la nueva parroquia - Editorial Sal Terrae
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ALPHONSE BORRAS / GILLES ROUTHIERgran misterio de <strong>la</strong> vida y descubrir con gozo <strong>la</strong> positividadde <strong>la</strong> existencia, <strong>nueva</strong> familia de Dios en camino.Desde este horizonte, hoy tengo el honor de presentaruna obra que estoy seguro será pronto un referente en nuestropaís en lo que atañe a <strong>la</strong> reflexión pastoral sobre el ser ymisión de <strong>la</strong> <strong>parroquia</strong>. Los profesores G. Routhier y A.Borras, bien conocidos en el ámbito eclesial de lengua francesa,nos ofrecen el fruto de su investigación desde una c<strong>la</strong>raconciencia de <strong>la</strong>s <strong>nueva</strong>s situaciones históricas que, al menosen nuestro Occidente cristiano, vivimos nada más iniciarel siglo XXI. A través de una visión de <strong>la</strong> historia de <strong>la</strong> <strong>parroquia</strong>en los últimos siglos, diagnostican que ya ha acontecidoel «fin de <strong>la</strong> civilización <strong>parroquia</strong>l» y examinan un nuevomodelo de organización de <strong>la</strong>s <strong>parroquia</strong>s, sin pretenderabsolutizar ninguna propuesta, pues son conscientes de quenuestro momento exige una actitud abierta y realista. Todocuanto se propone en este sólido estudio se hace a <strong>la</strong> luz de<strong>la</strong> rica imagen que sobre <strong>la</strong> <strong>parroquia</strong> da el Código de DerechoCanónico de 1983, lo cual es importante para ofrecerpropuestas arraigadas en <strong>la</strong> realidad actual de <strong>la</strong> Iglesia.Según este enfoque jurídico, que hunde sus raíces en <strong>la</strong>óptica comunitaria de <strong>la</strong> eclesiología del Concilio VaticanoII, <strong>la</strong> <strong>parroquia</strong> es sobre todo una comunidad, no una simpledemarcación territorial; es <strong>la</strong> comunidad el sujeto activoprivilegiado de <strong>la</strong> vida eclesial (c. 515 § 1). Por ello, el párrocose inserta en este sujeto agente, no tanto como un individuosingu<strong>la</strong>r con responsabilidad primera sobre individuos,sino como un ministro que vive su servicio como cooperadorde su obispo y con responsabilidad hacia unos fieles,sus co<strong>la</strong>boradores, de los que tendrá cuidado personal escrupuloso,pero a los que considerará siempre como miembrosde un cuerpo vivo, <strong>la</strong> comunidad (c. 528). Ello conlleva, ami entender, saber vivir <strong>la</strong> acción <strong>parroquia</strong>l, no como unasuperposición de individualidades, sino como una accióncolegial de personas que se sienten l<strong>la</strong>madas a vivir una experienciaprofunda de amistad, nacida de <strong>la</strong> misión y a su• 14 •