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Proceso-1998

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De los 18 filmes que la integraron, cuatrofueron mexicanos: Eco de la Montaña,del experimentado Nicolás Echevarría;Koltavanej, de Concepción Suárez Aguilar;la multipremiada Silvestre Pantaleón, de RobertoOlivares, y Jonathan Amith y Bankilal,de la novel chiapaneca María DoloresArias Martínez, y una coproducción conBolivia y Noruega, Yvy Maraey, del reconocidoJuan Carlos Valdivia.ContenidosEl canto de Rosa López Díaz al otro lado dela línea telefónica es firme y armonioso.El corrido de Valente Quintero es la únicacanción que dice saberse y con una timidezinicial acepta cantarla. El espectadornunca puede ver el rostro de esta indígenatzotzil, sólo escuchar su voz.Cuando el documental sobre su casofue filmado por su paisana ConcepciónSuárez, Rosa se encontraba recluida en elcerezo de San Cristóbal de las Casas, Chiapas,cumpliendo una condena de 27 añospor un crimen que no cometió. Las autoridadesdel estado nunca permitieron elingreso de cámaras al penal. Pese a la tragediavivida, Rosa canta alegre.En la oscuridad de la enorme sala decine sólo se escuchan las estrofas del corridode Valente Quintero interpretadaspor Rosa, al tiempo que corren los créditosde la producción. Koltavanej, como seYETLANECI ALCARAZBERLÍN.- Con una mezcla de fascinacióne inocencia, el indígena wixárikaSantos de la Torre expresa al ver frentea sí instrumentos rituales y de arte huicholque incluso en la actualidad han dejado deexistir en su comunidad:“Esto es divino y yo me siento tan afortunadode poder verlo. Lo que no entiendoes cómo llegaron hasta acá estos objetos.”Tiene ante sus ojos una de las coleccionesmás antiguas de esa cultura que desdeel siglo pasado llegó para formar parte de lacolección del Museo Etnológico de Berlín.Confiesa por su parte a <strong>Proceso</strong> el directorde cine Nicolás Echevarría:“Cuando vine por primera vez a la Berlinaleen 1991 con la película Cabeza de Vacasupe de la colección e incluso la visité. Estavez –24 años después– lo que me interesaes que sea Santos quien la conozca. Estoyseguro que para él va a ser muy especial y ami me gustaría mucho ver su reacción.”Santos de la Torre debió haberse hechofamoso en 1997 cuando su obra Pentitulael cortometraje, es un vocablo ztotzilque significa «desamarrarse», perotambién da una idea de «ayudémonos»,según explica su directora, ConcepciónSuárez. Cuando termina la interpretaciónde Rosa, estalla una ovación.Entusiasmada con el hecho de que sutrabajo se proyecte en uno de los festivalesde cine más importantes de Europa, SuárezAguilar lamenta, sin embargo, que todavíael cine que aborda temáticas de pueblosoriginarios reciba la etiqueta de indígenapara poder ser difundido.Con ella coinciden otros dos de los directoresque llegaron hasta esta capitalpara presentar sus trabajos, y quienes apesar de valorar los espacios de difusiónque cada vez más se abren al cine de estetipo, señalan su deseo porque un día desaparezcala etiqueta.“Me parece que independientementede nuestro origen étnico, el cine queaprendimos a hacer es el mismo en cualquierparte del mundo, pues partimos delos patrones occidentales. En ese sentido,me parece que habría que reconocer queel cine que hacemos es como cualquierotro, un producto de un esfuerzo artísticoy humano y que nace de una necesidadvital de comunicar algo, para lo cualechamos mano de ese instrumento comolo hace el europeo, el asiático, el africanoo cualquiera”, señala Suárez Aguilar enentrevista.La joven directora resalta, sin embargo,la paradoja que existe en el hecho deque ante la falta de espacios que hay parapromover sus trabajos, sea necesario cargarcon una etiqueta de “cine indígena”para acceder justamente a éstos.“En el caso de la Berlinale, me pareceque es de los que mejor catalogan porqueno lo hacen en torno al producto ensí, sino al tema. NATIVe busca que los filmesaborden las problemáticas y realidadde los pueblos indígenas y no apuesta porel folclorismo. Eso me parece lo más viablecuando quieres hacer este tipo de categorías”,explica.Oportunidad únicaPara la joven cineasta Maria Dolores AriasMartínez, por ejemplo, la Berlinale ha sidola oportunidad para mostrar por primeravez su trabajo. Sin embargo, también esperaque llegue el momento en el que seccionesespeciales como NATIVe no tengan másrazón de ser «porque se entenderá el cinecomo cine, así simplemente e independientementede quién lo haga y de dónde venga.“Soy de la opinión, tal como lo dice unbuen amigo, que los indígenas deben desaparecer,en sentido figurado. Debemoscomenzar a ver de una forma horizontalel cine hecho en Chenalhó o donde sea.”Roberto Olivares, por su parte que consu Silvestre Pantaleón recibió el premio delReencuentro de la cultura huichola ensamiento y alma huichol, un enorme muralhecho con base en chaquiras, llegó hastaFrancia como un obsequio que el gobiernodel entonces presidente Ernesto Zedillo hizoa la ciudad de París para ser expuesto permanentementeen la estación del Metro PalaisRoyal-Museé du Louvre.Pero no fue invitado a develar su obra nitampoco se le dio crédito durante la ceremoniade inauguración por los presidentesde Francia, Jacques Chirac, y de México,Ernesto Zedillo, en <strong>1998</strong> y, lo peor, tampocorecibió un pago por su trabajo.17 años después, y de la mano del destacadocineasta mexicano Nicolás Echevarría,la historia del arte de Santos de la Torre yla cosmovisión de su pueblo huichol llegaronal Festival Internacional de Cine de Berlín conel filme Eco de la montaña, significado en españolde Motoa Opohua, el nombre wixárikao huichol de Santos que abrió la sección especialNATIVe dedicada al cine indígena. Ahíse plasma el viaje de más de 600 kilómetrosque realizó el artista con su pueblo a travésde la Ruta del Peyote hasta el pueblo sagra-do de Wirikuta para pedir permiso a sus diosesy realizar una nueva obra mural.Santos de la Torre, gustoso y hasta travieso,dijo ante una sala de cine repleta querompió en ovación:“Ya no me cabe el gusto de estar aquí.Ojalá la película le haya gustado al pueblode Berlín. A mí me gustó. Me sorprendí tantoporque en la pantalla salí tan grande y enrealidad soy chaparro.”Al artista indígena lo esperó no sólo elglamour de la alfombra roja y las luces yaplausos, así como un sinnúmero de entrevistas,sino un innusitado reencuentro consu propia cultura.* * *De 1906 a 1907 el antropólogo alemán KonradTheodor Preuss viajó a la zona del GranNayar, con la encomienda por parte del Ministeriode Cultura, Educación y Medicinade Prusia de “estudiar antigüedades y tribusindias en el occidente de México”. La misióntenía el objetivo preciso de recorrer los esta-70 <strong>1998</strong> / 15 DE FEBRERO DE 2015

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