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Page 2 - Buzos

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OpiniónAb e l Pé r e z Za m o r a n oQuiebramasivade negociospequeñosPara quien tenga ojospara ver, es claro aestas alturas que lostan publicitados programasde gobiernopara el rescate depequeñas y medianas empresasson un fracaso. De acuerdo con laSecretaría de Economía, en 2006había 4.3 millones de PyMES, y,supuestamente para ayudarlas, secreó la Subsecretaría para la Pequeñay Mediana Empresa (SPyME)“para diseñar, fomentar y promoverprogramas y herramientas quetengan como propósito la creación,consolidación y desarrollode las micro, pequeñas y medianasempresas”. Pero todo fue sólohumo en los ojos para quienes hanoído los cantos de sirena que leshablan de un capitalismo “democrático”,dispuesto a compartir generosamenteutilidades con todoaquél que tenga iniciativa, audaciay visión para lanzar una empresa ydirigirla de acuerdo con los cánonesestablecidos.Pues bien, para ayudar a losanimosos dueños de las PyMES,el gobierno estableció que en suscompras preferiría a esas empresas,garantizándoles así mercado.Pero eso es económicamente inviable,pues el propio gobierno necesitaproveedores competitivos,con bajos precios, que permitanoptimizar los recursos públicos, yno puede comprar lo más caro. Porejemplo, la empresa constructoraelegida debe ser aquélla que ofrezcalas mejores cotizaciones, y cadaproveedor debe, al menos en teoría,mejorar todas las ofertas. Noes posible concebir que se prefieraa las más caras. En el mercado lacompetitividad en precios se impone.Al final, la propia Secretaría deEconomía ha debido admitir el estrepitosofracaso de su programa.Contra todas esas ilusiones,como las parcas, la implacable realidadcontinúa su terrible obra,dejando ver que en realidad nosgobierna el gran capital, que elmercado está ya repartido y quesi alguna tendencia existe no eshacia la desconcentración y el reparto,hacia un capitalismo másdemocrático e incluyente, sino ala inversa, hacia una irreversibleconcentración en pocos y colosalescorporativos. Hoy vemos acelerarseese proceso. En la voráginede la crisis, el cierre de empresascontinúa a un ritmo febril, comoun mentís a los tan cacareadosanuncios de ayuda. En los últimoscinco meses -noviembre-marzo-,en la peor caída registrada, 9 milempresas han cerrado (más o menos60 al día), lanzando a la callea 524 mil empleados, alrededorde 58 por empresa (Reforma 16 deabril). Estamos, pues, ante la quiebramasiva de PyMES.Esto confirma que en épocas decrisis hay una reducción drásticade empresas, desapareciendo lasmás pequeñas, ineficientes, costosase improductivas, y, por tanto,con precios altos. No olvidemosque éstos son fundamentalmenteun reflejo de los costos en queincurran las empresas, tanto losde producción como los de transacción.Por eso, una empresa quepuede competir con precios bajossupone una estructura de costosbajos, mejor tecnología, y, por lotanto, mayor productividad; esdecir, produce más mercancíaspor hora o por día, y como el valorde éstas lo determina el tiempo detrabajo necesario para producirlas,tendrán menos valor, y, por tanto,Al final de la tormenta, cuando lasaguas retornen a su cauce y el mercadose recupere, habrán quedado menosempresas… y menos empresarios.Estos últimos se sumarán al sector delos asalariados, a trabajar para otros.menor precio. Por ejemplo, unachamarra producida en una horatendrá en ella, acumulado, un valorde una hora, mientras que otraque se haga en media hora, valdrásólo la mitad, y si una empresadispone de tecnología más avanzada,producirá cuatro chamarrasen una hora, logrando que cadauna contenga (además del costoen materias primas, desgaste demaquinaria, etc.) sólo 15 minutosde trabajo, y así sucesivamente.Reducido el tiempo de trabajo requeridose abaratarán las mercancíasy bajará su precio, con lo quese habrá ganado competitividad.Y aquí radica precisamente la ventajade las grandes empresas, quegracias a su mayor dotación de capitalpueden absorber tecnologíade punta, para elevar su productividad.Pero volviendo a nuestra situaciónactual, en una crisis secontrae el mercado. Los consumidoresdemandan menos mercancías.Pongamos que se consuma50 por ciento menos que entiempos normales. La preguntasería a qué empresas corresponderádejar de vender, y cuáles seguiránhaciéndolo en un mercadoreducido a la mitad. La respuestaes clara: saldrán aquéllas que dispongande menos capital y tenganpor ello tecnología más atrasada,incurran en costos más elevados y,en consecuencia, ofrezcan preciosmás altos; ésas serán excluidas delmercado, precisamente lo que hoyocurre.Al final de la tormenta, cuandolas aguas retornen a su cauce y elmercado se recupere, habrán quedadomenos empresas… y menosempresarios. Estos últimos se sumaránal sector de los asalariados,a trabajar para otros. Pero habráganadores: el mercado se habráconcentrado, al haberse reducidoel número de empresas en cadasector, y habremos avanzado haciaestructuras de oligopolio y monopolio.Y de que el presidente Calderónno puede hacer nada ante estasterribles tendencias del desarrolloeconómico, y que los programasoficiales son vil retórica, ahí estála evidencia. De nada han servidosubsecretarías (por lo demás bastantecostosas) y programas depretendido apoyo a los pequeñosempresarios. No olvidemos que elgobierno sirve a los grandes, noa los pequeños, y que las grandesempresas son, en México y el mundo,las verdaderas beneficiarias delos programas de rescate.abelpz@correo.chapingo.mxOpinión27 de abril de 2009 www.buzos.com.mxwww.buzos.com.mx27 de abril de 2009

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