adulto capaz de edificar una relación. Unperiodo de observación permite lograr un buen conocimiento del barrio, de sus instituciones,de las prácticas de apoderamiento espontáneo de los jóvenes, los ritmos de presencia y deausencia, los momentos importantes de agregación o de dilución de los grupos. El educadordescubrirá los momentos y los lugares en los que podrá ser aceptado con más facilidades. Esteconocimiento podrá ser completado de manera útil por elementos aportados por otrosprotagonistas o instituciones, pero la observación en el terreno es primordial. La presenciacon los jóvenes será progresiva, a fin de que no perciban este adulto como alguien peligroso oextraño, y que puedan iniciar una relación de intercambio.La libre adhesión del joven a este ofrecimiento de relación y de acompañamientoeducativo del educador tiene sus fundamentos en la libertad que tiene el joven de descubrirsea si mismo en función de la relación de confianza que entablará con el adulto educador.En esta aventura, el educador de calle desarrolla una visión global de la personalidad deljoven así como un conocimiento que privilegia sus capacidades y sus riquezas, más que suhistoria hecha de debilidades y dificultades.Los momentos compartidos pueden ser múltiples y diversos, partiendo de la situación másnatural y menos formal, ya sea individual o en grupo, hasta las actividades más <strong>org</strong>anizadas.Estos tiempos compartidos tienen un doble objetivo:- Aparente: responder a un objetivo o a una necesidad precisa: ocio, deporte,trabajo, alojamiento, distracciones, regulación administrativa, obtener underecho,…- Latente: esbozar un proyecto, construir, vivir una relación de confianza einvolucrarse a fin de permitir que los jóvenes puedan descubrir nuevasreferencias e interiorizar los valores y las prohibiciones fundamentales,modificar su propia imagen, facilitar el cambio de comportamiento y derepresentaciones, y experimentar relaciones sociales.Guía internacional sobre la metodología de la educación de calle en el mundo 20
¿Por qué el trabajo social de calle?- Voluntad de acompañar los grupos con la reputación de ser inadaptados, a través deuna relación de ayuda y un enfoque meramente educativo.¿El trabajo social de calle, para quién?- El trabajo social de calle se dedica a individuos:individuos, grupos de niños, de jóvenes y de adultos que solicitan ayuda oapoyo;los alejados o excluidos de los espacios primarios de socialización y deinserción social;los que se encuentran en estado de ruptura social, material, relacional,simbólica, porque rechazan las normas o porque son rechazados;los que se encuentran inalcanzables (o no pueden ser alcanzados por las<strong>org</strong>anizaciones e instituciones existentes).Cualesquiera que sean las dificultas enfrentadas, el proceso educativo se apoya sobre losrecursos propios de cada una de esas personas.El trabajo social de calle es un medio, no un objetivo.- Es una acción socioeducativa llevada a cabo con una perspectiva de largo plazoque parte de la necesidad, de la solicitud, de la aspiración de los públicosdeterminados y que intenta reforzar su capacidad a asumir y construir sus propiosescenarios de vida.- Esta relación de ayuda implica obtener la confianza del público y el respeto de suintegridad y autodeterminación. El contacto con el educador de calle se hace sobreuna base voluntaria.- Más allá del desarrollo personal, el educador de calle contribuye a la reducción de losdaños al trabajar con personas (jóvenes y adultos) víctimas de múltiplesexclusiones y en vías de marginalización o en ruptura social.Guía internacional sobre la metodología de la educación de calle en el mundo 21