Alcide d'Orbigny y Esteban Echeverría - Estudios – Revista de ...

III. PerspectivasEsta lectura complementaria es parte del proyecto de articular una historia dela interacción entre las miradas de Europa, en este caso Francia, sobre sus otroslatinoanoamericanos y las miradas de América latina sobre sus otros europeoscomo historia de la construcción de alteridades entre Europa y América a lo largodel siglo xIX. si bien no creo que se pueda reducir a América a ser una invención,una construcción discursiva de Europa, como se ha afirmado repetidasveces, sí estoy convencida de que lo que se dice y escribe acerca de una determinadarealidad pasa a ser parte de esa realidad, o puede pasar a ser parte de ella.América no desaparece en las construcciones retóricas de los relatos de viajeseuropeos, pero aquello que los viajeros europeos fueron diciendo y escribiendosobre América se depone, como una capa semántica, sobre la realidad que Américaes en cada momento de su historia, la transforma y pasa a ser parte de ella.Seguramente es esta dimensión del proceso la que subyace en la lectura queAdolfo Prieto hace de los viajeros ingleses del siglo XIX y la emergencia de laliteratura argentina en su libro de 1996. No es difícil comprobar, sin embargo, quesólo muy raramente lo que los escritores latinoamericanos han dicho a lo largo delos últimos siglos acerca de Europa ha pasado a formar parte de la realidadeuropea por el simple hecho de que, o bien no ha sido escuchado, o bien ha sidoconsiderado irrelevante.Si queremos ser precisos en estos tiempos poscoloniales, tenemos que señalarque el siglo XIX es el siglo poscolonial en casi toda América hispana. Los intelectualeshispanoamericanos, que en la primera mitad del siglo estaban empeñadosen abandonar el rol de colonizados, un rol que en la relación con Europa los definíacomo objetos de un discurso y no como potenciales sujetos en un diálogo, noencontraron, en esa etapa de intensa expansión colonial anglofrancesa, un lugarde enunciación a partir del cual pudieran entrar en un diálogo constructivo con losintelectuales europeos, algo que hoy en día, tras la disolución de los grandesimperios coloniales, están logrando los intelectuales poscoloniales del ex imperiobritánico y francés. En el siglo pasado, cuando la mirada colonialista dividía elmundo entre colonizadores y colonizados, y las naciones se construían comoentidades homogéneas con estrictas reglas de inclusión y exclusión, no habíaprácticamente la posibilidad de demarcar intersticios y convertirlos en nuevoslugares de enunciación por fuera de o entre esas categorías. una de las consecuenciasde esa rigid.ez y de ese dualismo fue que las ex-colonias americanas seconvirtieron pronto, en la medida de sus posibilidades, en nuevas potencias colonialesfrente a los otros dentro de la nación, los indígenas, o frente a los "vecinosgeopolíticos" más débiles. Ese proceso se despliega, para América hispana, en lasegunda mitad del siglo, y también allí podemos encontrar cruces de miradas6t