Dedicada plenamente a la música desde niña, iniciándoseprofesionalmente a los 13 años (cuandoobtuvo en la radio un primer triunfo), la pianista,cantante y compositora Judith Pérez Romeroacaba de cumplir 95 años. Lúcida, todavía en activo,se relacionó con grandes cantantes del paíscomo Alfonso Ortiz Tirado, y su madrina fue AmparoMontes para la orquesta femenil que fundóhace medio siglo, Las Maya Internacional, conla cual hizo una larga temporada en el Hotel delPrado de la capital mexicana. Su fascinante historiala cuenta a <strong>Proceso</strong> en su casa de Mérida.ROBERTO PONCEMÉRIDA, YUC.− Desde1933, cuando se inicióprofesionalmenteen programas radiofónicos,la pianista ycompositora meridanaJudith Pérez Romero ha llenado con susdedos entre teclados algunas de las páginasmás esplendorosas de la música yucateca,gracias al credo artístico que profesabonachonamente:“Cualquier tipo de música bien tocadaes bonita. La música es lo más hermosoporque en ella desbordas tus sentimientos;hay quienes tocan o cantan y transmitensu alma, pero hay quienes tienenuna voz muy bonita y cantan sin podertransmitir nada. La música se debe sentir.Laorquestafemenilyucatecade Judith Pérez Romero58 <strong>1998</strong> / 15 DE FEBRERO DE 2015
CULTURA“Me preguntan si a mi edad continúotocando con mi orquesta femenil Las MayaInternacional y les digo que sí, aunquesea en mi silla de ruedas voy y tococon mis cinco compañeras, la música esun don que Dios nos da como remedio paratodos los dolores del mundo. Mi secretopara la juventud es que hay que envejeceralegre y saber querer, perdonar, ayudara todo el mundo.”A sus 95 años, una lúcida Judith PérezRomero sigue causando sensación con suorquesta femenina Las Maya Internacional,agrupación que ella fundó a mediadosde 1955 bajo el nombre de Orquesta FemenilCopacabana (de la cual formó parte lacantautora yucateca Imelda Miller, La vozde metal).“Judith Pérez Romero es, de verdad, lomás valioso que tenemos en la canciónyucateca porque es una estupenda pianista,directora musical, una segunda vozespléndida y notable compositora, quiena los 16 años ya estaba acompañando parala estación XEMQ a Las Margaritas, duetointegrado por su hermana Margarita ysu amiga Margarita Pino”, afirma el poetaLuis Pérez Sabido.Director del Centro Regional de Investigación,Documentación y Difusión MusicalesGerónimo Baqueiro Fóster, y autordel Diccionario de la Canción Yucateca (<strong>Proceso</strong>,1785), Pérez Sabido añade:“En aquel entonces la gente opinabade Judith: ‘Es increíble que a esta edad ellatoque el piano como lo hace’, y hoy martes20 de enero que cumple 95 años de edad,oí a la gente decir exactamente la mismaexpresión durante la misa al aire libre porsu cumpleaños en el Parque Santa Lucía.”A lo largo de su carrera, Judith ha grabadouna docena de discos (uno para elCentro Regional Baqueiro Fóster) y el DVDLas Maya Internacional en Monterrey (UniversidadAutónoma de Nuevo León, 2011).Musicalizó los bambucos “Tesoro mío”,“Poema para una canción”, “Supremo anhelo”y “Tú y las flores”; los boleros “Nosé lo que te dije” o “Desconsuelo”, y otrosmás con letras de su esposo Gonzalo CastaldiGamboa (1913-<strong>1998</strong>).Un relámpago de sonidosLa casa de Judith Pérez Romero se ubica enel número 185 de la calle 23, colonia Buenavista,hasta donde conducen al reportero elpoeta Carlos Peniche Ponce (Otro día de luz,FCE) y el tenor Eduardo Rosado, alumno yamigo cercano de ella (ver recuadro).Radiante, en su pecho deslumbra unpequeño óvalo con la fina imagen delCrist o de la Misericordia como prendedor.Entre los dedos ágiles brillan un parde anillos musicales: uno con teclado labradoen oro, y otro de plata con un pentagramapautado, obsequios ambos de sudifunto marido con quien compuso el bolero“Siempre el amor”, en 1973. Al fondo,los instrumentos de las Maya Internacionalesperan la nueva mañana para cobrarvida, mientras en una amplia sala llena derecuerdos ella relata claves de su historia:“Toda mi música está aquí en mi mentey en mis manos, gracias a Dios. Estoyoperada de mi cadera y de mis piernas,que me rompí en 1992. Empecé a tocar elpiano a los cinco años, tocaba empíricamente.Mi hermana María Jesús que erapianista me obligó a aprender solfeo, no-ta por nota, porque yo armonizaba perfectamentebien en el piano y cantaba yo detodo nomás con oírlo, tanto que cuandomi tío y maestro de solfeo Filiberto Romerome puso a sacar la lección de la partituraque iba a enseñarme, yo ya la sabía tocarempíricamente.”Nació en el barrio de San Sebastián, hijade Luis Felipe Pérez Castro, integrantede un trío, y su madre Elvira Romero Hernández,pianista.“Toda mi familia fue musical, mi papátocaba guitarra y todas las mujeres en casael piano, mis hermanas Aída y Margaritacantaban… Empecé a tocar y cantar profesionalmentea los trece años, cuando meEduardo Rosado,medio siglo cantandoROBERTO PONCEMÉRIDA, YUC.– Este año, EduardoRosado Guillermo Mérida, nacidoaquí el 20 de junio de 1942,cumple 50 años de carrera musical en el belcanto y en la canción popular.“Sería muy valioso que en Yucatán hubieseuna compañía operística porque tenemosmuy buenas voces acá, hay tenores y sopranosjóvenes de calidad. Lo que pasa es queno todos se atreven. O sea, es una carrera difícil.Algunos piensan que el primer día que separen a cantar ya van a recibir mucho dineroy eso no es así. La vida de un cantante escomplicada, tiene uno que cuidarse, no trasnochar,no fumar ni abusar de comidas y otrascosas. Hay que ser responsable con la profesión”,manifestó Eduardo Rosado a <strong>Proceso</strong>.En 1971, su paisano compositor DanielAyala Pérez (1908-1975) lo llamó a grabar lamúsica del espectáculo de luz y sonido enUxmal. A partir de 1978 sobresalió como solistade la Orquesta Típica Yukalpetén, conla cual grabó tres discos LP. Hacia mediadosde los setentas, Rosado cantó en homenajesa Pedro Vargas, Armando Manzanero y GutyCárdenas, siendo solista fundador del Conjuntode Cuerdas del Salón de la Historia. Suretrato al óleo forma parte de la galería de intérpretesdel Museo de la Canción Yucateca.En 1995 fue invitado al Festival Iberoamericanopor el Centenario de ErnestoLecuona y cantó en el Teatro Nacional de LaHabana. Al cambio de siglo, acompañadode la arpista y pianista estadunidense FrancescaFanelli, convocó a los cantantes bajacalifornianosMarco Antonio Labastida yJosé Medina para integrar Los Tres TenoresMexicanos, versión nacional de Pavarotti, Domingoy Carreras. Rosado añadió al reportero:“Cumplí 74 años y deseo seguir cantando,me gustaría grabar zarzuelas y arias que no hehecho. Porque honestamente, en Yucatán nose puede vivir del bel canto.”La noche del 20 de enero, cuando el tenoracudió con su primo poeta Carlos PenichePonce y <strong>Proceso</strong> a felicitar a Judith Pérez Romeroen casa de la artista de Colonia Buenavista,la pareja musical recordó el inicio de surelación profesional. Juntos cantaron variaspiezas de la trova yucateca.–Eduardito –dijo ella sonriente al tenor–,tú te acuerdas bien de todas aquellas tertuliasnocturnas maravillosas de hace tantos añosaquí, porque me venías a visitar y cantar desdeque estudiabas canto y yo te acompañaba eneste mismo piano cuando iniciaste tu carrera.–Judith y yo– apuntó Rosado complacido–nos conocimos en casa de mi primera profesorade canto y solfeo Iselita Pasos (Marrufo).–Y también estudiaste con Conrado PenicheSierra, quien la acompañaba en sus recitalescomo pianista –terció entonces Peniche.–Pero como yo venía a cantar con Judith,Iselita se molestó…–Sí, siempre hay celos, ¿verdad? –dijo Judith–,pero no hay que hacer caso… Iselita eramayor que yo unos doce años, y más que amigaera conocida mía. La música está por encimade todo, es lo más bello que existe y esoEduardito lo sabe.Un día antes de aquella visita, al calor deun café afuera del Hotel Victoria de Paseo deMontejo, el tenor expuso:“Judith Pérez Romero y Las Maya Interna-<strong>1998</strong> / 15 DE FEBRERO DE 2015 59