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LA TEMPLANZA - Universidad de Navarra

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perfecciona tanto el apetito sensible concupiscible –directamente-,como el apetito sensible irascible -por medio <strong>de</strong>l concupiscible-; yesto se traduce en el perfeccionamiento <strong>de</strong> las pasiones <strong>de</strong>l apetitosensible, entre las que se cuenta la vergüenza.Cabría objetar, y así lo recoge el Aquinate en el segundo artículo<strong>de</strong> la cuestión sobre la vergüenza, que no siempre el objeto <strong>de</strong> lavergüenza es un acto torpe, pues los hombres se avergüenzan confrecuencia por otros motivos, como son: las humillaciones, las obrasserviles, e incluso algunos actos <strong>de</strong> virtud. Y se da el caso también <strong>de</strong>que se avergüenzan más <strong>de</strong> cosas que son menos viciosas 24 . Pararespon<strong>de</strong>r a estas objeciones, Santo Tomás discurre <strong>de</strong> un modosorpren<strong>de</strong>nte. Comienza analizando el concepto <strong>de</strong> temor en queconsiste la vergüenza, y que tiene por objeto un mal difícil <strong>de</strong> evitarcomo es la torpeza viciosa y la torpeza penal u oprobio 25 .En cuanto al primer tipo <strong>de</strong> torpeza, la que consiste en la propia<strong>de</strong>formidad <strong>de</strong>l acto voluntario, afirma –y esto es lo sorpren<strong>de</strong>nte-,que “no es, propiamente hablando, un mal difícil, puesto que aquelloque se encuentra únicamente en la voluntad no parece que sea difícilni superior a la voluntad humana, por lo cual no se percibe como algoterrible” 26 . Por esto se da la paradoja <strong>de</strong> que, aún siendo lavergüenza una condición <strong>de</strong> la templanza, el hombre templado nosiente vergüenza, porque no piensa que el acto torpe sea difícil <strong>de</strong>evitar y, por tanto, no lo teme 27 . Así pues, la propia <strong>de</strong>formidad <strong>de</strong>lacto voluntario no parece constituir propiamente el objeto <strong>de</strong>l temoren que consiste la vergüenza. Volveremos sobre este punto mása<strong>de</strong>lante.En cuanto al segundo tipo <strong>de</strong> torpeza, el oprobio o vituperio <strong>de</strong>alguien, y que viene a ser como una torpeza <strong>de</strong> carácter penal, aquísí ve Santo Tomás un cierto mal arduo, capaz <strong>de</strong> constituir el objeto<strong>de</strong> la vergüenza, pues el vituperio es un mal difícil <strong>de</strong> evitar, como elhonor (en que consiste la gloria) es un bien arduo difícil <strong>de</strong> alcanzar.Por tanto, concluye, la vergüenza “tiene por objeto primero yprincipal el vituperio u oprobio” 28 .Ahora bien, y con esto volvemos al punto <strong>de</strong> partida, dado que“el vicio es el que propiamente merece el vituperio” 29 , se sigue que lavergüenza se ocupa <strong>de</strong> la torpeza viciosa, es <strong>de</strong>cir, <strong>de</strong> los <strong>de</strong>fectosvoluntarios, más que <strong>de</strong> los <strong>de</strong>fectos que no se dan por culpa propia,como puedan ser las humillaciones, la pobreza, la inferioridad o lasujeción a otros. Si hay quienes se avergüenzan <strong>de</strong> estas realida<strong>de</strong>ses porque “el vituperio, aunque esencialmente se <strong>de</strong>be sólo a la culpa(por un <strong>de</strong>fecto voluntario), consi<strong>de</strong>ra también, al menos según laopinión <strong>de</strong> los hombres, cualquier <strong>de</strong>fecto” 30 , aún no culpable, comolos anteriores. Y por lo mismo, la vergüenza no se ocupa <strong>de</strong> las obrasvirtuosas sino acci<strong>de</strong>ntalmente, “bien en cuanto que los hombres las8

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