IntroducciónEn todas partes, en Occidente, <strong>la</strong> <strong>parroquia</strong>, que había sidouna institución básica de <strong>la</strong> Iglesia e incluso de <strong>la</strong> sociedad,está siendo cuestionada. Un cierto «tic» empresarial podríallevar a pensar que tan ma<strong>la</strong> situación se debe a <strong>la</strong> disminucióndel número de sacerdotes o al envejecimiento del clero,al declive de <strong>la</strong> práctica religiosa o a problemas de tipofinanciero. Estas explicaciones son sin duda demasiado cortas,como lo es igualmente <strong>la</strong> explicación a partir de <strong>la</strong> secu<strong>la</strong>rización.Lo que está en cuestión no es simplemente ellugar o el estatuto que <strong>la</strong> religión tiene en <strong>la</strong> sociedad, ni siquierael modo en que el cristianismo se inserta en <strong>la</strong> cultura.Lo que está minando <strong>la</strong> <strong>parroquia</strong> es <strong>la</strong> transformacióndel espacio, del tiempo y del hábitat de <strong>la</strong> gente.El cristianismo había encontrado un modo adecuado deinsertarse en el tiempo y en el espacio de <strong>la</strong> gente. Sus institucionesse habían ajustado a su modo de convivir y de cohabitarun espacio; a cambio, éstos habían influido en <strong>la</strong>manera de construir su espacio y de entender el tiempo y eluniverso. A través de una serie de interacciones, numerosasy complejas, se había construido lo que se ha dado en l<strong>la</strong>mar«<strong>la</strong> civilización <strong>parroquia</strong>l».De esta manera, <strong>la</strong> <strong>parroquia</strong>, imagen típica de <strong>la</strong> sociabilidadcatólica, acabó uniendo su suerte a un tipo de civilización,a una manera específica de vivir juntos y habitar elmundo, aunque en nuestros días el paso a otra civilizaciónesté haciendo que esta forma social particu<strong>la</strong>r vincu<strong>la</strong>da aun estadio anterior de <strong>la</strong> cultura se tambalee. Si esto es así• 17 •
ALPHONSE BORRAS / GILLES ROUTHIERexactamente, <strong>la</strong>s transformaciones actuales están vincu<strong>la</strong>dasa un cambio de civilización de gran amplitud que desestructura<strong>la</strong>s sociabilidades y los ritmos que caracterizaban a<strong>la</strong>s sociedades y a <strong>la</strong> cultura occidental.La <strong>parroquia</strong>, que fue emergiendo gradualmente en Occidente,ha necesitado muchos siglos para dibujar sus rasgoscaracterísticos antes de irse ajustando más tarde y continuamentea los múltiples y diversos ambientes, en diferentescontextos y en condiciones variables. Ha ido atravesando <strong>la</strong>sdiferentes épocas hasta nuestros días. No hay ninguna dudade que, en función de <strong>la</strong>s transformaciones actuales y de losajustes necesarios, <strong>la</strong> <strong>parroquia</strong> ha ido redefiniéndose durantedecenios, si no más, al modo de un organismo vivoque se adapta a su medio. Así pues, lo mismo que en el pasado,<strong>la</strong> <strong>parroquia</strong> sólo encontrará <strong>nueva</strong>s y diferentes imágenesde sí misma en <strong>la</strong> interacción constante con su entornoy dentro de <strong>la</strong> cultura de <strong>la</strong> memoria cristiana.La «<strong>nueva</strong> <strong>parroquia</strong>» no se derivará pura y simplementede una doctrina ni de una concepción teórica, aunque <strong>la</strong>reflexión teológica y pastoral puede iluminar <strong>la</strong> práctica yorientar <strong>la</strong>s decisiones que deban tomarse. La «<strong>nueva</strong> <strong>parroquia</strong>»no se creará por decreto, ni siquiera aunque el derechopueda inducir a <strong>la</strong> deseada evolución. Se creará a través deinnovaciones y reformas sucesivas y, sobre todo, gracias a <strong>la</strong>senseñanzas a <strong>la</strong>s que esa misma evolución dé lugar. Fiel a su<strong>la</strong>rga historia, <strong>la</strong> «<strong>nueva</strong> <strong>parroquia</strong>» aparecerá entonces comoel modo continuo de ajustarse que tiene <strong>la</strong> Iglesia paraestar presente en Occidente, para proponer <strong>la</strong> Buena Noticiadel Evangelio a todo recién llegado y para acompañar alos seres humanos, niños, jóvenes y adultos, mientras caminan,a sus ritmos y a sus tiempos.P<strong>la</strong>ntear <strong>la</strong>s cosas de esta manera es, en definitiva, p<strong>la</strong>ntear<strong>la</strong> cuestión más general de <strong>la</strong> inculturación del cristianismoen <strong>la</strong>s sociedades occidentales (hiper)-modernas. Estonos aleja de aquel<strong>la</strong>s cuestiones que afectan únicamentea <strong>la</strong> gestión: el número de sacerdotes, <strong>la</strong>s estadísticas sobre• 18 •