innato y no instruido, sino lo maduro y cultivado, es <strong>de</strong>cir lo queexhibe racionalidad.Santo Tomás recoge la opinión <strong>de</strong> Andrónico, según el cual haydos virtu<strong>de</strong>s para or<strong>de</strong>nar estos movimientos. La primera, el ornato,los or<strong>de</strong>na según la conveniencia <strong>de</strong> la propia persona. La segunda, elbuen or<strong>de</strong>n, los or<strong>de</strong>na según la conveniencia con personas externas,negocios y lugares. Pero también recoge la opinión <strong>de</strong> Aristóteles,según la cual la mo<strong>de</strong>ración <strong>de</strong> los movimientos exteriores pue<strong>de</strong>reducirse a dos virtu<strong>de</strong>s: la veracidad 285 , en cuanto que esos actosexteriores son signos <strong>de</strong> la disposición interior 286 ; y la amistad oafabilidad, en cuanto que nos or<strong>de</strong>namos hacia otros por medio <strong>de</strong>esos actos exteriores: en el fondo, ambas distinciones son parecidas,aunque no idénticas.Todos tenemos la experiencia <strong>de</strong> esas personas que se muevencon gracia, con elegancia, con dignidad: hay una actitud <strong>de</strong> mo<strong>de</strong>stia,<strong>de</strong> or<strong>de</strong>n y medida, <strong>de</strong> proporción, reflejo <strong>de</strong>l alma templada. Y lomismo se <strong>de</strong>scubre en su hablar 287 , en su mirar, en sus gestos, quenunca son forzados y expresan sin engaño lo que piensan o quieren<strong>de</strong>cir, pese a ser parcos. Su conducta es <strong>de</strong> una transparencialuminosa, podríamos <strong>de</strong>cir: refleja su íntimo modo <strong>de</strong> ser, su propiocarácter, en el que se ve impresa la belleza característica <strong>de</strong> latemplanza, la nobleza que distingue lo verda<strong>de</strong>ramente humano.Incluso en la satisfacción <strong>de</strong> sus apetitos más básicos, como el <strong>de</strong>comer o beber, con sus buenas maneras muestran una libertad ydistancia que refleja que no se es esclavo <strong>de</strong> ellos, sino que se lesdomina, precisamente al darles “una forma regulada, propiamentehumana” 288 , que les distingue <strong>de</strong> los animales 289 . Su trato y compañíaresulta agradable, afable, sin estri<strong>de</strong>ncias, aunque con personalidad.Y todo ello con la naturalidad característica <strong>de</strong> la virtud, queconstituye una segunda naturaleza. A tal virtud parece referirseSanto Tomás.3) EutrapeliaEs la virtud que mo<strong>de</strong>ra las acciones que tienen que ver con eljuego o diversión, que consiste en esos “dichos o hechos en los queno se busca sino el <strong>de</strong>leite <strong>de</strong>l alma” 290 , y que son necesarios, <strong>de</strong>cuando en cuando, para el <strong>de</strong>scanso <strong>de</strong>l alma. En efecto, así loexplica Santo Tomás: “cuando el alma se eleva sobre lo sensiblemediante obras <strong>de</strong> la razón, aparece un cansancio en el alma (...),tanto mayor cuanto mayor es el esfuerzo con el que se aplica a lasobras <strong>de</strong> la razón. Y <strong>de</strong>l mismo modo que el cansancio corporal<strong>de</strong>saparece por medio <strong>de</strong>l <strong>de</strong>scanso corporal, también la agilidad48
espiritual se restaura mediante el reposo espiritual. Ahora bien, el<strong>de</strong>scanso <strong>de</strong>l alma es <strong>de</strong>leite, como ya dijimos. Por eso esconveniente proporcionar un remedio contra el cansancio <strong>de</strong>l almamediante algún <strong>de</strong>leite, procurando un relajamiento <strong>de</strong> la tensión <strong>de</strong>lespíritu” 291 . Es <strong>de</strong>cir, que el <strong>de</strong>scanso <strong>de</strong>l alma no consiste, como el<strong>de</strong>scanso corporal, en la mera cesación <strong>de</strong> su actividad, sino en suaplicación a objetos que produzcan satisfacción, como son el juego ylas diversiones.Vemos pues que es, no sólo conveniente, sino necesario para elbien <strong>de</strong>l hombre, que éste busque algún juego que le permita“<strong>de</strong>stensar” el alma, ofreciéndole cierto reposo espiritual. Y puestoque estos juegos llevan consigo un <strong>de</strong>leite, pue<strong>de</strong> haber una virtudque se ocupe <strong>de</strong> ellos, mo<strong>de</strong>rando los <strong>de</strong>leites. A esta virtud la llamael Aquinate, siguiendo a Aristóteles, eutrapelia, y en cuanto “quehace que el hombre se refrene <strong>de</strong> la falta <strong>de</strong> mo<strong>de</strong>ración en el juego,pertenece a la mo<strong>de</strong>stia” 292 .La eutrapelia guarda el recto or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> la razón en el juego,evitando tres cosas. Primero, que el <strong>de</strong>leite en que consiste el juegose busque en obras o palabras torpes o nocivas. Segundo, que lagravedad <strong>de</strong>l espíritu se pierda totalmente, para lo que conviene queen el juego haya siempre una chispa <strong>de</strong> ingenio. Tercero, que eljuego no se acomo<strong>de</strong> a la dignidad <strong>de</strong> la persona, la materia y eltiempo 293 .A<strong>de</strong>más, la razón evita tanto el exceso 294 en el juego como el<strong>de</strong>fecto 295 . El vicio por exceso ocurre cuando se sobrepasa la norma<strong>de</strong> la razón. Concretamente, puesto que la expansión que da en eljuego se or<strong>de</strong>na al <strong>de</strong>scanso <strong>de</strong>l alma 296 , parece excesivo buscarlocuando no hemos cumplido con nuestras obligaciones graves y serias.En cuanto al vicio por <strong>de</strong>fecto, afirma Santo Tomás que “es noproferir ni un chiste ni conseguir que los <strong>de</strong>más bromeen por el hecho<strong>de</strong> no aceptar siquiera los juegos mo<strong>de</strong>rados <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más. Los queasí se comportan son duros y rústicos” 297 . Pero, continúa el Aquinate,puesto que el juego es útil por el <strong>de</strong>leite que proporciona, y el <strong>de</strong>leiteno se busca por sí mismo en la vida humana, sino en or<strong>de</strong>n a laacción, “la falta <strong>de</strong> juego es menos viciosa que el exceso en elmismo” 298 .Lo dicho hasta aquí sobre el juego, se aplica igualmente a lasdistracciones y el <strong>de</strong>scanso, que siendo buenas y convenientes, espreciso mo<strong>de</strong>rar según el recto or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> la razón, <strong>de</strong> manera muysimilar a como se hace con el juego.4) Mo<strong>de</strong>stia en el uso <strong>de</strong> las cosas externas: ornato49
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