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4.1.5._Cabanne_-_Conversaciones_con_Marcel_Duchamp

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Pierre <strong>Cabanne</strong> C o n v e r s a c i o n e s c o n M a r c e l D u c h a m p 9cosa que era intencionada, voluntariamente establecida <strong>con</strong> planos exactos; pero, a pesar de ello, noquería, y tal vez ésa es la razón por la que trabajé en ella tanto tiempo, que esa obra fuera laexpresión de una especie de vida interna. Desgraciadamente, <strong>con</strong> el tiempo, perdí todo tipo de ardoren la ejecución; la cosa ya no me interesaba ni me <strong>con</strong>cernía en absoluto. Entonces me cansé y lodejé, pero sin ninguna dificultad, sin una decisión brusca; ni siquiera pensé en ello.P. C. — Era como una progresiva renuncia a los medios tradicionales.M. D. — Exacto.P. C. — He <strong>con</strong>statado una cosa: en primer lugar, lo cual noes nuevo, su pasión por el ajedrez.M. D. — No es nada grave, pero es cierto.P. C. — Pero también he <strong>con</strong>statado que esta pasión sepresentaba principalmente cuando usted no pintaba.M. D. — Es verdad.P. C. — Y entonces me he preguntado si, durante esosperíodos, los gestos que dirigían los movimientos de los peones por el espacio no suscitabanalgunas creaciones —sí, ya sé, que usted no acepta esa expresión— imaginarias que, en su opinión,tenían tanto valor como las creaciones reales de sus cuadros y, además, establecían una nuevafunción plástica en el espacio.M. D. — En un cierto sentido, es cierto. Una partida de ajedrez es una cosa visual y plástica, y sibien no es geométrica en el sentido estático de la expresión, al menos es mecánica, puesto que esalgo que se mueve; es un dibujo, una realidad mecánica. Las piezas no son hermosas por sí solas,así como tampoco la forma del juego, pero lo que es bello —si es que puede utilizarse esa palabra—es el movimiento. Así pues, se trata, en efecto, de una mecánica, en el sentido, por ejemplo, de unCalder. En el ajedrez hay, ciertamente, cosas extraordinariamente hermosas en el ámbito delmovimiento pero no, en absoluto, en el ámbito visual. En ese caso lo que es hermoso es laimaginación del movimiento. Es algo que ocurre totalmente en la materia gris.P. C. — En resumen, en el ajedrez hay un juego gratuito de formas que se opone al juego deformas funcional del tablero.M. D. — Sí. Totalmente. Aun cuando el juego no sea totalmente gratuito, hay una elección...P. C. — Pero, ¿no hay un destino?M. D. — No. No hay un destino social. Eso es, primordialmente, lo más importante.P. C. — ¿Es la obra de arte ideal?M. D. — Podría serlo. Debe tenerse en cuenta, también, que el medio de los jugadores de ajedrezes mucho más simpático que el de los artistas. Se trata de personas totalmente obnubiladas,completamente ciegas, provistas de orejeras. Locos de una cierta calidad, al igual que se supone quelo sea el artista, y no lo es, por lo general. Esto fue, tal vez, lo que más me interesó. Me atrajomucho el ajedrez hasta los cuarenta o cuarenta y cinco años, y después mi interés fue disminuyendopaulatinamente.

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