Esta última virtud, comprendida en la mo<strong>de</strong>stia, mo<strong>de</strong>ra el uso(no la posesión) <strong>de</strong> las cosas externas en el hombre. En efecto, “latemplanza, en cuanto virtud <strong>de</strong> disciplina personal, concierne al usoque hace la persona <strong>de</strong> cualquier cosa u objeto. El papel <strong>de</strong> lamo<strong>de</strong>ración, a la hora <strong>de</strong> servirse <strong>de</strong> las cosas agradables, proviene<strong>de</strong> la necesidad que tenemos <strong>de</strong> esas cosas para vivir” 299 .Está claro que, como dice Santo Tomás, “en las cosas externasque usa el hombre no hay vicio alguno, a no ser por parte <strong>de</strong>l hombreque las usa inmo<strong>de</strong>radamente” 300 , con un afecto <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>nado, biensea porque lo hace <strong>de</strong> un modo excesivamente libidinoso, o enrelación a la costumbre <strong>de</strong> los hombres con los que convive. Por eso,algunos autores llaman a esta mo<strong>de</strong>ración sencillez, en cuanto queatempera el ornato externo a las condiciones <strong>de</strong> vida y el puesto en lasociedad <strong>de</strong> cada persona, sin exce<strong>de</strong>rse por carta <strong>de</strong> más ni porcarta <strong>de</strong> menos.En <strong>de</strong>finitiva, se trata <strong>de</strong> que el uso <strong>de</strong> las cosas no vengacondicionado por una pasión <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>nada, sea por exceso (lujo yostentación) o por <strong>de</strong>fecto (pobretonería y <strong>de</strong>ja<strong>de</strong>z). El exceso sepue<strong>de</strong> ver cuando se busca la gloria humana mediante el excesivoornato en vestidos y otros objetos 301 , cuando el hombre busca las<strong>de</strong>licias <strong>de</strong> su cuerpo mediante el excesivo cuidado en el vestir, ycuando se emplea excesiva solicitud en el cuidado <strong>de</strong>l vestido(aunque no exista <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n por parte <strong>de</strong>l fin, como en el primercaso). El <strong>de</strong>fecto pue<strong>de</strong> darse, en primer lugar, por negligencia <strong>de</strong>lhombre, que es molicie. En segundo lugar, cuando ese mismo <strong>de</strong>fectoen el ornato exterior se or<strong>de</strong>na a la vanagloria, lo cual “es máspeligroso por presentarse so capa <strong>de</strong> servir a Dios” 302 .Santo Tomás hace ver que el ornato exterior guarda unaestrecha relación con la virtud que hemos llamado pudor, ya quepue<strong>de</strong> provocar la lascivia, incluso cuando no se hace con esaintención 303 . También por eso es preciso que sea mo<strong>de</strong>rado, noexcesivo, ni <strong>de</strong>svergonzado, ni impúdico 304 . Piensa el Aquinate quetampoco es virtuoso fingir una belleza que no se posee conaditamentos 305 y otras cosas artificiales, si bien no ve reparos enocultar con ellos <strong>de</strong>fectos que proce<strong>de</strong>n <strong>de</strong> otra causa, como pue<strong>de</strong>ser una enfermedad o algo semejante 306 .c) Tercera serie: parquedad y mo<strong>de</strong>raciónPor último, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> las partes potenciales, tenemos la serie <strong>de</strong>virtu<strong>de</strong>s que se ocupan <strong>de</strong> las cosas externas relacionadas connosotros, no en cuanto a su uso, sino más bien a su posesión 307 .Dentro <strong>de</strong> esta serie, según se siga la <strong>de</strong>nominación <strong>de</strong> Macrobio o50
Andrónico, Santo Tomás cita respectivamente la parquedad osuficiencia, que enseña a no buscar lo superfluo, y la mo<strong>de</strong>ración osimplicidad, que enseña a no buscar cosas <strong>de</strong>masiados exquisitas.La parquedad o suficiencia podría i<strong>de</strong>ntificarse con lo que hoyllamamos <strong>de</strong>sprendimiento, que también incluye algunas <strong>de</strong> lasactitu<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la mo<strong>de</strong>ración o simplicidad. Por más que Santo Tomásno le <strong>de</strong>dique ni un artículo en el tratado <strong>de</strong> la templanza, esta virtu<strong>de</strong>s <strong>de</strong> gran importancia para criar el alma sobria, templada, en lascircunstancias actuales <strong>de</strong> la sociedad <strong>de</strong> consumo. Merece la penarecordar aquí una i<strong>de</strong>a básica: que la templanza es el espacioa<strong>de</strong>cuado en el que el hombre se relaciona con las cosas sensibles. Aligual que dijimos con el uso <strong>de</strong> las cosas externas, tampoco en laposesión <strong>de</strong> cosas externas hay vicio alguno, a no ser por parte <strong>de</strong>lhombre, por el <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>nado afecto con que las busca y posee.Santo Tomás no avanza mucho más en la caracterización <strong>de</strong>estas virtu<strong>de</strong>s pero, teniendo en cuenta su importancia hoy en día(sociedad <strong>de</strong> consumo, etc.), po<strong>de</strong>mos preguntarnos: ¿por qué buscael hombre las cosas materiales, la riqueza? ¿Qué placer encuentra enello?Puesto que el placer sigue a la satisfacción <strong>de</strong> una necesidadnatural, la respuesta podría ser que el hombre necesita, connecesidad <strong>de</strong> medio, las cosas materiales para la conservación <strong>de</strong> lavida y <strong>de</strong> la especie (sostenimiento y educación <strong>de</strong> la prole), y parallevar una vida conveniente. Por ello es lícito <strong>de</strong>sear y procurarseesos medios materiales, y el hombre encuentra cierto placer al lograrsu posesión y satisfacer, <strong>de</strong> este modo, esa necesidad natural. Aquíes don<strong>de</strong> entra el <strong>de</strong>sprendimiento, aplicando la mo<strong>de</strong>racióncaracterística <strong>de</strong> la templanza, a esta materia secundaria constituidapor los <strong>de</strong>seos y goces <strong>de</strong> la posesión <strong>de</strong> riquezas y bienesmateriales. Por otra parte parece que estos bienes materiales entran<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la categoría <strong>de</strong>l bien arduo, difícil <strong>de</strong> conseguir, por lo queel <strong>de</strong>sprendimiento tendría por sujeto propio el apetito irascible,atemperando el amor a las riquezas. Pero en cuanto al modo <strong>de</strong>actuar, caería bajo la órbita <strong>de</strong> la templanza, como una <strong>de</strong> sus partespotenciales.La mo<strong>de</strong>ración que el <strong>de</strong>sprendimiento ejerce sobre el apetito <strong>de</strong>riquezas y bienes materiales consiste en someterlo al recto or<strong>de</strong>n <strong>de</strong>la razón, <strong>de</strong> manera que el modo en que se <strong>de</strong>sean sea acor<strong>de</strong> a larazón. Esto exige dos cosas: primero, que al <strong>de</strong>sear los bienesmateriales, no se haga <strong>de</strong> forma que pierdan su condición <strong>de</strong> medios.Segundo, que el fin al que se or<strong>de</strong>nan sea un verda<strong>de</strong>ro fin <strong>de</strong>lhombre.Tratar siempre a las cosas materiales como medios y no comofines exige asegurar que no acaparan tanto la atención <strong>de</strong> la razón 30851
- Page 1 and 2: LAS PARTES DE LA TEMPLANZASEGÚN SA
- Page 3 and 4: El presente trabajo tiene por objet
- Page 5 and 6: Son las que recogen la materia secu
- Page 7 and 8: virtud, sino que se da principalmen
- Page 9 and 10: consideran viciosas, bien en cuanto
- Page 11 and 12: de los órganos genitales no está
- Page 13 and 14: propio del hombre ser sorprendido p
- Page 15 and 16: esencialmente útil si va contra la
- Page 17 and 18: esfera afectiva, es decir, el pelig
- Page 19 and 20: en cuanto que, de acuerdo con la ra
- Page 21 and 22: La palabra sobriedad deriva de medi
- Page 23 and 24: logra así la complementariedad cor
- Page 25 and 26: sentenció San Agustín: la castida
- Page 27 and 28: claro el aspecto de injusticia, tam
- Page 29 and 30: los ve más que como objetos de pla
- Page 31 and 32: a) Primera serie: movimientos y act
- Page 33 and 34: expresa una situación pasajera, ti
- Page 35 and 36: perfección original del hombre, la
- Page 37 and 38: En cierto modo, puede que no parezc
- Page 39 and 40: error y la debilidad propios, y se
- Page 41 and 42: cabría incluirla en la segunda ser
- Page 43 and 44: una templanza en asuntos menos dif
- Page 45 and 46: verdad, en sí mismo, estuviera des
- Page 47 and 48: sonido original sobre cualquier cos
- Page 49: espiritual se restaura mediante el
- Page 53 and 54: libertad cuando se sabe ir más all
- Page 55 and 56: quien así actúa es consciente de
- Page 57 and 58: 61 S. Th., II-II q145 a1 co. Convie
- Page 59 and 60: 97 S. Th., II-II q146 a1 ad4.98 Est
- Page 61 and 62: de la persona que se entrega del to
- Page 63 and 64: que simples objetos como consecuenc
- Page 65 and 66: 197 S. Th., II-II q142 a2 co. Un po
- Page 67 and 68: 251 In Eth., IV, 13.252 PIEPER, J.,
- Page 69 and 70: 292 S. Th., II-II q168 a2 co.293 Cf