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7 - EIKASIA - Revista de Filosofía

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Crítica <strong>de</strong> libros |<br />

María <strong>de</strong> Medicis: el con<strong>de</strong> <strong>de</strong> Soissons, el príncipe <strong>de</strong> Soubisse y los duques <strong>de</strong> Bouillon, la Valette y Vendôme,<br />

que cuentan con la complicidad <strong>de</strong> Gaston <strong>de</strong> Orléans y, según el Mariscal, <strong>de</strong> la corona española.<br />

Son numerosas las lagunas informativas existentes sobre los movimientos <strong>de</strong>l secretario real entre 1637 y 1639.<br />

En carta a don Sancho <strong>de</strong> Sandoval, Quevedo le dice que lo avisará “si hubiere aprieto o novedad repentina, que<br />

podría ser”. Estando en casa <strong>de</strong>l duque <strong>de</strong> Medinaceli, el escritor es <strong>de</strong>tenido junto con el duque y luego recluido en<br />

San Marcos <strong>de</strong> León. El autor llama también la atención sobre la actividad en España <strong>de</strong> los nuncios Facchinetti y<br />

Campeggi, que informan puntualmente al car<strong>de</strong>nal Barberino, sobrino <strong>de</strong> Urbano VIII, papa <strong>de</strong>cantado claramente<br />

<strong>de</strong>l lado francés; y subraya una secuencia <strong>de</strong> hechos muy cercanos en el tiempo, secuencia “trabada y muy<br />

sugestiva”: prisión <strong>de</strong> Quevedo; <strong>de</strong>stierro <strong>de</strong>l duque <strong>de</strong> Medinaceli; prisión <strong>de</strong> Lorenzo Coqui, secretario <strong>de</strong>l<br />

nuncio; cárcel y posterior ejecución, por <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong> un tribunal <strong>de</strong> Gran<strong>de</strong>s, <strong>de</strong>l falsificador <strong>de</strong> documentos Miguel<br />

<strong>de</strong> Molina, antiguo contable <strong>de</strong>l con<strong>de</strong> <strong>de</strong> Saldaña y luego duque <strong>de</strong>l Infantado. Se pregunta López Ruiz si Molina<br />

pudo haber falsificado documentos dirigidos a Francia con las letras <strong>de</strong>l rey y <strong>de</strong> Olivares sobre asuntos relativos a<br />

la conspiración contra Richelieu y acaso contra el papa. Ello explicaría el extraño nombramiento <strong>de</strong> un tribunal <strong>de</strong><br />

Gran<strong>de</strong>s para juzgarlo.<br />

Quevedo siempre pensó que su <strong>de</strong>nunciante fue el barón <strong>de</strong> Pujols, al que cree traidor a la vez a su señor y a<br />

Olivares, aunque nunca pudo <strong>de</strong>cirlo abiertamente, dado el secreto a que lo obligaba la “materia secreta” <strong>de</strong> que<br />

hablaba el Consejo <strong>de</strong> Estado. Don Francisco conspiró contra Olivares junto a Pujols y a un buen número <strong>de</strong> nobles<br />

presididos por el duque <strong>de</strong> Híjar. Según el autor, el anagrama Publio Hatterio usado por Quevedo para nombrar a<br />

su <strong>de</strong>lator remite claramente al barón <strong>de</strong> Pujols (Puiol/b: Pujol barón), al que el Consejo <strong>de</strong> Estado nombra siempre<br />

Pujol. En realidad, su <strong>de</strong>nunciante no fue el sesentón Pujols, sino su amigo el duque <strong>de</strong>l Infantado, <strong>de</strong> sólo<br />

veinticinco años.<br />

López Ruiz duda <strong>de</strong> que sea Quevedo el autor <strong>de</strong> la obrita La sombra <strong>de</strong> Mos <strong>de</strong> la Forza se aparece a<br />

Gustavo Horn, preso en Viena y le cuenta el lastimoso suceso que tuvieron las armas francesas en Fuenterrabía,<br />

puesto que allí se afirma que el mariscal <strong>de</strong> la Force murió ahogado en la batalla, cuando en verdad regresó sano y<br />

salvo a sus posesiones francesas, y Quevedo, amigo <strong>de</strong>l Almirante <strong>de</strong> Castilla y <strong>de</strong>l marqués <strong>de</strong> Torrecusa, que<br />

lucharon en Fuenterrabía, <strong>de</strong>bió <strong>de</strong> conocer la verdad <strong>de</strong> lo sucedido por boca <strong>de</strong> éstos.<br />

Des<strong>de</strong> la cárcel, Quevedo ruega a Olivares que interceda ante el rey para que le conceda la libertad, y en su Vida<br />

<strong>de</strong> San Pablo Apóstol <strong>de</strong>dica afectuosas palabras a doña Isabel <strong>de</strong> Borbón y al príncipe Baltasar. Pero, puesto que se<br />

trata <strong>de</strong> silenciar a los complicados en las intrigas contra Richelieu, Felipe IV <strong>de</strong>clara que no cabe levantarle la<br />

prisión, que fue “por causa grave” (nunca lo acusaron <strong>de</strong> nada concreto). El preso lee las obras <strong>de</strong> los jesuitas<br />

franceses Salian <strong>de</strong> Avignon y Jacquinot Barthélémy, a los que elogia, y recibe continuas noticias sobre la <strong>de</strong>riva<br />

negativa <strong>de</strong> la guerra contra los franceses: las pérdidas <strong>de</strong> Perpiñán y Salces y los reveses <strong>de</strong> la campaña <strong>de</strong> Lérida.<br />

229<br />

MAYO<br />

2012

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