LECTIO PASTORALISevangélico en la cultura <strong>de</strong> nuestro pueblo; en susistema <strong>de</strong> valores, en sus criterios <strong>de</strong> juicio y en susdirectrices <strong>de</strong> acción, para llegar a formar unacomunidad humana abierta a los valores trascen<strong>de</strong>ntes.La Iglesia <strong>de</strong>be sersiempre un espacio <strong>de</strong>comunión y participación,más allá <strong>de</strong> las condicioneseconómicas,políticas y sociales <strong>de</strong> loshombres y mujeres quela componen. Nuestroser <strong>de</strong> cristianos no nosaleja <strong>de</strong>l mundo, antesbien, <strong>de</strong>seamos compartirlos gozos y esperanzas<strong>de</strong> nuestros pueblosque, entre las angustias<strong>de</strong> los hombres y los consuelos<strong>de</strong> Dios, se esfuerzanpor cumplir su vocación humana y cristiana.El Misterio <strong>de</strong> la Iglesia, Una, Santa, Católica yApostólica, es el sacramento <strong>de</strong> la comunión <strong>de</strong>Dios al servicio <strong>de</strong> su Reinado en toda la humanidad,y se concreta en un Pueblo <strong>de</strong> Dios que es elCuerpo <strong>de</strong> Cristo habitado por el Espíritu, vínculo<strong>de</strong> comunión <strong>de</strong> todos sus miembros, que son fundamentalmenteiguales, y que por su condición yoficio, cumplen diversos servicios con variedad <strong>de</strong>formas <strong>de</strong> vida y carismas que enriquecen la comunióny la unidad al servicio <strong>de</strong>l Reino en la Iglesiay en toda la humanidad.La comunión entre Dios y los hombres se manifestó<strong>de</strong> un modo admirable en el hecho <strong>de</strong> laalianza y alcanzó su plenitud en el misterio <strong>de</strong> laEncarnación. Creemos que esta realidad <strong>de</strong>berátambién manifestarse en nuestra Iglesia diocesanaa través <strong>de</strong> la comunión y participación <strong>de</strong> quienesla componemos.La comunión y participación entre los miembros<strong>de</strong> nuestra Iglesia particular, sólo será posible silogramos vivir un auténtico encuentro con Jesucristovivo, y nos <strong>de</strong>jamos guiar por el Espíritu, constructor<strong>de</strong> la unidad en la diversidad entre losmiembros <strong>de</strong> una comunidad, teniendo como ejemploa la Virgen María, la perfecta discípula queBol-309vivió mejor que nadie la comunión con su HijoJesucristo.Los factores <strong>de</strong> unidad más importantes paranuestra comunidad eclesial son la Eucaristía y laPalabra <strong>de</strong> Dios estudiada,meditada y vividacomo criterio <strong>de</strong> referenciaseguro en el que todos<strong>de</strong>bemos coincidir.Más allá <strong>de</strong> loscarismas, ministerios yfunciones con que Diosha dotado a su pueblo, estáel amor <strong>de</strong> Jesucristo, cabeza<strong>de</strong>l Cuerpo Místico,que todo lo ubica y le dacoherencia y unidad.Asumimos las directricesque el Magisterio universaly local <strong>de</strong> la Iglesiapone en nuestras manos, para que la tareaevangelizadora se convierta en un signo claro <strong>de</strong>unidad eclesial.Compartimos con nuestros obispos latinoamericanosla convicción <strong>de</strong> que la pastoral planificada yorgánica es el camino a<strong>de</strong>cuado, consciente e intencional,para llevar a cabo la misión evangelizadora<strong>de</strong> la Iglesia.El ejercicio práctico <strong>de</strong> la comunión se realiza enla corresponsabilidad, la cual, a su vez, se hace másevi<strong>de</strong>nte en el buen funcionamiento <strong>de</strong> los mecanismosestablecidos para ello. Estos mecanismos sonlas Asambleas, los Consejos y los Equipos que, anivel diocesano, <strong>de</strong>canal y parroquial, ofrecen unespacio <strong>de</strong> discernimiento comunitario y <strong>de</strong> fraternida<strong>de</strong>clesial para bien <strong>de</strong>l trabajo pastoral.Las sanas relaciones humanas cultivadas en todoslos niveles y espacios <strong>de</strong> discernimiento comunitario,serán la clave para abrir las puertas hacia undiálogo fecundo con el obispo, sacerdotes,religiosas(os), laicos y seminaristas, que nos permitaconstruir los consensos necesarios para avanzaren el camino <strong>de</strong> la unidad, superando los conflictosy las críticas <strong>de</strong>structivas. Sólo en un ambiente<strong>de</strong> comunión fraterna, pue<strong>de</strong>n florecer lasvocaciones para todos los servicios que la Iglesianecesita en el <strong>de</strong>sempeño <strong>de</strong> su misión.pág.3