VE-20 ENERO 2016
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Número <strong>20</strong> – Enero <strong>20</strong>16
© Todos y cada uno de los derechos de las obras literarias, fotografías o<br />
ilustraciones publicadas en esta revista pertenecen en exclusiva a sus<br />
respectivos autores (aunque en algunos casos no se citen los nombres)<br />
Portada: Reading – Christoph Weise (Alemania)<br />
http://www.fotocommunity.com/photographer/christophweise/584192<br />
Diseño y edición: Rafa Sastre<br />
Colaboraciones: revistave@hotmail.com<br />
«Imagina a todas las personas viviendo la vida en paz»<br />
«Imagine» - John Lennon (1940-1980)<br />
Descarga de este número de la revista (PDF):<br />
http://www.mediafire.com/view/o7s4jpj136wco15/<strong>VE</strong>-<strong>20</strong>_<strong>ENERO</strong>.pdf
Índice<br />
Dos Cero Uno Seis (Rafa Sastre) Pág. 1<br />
Carta abierta a un maltratador (Susana Gisbert) Pág. 3<br />
Esdrújulas (Isabel Sifre) Pág. 7<br />
El andén (Sarah Martínez) Pág. 9<br />
Miradas de mujeres - 2ªmirada (María Luisa Pérez) Pág. 11<br />
Noche de Reyes (Jorge Richter) Pág. 13<br />
Borbotón (Aldana Giménez) Pág. 17<br />
Carta a Mariano (Lu Hoyos) Pág. 19<br />
Extracorporal (Esther Moreno) Pág. 23<br />
Sueño de una noche de verano (Pepe Sanchis) Pág. 25<br />
Un día particular (Conxa Gausí) Pág. 27<br />
Turno de oficio (Alicia García) Pág. 29<br />
Sin tenerte cerca (Luisa Berbel) Pág. 33<br />
En el Centro Comercial (Rafa Sastre) Pág. 35<br />
Casting (Nicolás Jarque) Pág. 37<br />
Terapia (David Rubio) Pág. 39<br />
Silencio (Marga Alcalá) Pág. 41<br />
Urbanitas (José Luis Sandín) Pág. 43<br />
I Maratón de Microrrelatos Valencia Escribe Pág. 45<br />
Ser tú (Manoli Vicente) Pág. 51<br />
La herida (Alicia Muñoz) Pág. 53<br />
Albor silente (Belén Mateos) Pág. 55<br />
La estrella (Luis Alberto Molina) Pág. 57<br />
Tiempo (Marisa Martínez) Pág. 61<br />
Las sombras (Vicente Montemayor) Pág. 63<br />
Puta Navidad (Xenia Rambla) Pág. 65
Diantres- Juan Luis López (Castell de Ferro, Granada)<br />
http://dididibujos.blogspot.com.es/
Dos Cero Uno Seis<br />
Un nuevo año. Bisiesto. Hace mucho, mucho tiempo, una<br />
compañera de trabajo, que ahora se dedica a disfrutar de su<br />
jubilación, me aseguró que odiaba los años bisiestos. Dan mala<br />
suerte, decía. Aquello se quedó grabado a fuego en mi mente y,<br />
aunque no me considero supersticioso, reconozco temer en cierta<br />
medida ese tipo de calendario. Al hilo del tema, lanzo una reflexión:<br />
¿por qué no son siempre festivos los 29 de febrero? Algún sindicato o<br />
partido político debería hacerse eco de esta demanda. Los currantes<br />
no somos culpables de ningún desajuste astronómico, si no vamos a<br />
cobrar ese día extra, justo sería no trabajarlo…<br />
Como cada mes de enero, ha llegado el momento de hacer<br />
balance y proponer objetivos. Creo que para este grupo todo fue<br />
positivo en <strong>20</strong>15: la revista siguió publicándose puntualmente,<br />
parimos el libro colectivo «Buffet Libre» y celebramos varios<br />
recitales. Algunos de nuestros componentes y amigos vieron además<br />
editados sus propios trabajos. El futuro más próximo nos va a<br />
deparar un Maratón de Microrrelatos el <strong>20</strong> de febrero (más<br />
información en página 45 y siguientes) al que estáis todos invitados y<br />
la publicación de un nuevo volumen titulado «El tiempo y la vida»,<br />
que ojalá esté listo para su presentación durante la Feria del Libro de<br />
Valencia.<br />
Creo que <strong>20</strong>16, pese su «bisiestez», podría ser un gran año.<br />
Pongamos todo de nuestra parte para que sólo ocurran cosas buenas.<br />
Sed felices y, si os gustan y apetece, comed perdices.<br />
Rafa Sastre<br />
1
Sadness – Lisandro Trarbach (Brasil)<br />
https://500px.com/lisandrotrarbach<br />
2
Carta abierta a un maltratador<br />
¿Querido? papá:<br />
Me voy. Nos marchamos. No creo que nos vuelvas a ver, ni<br />
tampoco quiero volverte a ver. Por fin he encontrado el valor para<br />
hacerlo.<br />
Pero no quiero irme sin decirte todo lo que tengo guardado<br />
dentro. Sólo he encontrado coraje para dejarte, pero no tanto como<br />
para decírtelo a la cara. Sí, soy una cobarde, pero al fin y al cabo eso<br />
es algo que aprendí de ti.<br />
No te quedes así. Por muy fuerte que te hayas creído siempre,<br />
nunca has sido otra cosa que un cobarde, un triste y miserable<br />
cobarde.<br />
Ya no me asustan tus bravuconadas, ni me estremecen tus<br />
lágrimas. Ya no me queda corazón para compadecerte, ya todo me da<br />
igual.<br />
¿Creías que no lo sabía? Pues entonces, además de cobarde, eres<br />
tonto. Espero estar aún a tiempo de no haberme vuelto tonta yo<br />
también, aunque he estado cerca.<br />
No sabes cuánto la echo de menos… Y ni siquiera he podido<br />
llorarla como toca, ni siquiera he podido contar a nadie lo que pasó,<br />
incluso me costó verlo yo misma.<br />
Sé que nadie va a comprender mi decisión, pero tampoco aspiro<br />
a ello. No es fácil que nadie entienda cómo soy capaz de dejar a mi<br />
padre solo, sumido en la depresión por la muerte de su esposa,<br />
mayor y enfermo. Pero nadie sabe que fuiste tú quién la mató. Creo<br />
que ni siquiera tú lo sabes.<br />
3
Ya sé que fue ella sola quien se tiró por la ventana, que tú no la<br />
empujaste. Y que antes se había tomado montones de pastillas, y en<br />
otra ocasión la encontraron con cortes en las muñecas. Pero ella no se<br />
quitó la vida. Ella ya no tenía vida, tú se la quitaste antes.<br />
Tú, que despreciabas la comida que hacía, las cosas que decía,<br />
los amigos que tenía. Tú, que no parabas de decirle lo mal que lo<br />
hacía todo, lo inútil que era, la carga que suponía. Tú, que a cada<br />
momento te lamentabas en voz alta de haberte casado con ella, que<br />
fantaseabas en lo que hubieras podido ser de no haberlo hecho. Tú,<br />
que cada día despintabas la sonrisa que a ella cada vez le costaba más<br />
lograr. Y tú, que finalmente fuiste cambiando esos desprecios por<br />
empujones, y los empujones por bofetadas, y las bofetadas por<br />
golpes. Y encima la llamabas torpe por caerse, la llamabas fea por<br />
tener los labios hinchados, y el ojo morado, la llamabas inútil por no<br />
estar en condiciones de atenderme.<br />
Tú la echaste en brazos de esas copitas de anís que fueron<br />
nublando su vida y durmiendo su desdicha. Y aún tuviste el valor de<br />
llorarla en su entierro. Ni siquiera la dejaste sola allí. Aún sé que vas<br />
de vez en cuando a turbar su descanso al cementerio. Y que la culpas<br />
de tu desgracia. Por Dios, déjala en paz. Sé que tus ramos de flores la<br />
siguen asfixiando, allá donde esté.<br />
Ya sé que a mí nunca me has puesto una mano encima, nunca<br />
me insultaste, que a tu modo me quieres, como quieres a tu nieta.<br />
Pero no quiero ese amor envenenado. Me has hecho más daño<br />
quitándome a mi madre, porque nunca conocí cómo pudo haber<br />
llegado a ser, ya que tú la habías matado antes. Hube de convivir con<br />
un fantasma que era mi madre, pero no lo era. He vivido en un mundo<br />
de silencios, de tristezas, de puertas cerradas con llave, he vivido<br />
ocultando botellas, tapando errores, encubriendo historias. Y no<br />
quiero más.<br />
4
Ni siquiera saldrás nunca en las noticias, ni pasarás por un<br />
Juzgado. Tu mujer se suicidó. Tú te quedaste solo y deprimido. Y la<br />
desalmada de tu hija, encima, te abandona, viejo y enfermo.<br />
Pero ya no más. Mi hija, que no ha tenido padre porque yo fui<br />
incapaz de convivir con alguien sin verte a ti, no vivirá este infierno.<br />
No, si yo puedo evitarlo. No la voy a condenar a un mundo de silencio,<br />
de puertas cerradas con llave, de visitas al médico, de botellas de anís<br />
y de tranquilizantes.<br />
Quiero que sea todo lo feliz que no lo fue su abuela, ni su madre,<br />
ni siquiera tú. No la volverás a ver. Y, cuando sea mayor y me<br />
pregunte por sus abuelos, le enseñaré esta carta. Y espero que por fin<br />
ella viva en un mundo donde no existan personas como tú.<br />
Hasta nunca<br />
Tu hija.<br />
Susana Gisbert Grifo (Valencia)<br />
http://conmitogaymistacones.com/<br />
5
Presa de mis palabras – Luduen Fotografía (Argentina)<br />
https://500px.com/luduen<br />
6
Esdrújulas<br />
Nunca fui matemática. Si acaso mujer de sílabas concretas y<br />
algún que otro número disperso porque tampoco se puede prescindir<br />
de la Aritmética. ¿Con mayúscula? Y qué más da, si lo que yo pretendo<br />
es llevarme bien con las esdrújulas. Me gustan desde siempre porque<br />
son variopintas. Cálidas, ácidas, caóticas, hijas legítimas del verbo,<br />
singulares, fatídicas, erráticas, portadoras de oxígeno, malévolas a<br />
veces, eléctricas, didácticas casi siempre.<br />
Son también musicales o al menos es lo que se comenta en<br />
círculos poéticos. Suelen ceder el paso a las imágenes que conducen a<br />
un mundo heterogéneo plagado de círculos concéntricos, ángulos,<br />
vértices, coloridas moléculas de hidrógeno, triángulos fatídicos, hijos<br />
del viento y de las tempestades. Son así, tú ya lo sabes. Con tres o<br />
cuatro sílabas que siempre dicen algo pero con un acento diferente,<br />
aromático, ridículo, patético pero siempre distinto a lo vulgar. ¿No te<br />
parece?<br />
Por el lúcido camino de la esdrújula se pasea el escéptico y<br />
vuelve por el mismo sitio el último romántico. Y algunos se dirigen<br />
también con disimulo a la puerta entreabierta del prostíbulo.<br />
Escuálidos lagartos, lagartijas y víboras conviven y envenenan si<br />
pueden pero hasta encontrar la presa se agazapan en los huecos más<br />
recónditos.<br />
Qué rica la Gramática Española colmada de sinónimos y<br />
antónimos. Qué léxico tan vasto y tan fructífero. En este paraíso de<br />
colores conviven la libélula y el mico, el zorro y la tarántula, el<br />
murciélago y el tigre de Bengala, la caléndula que vuelve de un<br />
romance con el galán de noche. El jazmín endulzando las noches de<br />
verano y puede acontecer el éxtasis si del azahar hablamos.<br />
7
Y como no quiero que este trozo de mi pensamiento caiga en el<br />
ridículo de un patético abuso de retórica, doy fin al manuscrito que<br />
acabo de escribir aprovechando este magnífico sábado, lúcido,<br />
sonriente y soleado.<br />
ESPERO NO LES HAYA ABURRIDO MI ALEGATO.<br />
Isabel Sifre Puig (Valencia)<br />
8
El andén<br />
Hay una silueta en el andén disfrazada de mujer.<br />
Tan sólo compraría mi libertad, si pudiese. Desaparecer sólo<br />
dolería a unos pocos, aunque no traumatizaría a ninguno. Ese mágico<br />
momento, cuando todos te buscan, pero nadie te espera.<br />
La respiración acelerada no le permite pasar desapercibida.<br />
Realmente no quiere.<br />
Es lo que pasa con las fantasías alimentadas durante años: si al<br />
final no las cumples, sientes que verdaderamente no estás viviendo.<br />
Texto e ilustración: Sarah Martínez (Valencia)<br />
www.alasombradelparnaso.blogspot.com.es<br />
9
Underbrella – Sara Underwood (EUA)<br />
http://phatmouse09.deviantart.com/<br />
10
Miradas de mujeres (2ª mirada)<br />
¿Por qué llorará aquella mujer joven? Es distinta o lo parece, no<br />
solo por el color de su cutis o por sus ropas, que pertenecen a otra<br />
cultura y que con la lluvia se le pegan como una segunda piel. Muchos<br />
colores que no alegran la tarde.<br />
Aunque yo hace poco también me encontraba sumida en un<br />
pozo. Ahora ya no. Salí, afortunadamente salí, porque mi hijo se libró<br />
de aquello y ya todo para mí es diferente. Me estoy mojando, acelero,<br />
¡cuánta gente! La lluvia… los árboles protegen algo, no mucho… las<br />
hojas de las que cuelgan miles de gotas me acompañan, pero tengo<br />
que coger el metro. Los paraguas van, vienen, tropiezo con ellos.<br />
Respiro, sueño… tanta espera, pero al fin ya está en casa, y sin<br />
problemas. Los malos presagios, desaparecidos; y ahora puedo<br />
tocarle, acariciarle, besarle, sin problemas.<br />
El pensamiento se acelera, noto palpitaciones, me emociono.<br />
Sentimientos superpuestos que se reflejan, seguro, en mi cara, pues<br />
no dejo de reír. Parezco loca. La gente me mira, o por lo menos me lo<br />
parece. Los ojos de todos con los que me cruzo observan, me<br />
persiguen, me envidian, transpiro felicidad.<br />
Mi gozo, mi futuro. Salgo del metro hacia la calle de nuevo. Un<br />
paso, dos, corro, esquivo, sigue lloviendo. No me importa sentirme<br />
mirada. Observo la fijeza de tus ojos ajados, envidiosos, anhelantes,<br />
¿qué me quieres contar? Tu tiempo pasó, ahora es el mío; está<br />
anocheciendo, tengo que apresurarme y tú no haces más que<br />
mirarme, pero no me conoces, no sabes nada de mí, acelero...<br />
María Luisa Pérez Rodríguez (Valencia)<br />
http://marialuisaperezr.blogspot.com.es/<br />
11
Cabalgata de Reyes de Alcoi <strong>20</strong>14<br />
Fotografía extraída de la página https://naifscouts.wordpress.com/<br />
12
Noche de Reyes<br />
Hace años, en unos días muy próximos a la festividad de la<br />
noche de "Reyes", un compañero de trabajo insistió para que<br />
sustituyera, en la cabalgata de su pueblo, al Rey Melchor. Como<br />
organizador de la misma, y en ausencia de quien durante años lo<br />
había personificado, bien conocido por todos, quiso sorprender con<br />
alguien diferente, no reconocible, en el carruaje real. La altura y la<br />
barba se prestaban a ello.<br />
¿Quién sería el Rey Mago, que desde el balcón del Ayuntamiento,<br />
daba el discurso, con ese acento Río Platense, la noche de Reyes?<br />
Tras muchas dudas, acepté la propuesta. El discurso o proclama<br />
quedaba a mi libre elección, exceptuando las primeras palabras, que<br />
eran propias de la tradición local.<br />
Expresar un sentimiento nunca es fácil. Expresar la fuerza de un<br />
sentimiento lo puede hacer más sencillo.<br />
En España, la noche de Reyes, esa noche, aún se vive de una<br />
forma particular. Se sienten las raíces y el sentimiento compartido de<br />
generación en generación. Es una visión extraña y muy bonita.<br />
Ahí me encontraba yo, vestido con buenos ropajes, sustituyendo<br />
en el último momento hasta el calzado, por unas botas de montar<br />
prestadas. Mis compañeros Reales con su buen porte no se quedaban<br />
a atrás. Quien debía representar al Rey Baltasar no estaba pintado,<br />
era natural. Sonriente, con alegría, representaba a todo un<br />
continente, África.<br />
La originalidad… el hispano-americano colado en la carroza.<br />
Lo visto me dejó otra dimensión. La viva ilusión, el sentir de los<br />
mayores, medianos y pequeños, unidos ante una lluvia de caramelos<br />
13
lanzados al vuelo. La alegría de madres, padres, hijos y abuelos,<br />
reclamando un saludo. Entre ellos, mis hijos, sonrientes,<br />
acompañando a su padre, Rey Mago por una noche.<br />
Sin falsedades, con un instintivo arraigo ancestral de sueños.<br />
Llegado el cortejo al Ayuntamiento, tuve que esperar, con tono<br />
majestuoso, a que toda la parafernalia se desplegara: alfombras, pajes<br />
para cada Rey Mago, saludos respetuosos protocolarios y una<br />
multitud de fotos a cada uno de nosotros.<br />
Subimos las escaleras hasta el balcón del Ayuntamiento de<br />
Vallada. Fue entonces cuando leí el pregón:<br />
"Autoridades de Vallada. Gracias por el recibimiento brindado.<br />
Niños y Niñas presentes...<br />
Pequeños y no tan pequeños.<br />
Niños y niñas de la mañana, del medio día, de la tarde y de la<br />
hora dorada de la vida.<br />
Nosotros, los Reyes Magos, hicimos un largo camino por un<br />
niño que nació hace unos días. Un humilde Rey, del cual todos<br />
podemos aprender algo a lo largo de nuestras vidas. Y gracias a ello,<br />
estamos hoy con vosotros.<br />
Para hacer nuestro viaje empleamos muchos días, compartiendo<br />
no solo el deseo de llegar, sino también el de la amistad. Por eso os<br />
transmitimos el mensaje siguiente:<br />
Respetad siempre la AMISTAD y recordad que vuestros padres<br />
pueden ser vuestros mejores amigos, os aseguro que para ellos sois<br />
los pequeños reyes de la familia.<br />
En esta mágica noche, desearemos un regalo más para todos. Un<br />
regalo que incluya: la Amistad, la Comprensión, el Respeto y la Paz en<br />
el mundo.<br />
Paz y Bien para todos".<br />
14
Tras la primera reacción, “descolocada”, de los oyentes, surgió<br />
un silencio, un momento de atención, y luego los aplausos.<br />
Es increíble lo que la magia de una noche puede unir: razas,<br />
credos, continentes, vivencias...<br />
Recuerdo imborrable, regalo, que me dejaron…<br />
…los Reyes Magos.<br />
Jorge Richter Vázquez (Valencia)<br />
15
Sweet dreams – Kate (Polonia) http://d-e-v-i.deviantart.com/<br />
16
Borbotón<br />
Respirando<br />
como quien respira agotado,<br />
me miro los pies<br />
para asegurarme dónde me he parado.<br />
Mirando<br />
como quien mira cansado,<br />
me duele ver que es tan tonto<br />
pero igual me sigue gustando.<br />
¡Él habla!<br />
Como cuando uno anda sabiendo la verdad,<br />
y se divierte con banalidades<br />
que me hacen idiotizar.<br />
Caminando<br />
como quien no quiere llegar,<br />
me topo con su edad<br />
y con todo el qué dirán.<br />
Entonces sueño<br />
como sabemos los soñadores…<br />
Con la esperanza en la cara<br />
y la sangre a borbotones.<br />
Aldana Michelle Giménez (Mendoza, Argentina)<br />
17
A lonely day – Amos Edwards (EUA) http://armawolf.deviantart.com/<br />
18
Carta a Mariano<br />
Querido Mariano:<br />
Valencia, 18 -12 -<strong>20</strong>11<br />
Te escribo esta carta después de días y días de indecisión: mi<br />
cabeza, mi corazón y el resto de mis entrañas presas de un torbellino<br />
en plena ebullición. Te escribo, Mariano, sin la posibilidad de dejar de<br />
hacerlo, aunque sienta un pánico irracional a enfrentarme con la<br />
pluma y el papel. Te escribo con la misma necesidad con la que el sol<br />
sale cada mañana aunque a veces se oculte tras intensas nubes grises<br />
que nos impiden ver sus dorados perfiles.<br />
Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que nos vimos,<br />
demasiado. A veces, alguien me habla de ti. Me encontré con Lola, a<br />
finales de Julio, me contó que seguíais reuniéndoos en Almuñécar<br />
todos los veranos. Todos los amigos de entonces, los que en los 70<br />
queríamos cambiar el mundo, los que corríamos delante de los grises<br />
y los que pasábamos horas y horas hablando y riendo, yendo a cine<br />
clubs y asistiendo a recitales de Raimon y de Lluis Llach o de Joan<br />
Manuel Serrat. Sólo faltaba yo en esas citas estivales. Yo, que después<br />
de haber estado tan cerca de vosotros, de ti, ahora me veo condenada<br />
al exilio afectivo porque ya ambos tenemos otros amores; porque<br />
nuestros hijos no son fruto del tiempo que compartimos; porque<br />
nuestras vidas siguieron rumbos distintos e irremediables.<br />
También sé de tus éxitos profesionales: tecleando tu nombre en<br />
el Google puedo ver tus libros, tu actividad académica, tus<br />
congresos… Todos esos avatares que suelen llenar una vida y de los<br />
cuales deduzco que la tuya debe de estar plena de satisfacciones.<br />
Pero hay otra vida, Mariano, otra vida tan real como la de fuera<br />
y de esa es de la que quiero hablarte. Un día me dijiste que yo era una<br />
19
insatisfecha y que lo sería siempre. Anduve mucho tiempo como<br />
cumpliendo la condena que tu lapidaria frase me había impuesto<br />
seguramente sin yo merecerla, sólo era tu versión de nuestro fracaso<br />
que tú cargaste sobre mis espaldas y que llevé durante mucho tiempo<br />
como un fardo pesado. Viví de derrota en derrota, de sucesivas caídas<br />
y de tenaces resurrecciones. Tus palabras me volvían una y otra vez a<br />
la memoria y llegué a creer que ése era mi destino que tú habías<br />
vislumbrado.<br />
Eras el hombre de mis sueños. No quiero decir mi príncipe azul,<br />
ese hace mucho tiempo que voló de mis fantasías. Eras el recurrente<br />
amor con el que soñaba una y otra vez como si el tiempo no hubiera<br />
pasado y continuáramos juntos y fuéramos felices y, otras veces,<br />
aparecías como el amor esquivo con el que me sentía tan desgraciada.<br />
Luego, de día, pensaba yo, analizando sueños o pesadillas, que tú<br />
habías sido la oportunidad que yo había perdido de ser feliz y que<br />
aquella maldición me perseguiría siempre: “Eres una insatisfecha y<br />
siempre lo serás”.<br />
Ahora, en la distancia, y cuando por fin he conseguido encauzar<br />
mi vida y ser dichosa, quiero hablarte sin rencor ni cobardía. Sé que<br />
algo se rompió entre nosotros quizá desde el primer momento en que<br />
intimamos aquella noche en que una lluvia insistente me impidió<br />
salir de tu casa y, por primera vez, unimos nuestros cuerpos<br />
desnudos y nuestros corazones. Sé que, a pesar de nuestro profundo<br />
amor, siempre hubo esa grieta que no supimos cómo tapar. Sé que<br />
nunca nos entregamos enteramente el uno al otro y que esa falla nos<br />
pasó factura y los lazos que nos unían se fueron rompiendo poco a<br />
poco, porque fue una ruptura lenta y no desprovista de dolor, al<br />
menos en lo que a mí concierne. Creo saber también el motivo de ese<br />
desgarro primero, pero no voy a decírtelo, quizá tú también lo sabes.<br />
No sé si volveremos a vernos, el tiempo apremia y las distancias se<br />
alargan. Tampoco sé si mis palabras tendrán para ti algún sentido,<br />
<strong>20</strong>
pero yo necesitaba decírtelas, decírmelas, para cerrar ese capítulo de<br />
mi eterna insatisfacción.<br />
Esto es todo, Mariano, sólo quiero concluir mi carta diciéndote<br />
el profundo afecto que, a pesar de todo, me une a ti. Hasta siempre.<br />
Lucila<br />
Lu Hoyos (Valencia)<br />
http://inventariodelucrecia.blogspot.com.es/<br />
21
Fotografía aportada por la autora<br />
22
Extracorporal<br />
Mi cuerpo actúa por su cuenta desde hace meses. Al principio<br />
era una sensación extraña, pero ahora lo consigo llevar bien. Se<br />
marcha todas las noches y me abandona en la cama, como si yo no<br />
fuera nada importante. Siempre me quedo pensativo, enredado entre<br />
las sábanas. ¿Qué es lo que habrá ido hacer esta noche? ¿Por qué<br />
nunca me hace partícipe de sus decisiones? Cuando regresa noto mil<br />
sensaciones. Es vivir lo que ha vivido sin mí, pero desde un prisma<br />
totalmente distinto. Me rindo ante su experiencia y mi ser sufre todo<br />
tipo de cambios. Noto el sabor del cuerpo de una extraña, la<br />
excitación corriendo por mi médula, el olor a la lluvia mojando el<br />
asfalto cálido, la rabia y el dolor de una pelea, mi boca llena de<br />
sangre, mis nudillos destrozados, el cosquilleo de una aguja tatuando<br />
versos sobre mi piel. Me estremezco asustado, y lloro en silencio para<br />
no despertarle, temo a que también me prive de estos cálidos<br />
sentimientos.<br />
Esther Moreno Morillas (Valencia)<br />
http://elcascabelalgato.blogspot.com.es/<br />
http://invisiblevoyeur.blogspot.com.es/<br />
23
Dragon – Katarzyna Marcinkowska (Polonia)<br />
http://grzanka.deviantart.com/<br />
24
Sueño de una noche de verano<br />
En verano solíamos jugar al bingo en el porche del chalet de los<br />
abuelos. La tía Rosario, la solterona, nunca participaba en el juego.<br />
Prefería retirarse a su habitación donde leía y realizaba sus ejercicios<br />
de yoga.<br />
Aquella noche que amenazaba tormenta, nos sorprendió la<br />
aparición de un dragón volador, saliendo por la ventana del<br />
dormitorio de nuestra tía, llevándosela montada en su larga cola.<br />
Nueve meses después recibimos una postal con hermosas vistas<br />
de las Islas Griegas. La tía Rosario y el Dragón eran muy felices. Nos<br />
comunicaban su boda y la inminente llegada de su primera hija. Ya<br />
tenían el nombre decidido. Se llamaría Lamia.<br />
Pepe Sanchis (Massalfassar, Valencia)<br />
25
The creation of zombie – Barbara (Croacia)<br />
http://scarlettedeath.deviantart.com/<br />
26
Un día particular<br />
Hacía un mes escaso que me habían cambiado al turno de noche<br />
en el trabajo, así que difícilmente coincidíamos los dos en casa.<br />
Miré el reloj, eran las diez, mi mujer todavía no había regresado<br />
y yo no sabía muy bien como le iba a explicar lo ocurrido. ¿Quién<br />
podía prever que aquella extraña mujer que llamó a la puerta<br />
tratando de venderme la obra completa de Miguel Hernández<br />
acabaría metida en mi cama?<br />
Su cuerpo, ensangrentado sobre el suelo, fue la consecuencia de<br />
su amenaza de extorsión.<br />
Se me hacía tarde y no podía esperar más su regreso, así que fui<br />
al baño y con mis dedos impregnados todavía con la viscosidad roja,<br />
escribí en el espejo: “Cariño, mañana te lo cuento“. Seguro que lo<br />
entendería...<br />
Conxa Gausí Caballero (Valencia)<br />
27
Justice – Matt Frederick (Reino Unido)<br />
http://mattfrederick.deviantart.com/<br />
28
Turno de oficio<br />
Eran ya cerca de las cinco. Javier Ruiz dejó cuidadosamente la<br />
chaqueta azul marino sobre la percha y le pidió a Inma, su secretaria,<br />
que no le pasara llamadas. A esa hora el sol de la tarde se reflejaba en<br />
la vitrina de nogal, repleta de tomos gruesos y polvorientos. Los<br />
conservaba sólo por nostalgia, testigos mudos de sus tiempos de<br />
neófito, cuando la toga negra aún le venía grande, tiempos en los que<br />
ni siquiera existía la red. El abogado Ruiz era un sentimental.<br />
Ruiz suspiró y miró la pantalla del ordenador. No pudo evitar<br />
encender su pipa. Más que vicio podía decirse que el tabaco era una<br />
costumbre, un ritual. Leyó el auto que le enviaba Olalla Sánchez,<br />
procuradora del caso de F. C. J. Era un asunto del turno grave. F. C. J.,<br />
45 años, empleado de una casa de comidas, asesino confeso. La<br />
víctima, un tal Z.G.A, 40 años. Lugar del crimen, A., plaza de Santa<br />
Bárbara. Fecha, 27 de septiembre del año en curso, alrededor de las<br />
24 horas. El abogado revisó el atestado policial y la declaración. El<br />
cuerpo fue hallado en el lugar del crimen, sobre un charco de sangre.<br />
Los dos hombres habían mantenían una relación cordial hasta que<br />
aquella noche la víctima pereció a causa de diversas heridas de arma<br />
blanca. La última herida le penetró bajo el omóplato izquierdo, a la<br />
altura del corazón, seccionando la aurícula. Longitud de la hoja del<br />
cuchillo, 38 cm; anchura, 2 cm. Según la declaración, Z. había<br />
amenazado a la esposa de F., A., con una con una botella de cristal<br />
rota. El abogado Ruiz dio una profunda calada a la pipa. El juicio sería<br />
seguramente con jurado popular, a ver si podía evitarlo. Unas horas<br />
después de asistir a su cliente un periodista había llamado para<br />
hablar con él, pero Ruiz se había abstenido hacer declaraciones.<br />
Casos como estos siempre son noticia… Ruiz revisó las notas. La<br />
víctima había sido un pobre hombre, adicto al alcohol y a las drogas.<br />
29
Antecedentes de pequeños hurtos y tráfico de estupefacientes. No<br />
podía descartarse que anduviera enredado en asuntos turbios. Los<br />
últimos tiempos fueron muy turbulentos para la víctima. Era curioso,<br />
pero F. exculpaba a Z. de su mala vida. Z. buscaba la muerte. Su novia,<br />
S., había fallecido en un accidente de tráfico años atrás, una desgracia.<br />
Conducía él. Ruiz aspiró profundamente el humo del tabaco. La<br />
frontera que nos separa del delito puede ser muy delgada. Desde<br />
chico había querido ser abogado pero bien podía haber acabado<br />
como Z. o como F. Había crecido en una barriada obrera golpeada por<br />
el paro, el sexo adolescente y la heroína, en un hogar gobernado por<br />
un hombre hosco y violento. Sólo la lectura le permitía imaginar otros<br />
mundos posibles. Sin Jules Verne, sin Mark Twain, sin Chéjov o<br />
Tolstoi, sin Cervantes, Shakespeare, o La Celestina quizá se habría<br />
iniciado en la pubertad esnifando pegamento en el patio de la<br />
escuela. Ahora ya no había casi nada que le atara a su antigua vida.<br />
Nada, excepto el mendigo que dormía entre los setos del jardín<br />
situado junto a su casa, una broma del destino. A pesar de delgadez,<br />
de su aspecto cadavérico y desaliñado, Javier lo había reconocido.<br />
Aquel mendigo había sido por un tiempo compañero de pupitre.<br />
Unos meses después, Ruiz recibió una llamada. F. estaba ya en la<br />
calle en espera del momento de ser llamado a juicio. La Audiencia le<br />
había dado un tirón de orejas a la instructora del caso y había<br />
aceptado los argumentos del abogado Ruiz. “La prisión provisional<br />
tiene carácter preventivo y no puede ser utilizada como castigo, sino<br />
con fines cautelares”. La mujer de F. llamó al letrado para darle las<br />
gracias. Era una mujer de voz suave, agradable, un tanto cansada. Le<br />
recordaba un poco a su madre.<br />
“Lo que usted ha hecho por nosotros no tiene precio. Mi marido<br />
no es un delincuente. Fue un mal momento, nada más. F. está muy<br />
arrepentido de lo que hizo… Aunque pague su deuda en la cárcel,<br />
tendrá que cargar con esto toda la vida. Yo y los niños, que son aún<br />
pequeños. Imagínese, hasta he tenido que cambiarles de colegio<br />
30
porque aquí todos saben lo que ha pasado. Pero ¿qué culpa tenemos<br />
la familia? No se crea, me hago cargo y pienso en la madre de Z., cómo<br />
le caerá cuando sepa que mi marido ha salido de la cárcel y hace vida<br />
normal, aunque sólo sea por poco tiempo. F. no es un asesino. Un mal<br />
momento, por defenderme. Después del juicio no habrá quien le libre<br />
¿verdad? No, no me conteste, deje que me haga alguna ilusión. Esta<br />
vida es muy perra. Las mujeres siempre pagamos los pecados de los<br />
nuestros, los pecados de los maridos y de los hijos”.<br />
El abogado Ruiz colgó el teléfono. Dio una nueva calada a su<br />
pipa y miró la puesta de sol, que caía sobre los tejados de la ciudad.<br />
“¿Qué se siente al defender a un asesino?”, le preguntó una vez su<br />
mujer. “Nada, Carmen, nada”, contestó, “todos somos asesinos y<br />
víctimas en potencia. Hasta el más horrible de los asesinos tiene<br />
derecho un juicio justo”. Luego Ruiz pensó en algo que había dicho<br />
veinticinco años atrás. “Prometo defender la Justicia y la recta<br />
aplicación de la ley. Prometo prestar asistencia jurídica gratuita al<br />
desvalido…”. No sabía si F., que se había entregado a la mañana<br />
siguiente del crimen atormentado por su mala conciencia, era en<br />
realidad uno de esos desvalidos ni si en realidad lo era Z. A veces se<br />
invierten los papeles y se confunden víctima y verdugo. El tañido de<br />
una campana anacrónica se alzó por encima del ruido del tráfico de la<br />
ciudad. Ruiz mordisqueó la boquilla de la pipa. Después abrió su<br />
correo y anotó algo en la agenda. Había estado a punto de olvidar que<br />
ese fin de semana tenía una nueva guardia.<br />
Alicia García Herrera (Valencia)<br />
31
Fotografía aportada por la autora<br />
32
Sin tenerte cerca<br />
Quisiera tenerte cerca para admirarte<br />
y meterme dentro de tu abrigo y cubrirme<br />
que cada día de mi lejana infancia hubiera sentido tu sombra<br />
y retorcerme en ti y en tu consuelo<br />
Habría sido reconfortante haberte disfrutado en la cotidianidad de la<br />
niñez<br />
en la incertidumbre de mi reciente pasado<br />
Y haber encontrado en tus consejos lo mejor de mi misma<br />
y haber sufrido y haber mentido y que me hubieras salvado<br />
Si a pesar de no conocerte te tengo en la más alta estima<br />
Sembrada por los que te quisieron y forjaron tu leyenda<br />
Sospecho que nuestra empatía habría cristalizado<br />
Y estimulado a grandes zancadas mi huérfano camino<br />
No sé de tu olor ni de tu piel<br />
No podría reconocer el roce de tus caricias porque no las sentí<br />
ni añorar el significado de tu nombre que nunca mencioné en<br />
presente de indicativo<br />
ni me despedí porque no nací entre tus brazos<br />
La primera luz del día no me la descubriste<br />
y jamás me cerraste los ojos enlagrimados<br />
ni me consolaste en mis primeros amores despechados<br />
Me encuentro ahora echándote de menos<br />
madura y desnortada<br />
Buscando en otros hombres tu figura y tu presencia<br />
Desubicada y sin referentes reconozco en ellos tu imaginario<br />
Y a cada paso te me apareces y noto el frio de tu ausencia<br />
Y te doy tu lugar en mi recuerdo, en las huellas de tu paso por mi vida<br />
En el vacío de los que te conocieron<br />
En la añoranza de los que aún te esperan.<br />
Luisa Berbel Torrente (Valencia)<br />
33
Rey Mago Bokeh – Miriam (Cádiz) http://mavy17.deviantart.com/<br />
34
En el Centro Comercial<br />
Aquel desarrapadillo se sentó en mis rodillas y mientras el<br />
fotógrafo disparaba el flash, comentó con desparpajo:<br />
—Hola. Me he portado bien. Estudio y hago los deberes,<br />
obedezco a mis papás y quiero mucho a mi hermanita Violeta.<br />
—Muy bien, campeón, ¿cómo te llamas?<br />
—Carlos Martínez. Calle Santander 13, puerta 5.<br />
—¿Has entregado tu carta al paje?<br />
—No he escrito ninguna; no necesito nada.<br />
Esas palabras me sorprendieron. Dirigí entonces la vista hacia<br />
su madre, una mujer ojerosa que al cuidado de un viejo carrito de<br />
bebé y con un abrigo que también parecía prestado, nos contemplaba<br />
sonriendo.<br />
—¿Y eso? ¿Por qué no quieres nada, Carlos? Entonces, ¿para qué<br />
has venido?<br />
—Soy pequeño, pero no soy tonto, Melchor o como te llames. Sé<br />
que el día de Reyes tendré algunos juguetes usados que mi padre<br />
habrá sacado de algún sitio. Por eso solo quiero pedirte que a él le<br />
consigas una bicicleta. Ayer le robaron la suya y necesita una para ir a<br />
trabajar. Júrame que lo harás. Sé que puedes aunque no seas ni rey, ni<br />
mago. Júramelo, anda. Tienes cara de buena persona, Melchor o como<br />
te llames.<br />
Rafa Sastre (Valencia)<br />
http://rafasastre.blogspot.com<br />
35
Striptease – Arkusha (Rusia) https://500px.com/arkusha<br />
36
Casting<br />
Se soltó el pelo. Se despojó de sus gafas de sol y chasqueó los<br />
dedos para que la música empezase a sonar. Al son de las notas de un<br />
saxofón, se fue desnudando con sensualidad, clavando su mirada<br />
lasciva en el anciano que permanecía impertérrito en su butaca.<br />
Hasta que, desnuda, jadeó en un último intento de provocarle un<br />
estímulo al viejo. Pero nada, el rey de los clubs de striptease<br />
continuaba muerto y una voz metálica le agradeció su prueba a la<br />
chica. Siguiente.<br />
Nicolás Jarque Alegre (Albuixech, Valencia)<br />
http://escribenicolasjarque.blogspot.com<br />
37
SaM – Jean-Yves Depart (Francia)<br />
https://www.flickr.com/photos/telemak/<br />
38
Terapia<br />
Era maleducado, envidioso, agresivo: peligroso. Con esa<br />
personalidad, llegó el día en el que tuvo que elegir entre la cárcel o el<br />
psiquiatra y el diván le pareció más cómodo.<br />
Tras innumerables visitas, no pudieron establecer un<br />
diagnóstico claro que explicara el origen de su rabia ni un<br />
tratamiento que mitigara sus carácter violento. Finalmente,<br />
decidieron probar con una novedosa técnica de hipnosis. Le<br />
aseguraron que con ello se conseguiría que todo aquello que odiara le<br />
resultara invisible. Así desaparecerían sus accesos de ira, le<br />
prometieron.<br />
Sin embargo, tras finalizar la sesión y de camino a su casa,<br />
volvió a ver a la mujer que lo rechazó, a esos padres bobos con sus<br />
ridículos hijos, al engreído del Ferrari o a ese grupo de botarates a los<br />
que cualquier tontería parecía ser merecedora de celebración.<br />
«Menuda estupidez», se dijo cuando entró en su apartamento,<br />
maldiciendo el dinero gastado. Pero, al dejar las llaves, se quedó<br />
atónito cuando al contemplar el espejo del recibidor su imagen no se<br />
reflejaba en él.<br />
David Rubio (Sant Adrià de Besòs, Barcelona)<br />
http://elreinorobado.blogspot.com.es/<br />
39
Fotografía aportada por la autora<br />
40
Silencio<br />
El silencio<br />
que acompaña:<br />
la savia del árbol,<br />
el inclinar de las plantas<br />
buscando la luz.<br />
El planeo de las aves,<br />
las motas de polvo<br />
que se elevan<br />
con la brisa,<br />
el estallido del sol.<br />
Las hojas de otoño<br />
cayendo a mi lado,<br />
la tierra secándose<br />
a pesar de la estación.<br />
El mismo silencio...<br />
...que resuena en mi interior.<br />
Marga Alcalá (Valencia)<br />
http://comolaspiedrasoelviento.blogspot.com.es/<br />
41
The funny love – Merve Sonay (Turquía) http://merve-s.deviantart.com/<br />
42
Urbanitas<br />
I<br />
cinco segundos<br />
tu cara asoma divertida<br />
entre ellos<br />
entre la bruma<br />
instante de agua<br />
giro de segundero<br />
retroceso<br />
y limpieza<br />
empeño de llovizna<br />
y sus circulares segundos<br />
latidos en la arteria<br />
vial de mis somníferos<br />
II<br />
Hay una locura entre tú y yo,<br />
que juega a esconderse,<br />
a saltar por los tejados de noche,<br />
a crecer entre respiraciones,<br />
tranquilas o entrecortadas.<br />
Hay una locura que nos atrapa<br />
con sus olores a lima y níspero,<br />
fragancias de arrayanes en la puerta,<br />
43
que cruza convertida en rayo<br />
entre nuestras miradas,<br />
que nos sujeta,<br />
y nos obliga a bailar,<br />
correr, reír.<br />
Hay una locura entre tú y yo,<br />
una locura de vivir juntos,<br />
de vivir atados a las manecillas<br />
de nuestro tiempo, y del resto,<br />
de vivir dispersos en los aires<br />
de los pétalos y sus flores.<br />
Hay una locura cercana, íntima,<br />
dentro de la piel y tu piel,<br />
dentro de tu carne y la mía,<br />
dentro de los huesos y el tuétano.<br />
Por supuesto la tendremos,<br />
clara y blanca,<br />
por siempre.<br />
José Luis Sandín (Valencia)<br />
44
Cartel obra de Daniel Sebastián<br />
I MARATÓN DE MICRORRELATOS<br />
VALENCIA ESCRIBE – MASSALFASSAR<br />
• Fecha: Sábado <strong>20</strong> de febrero <strong>20</strong>16.<br />
• Hora: Registro de participantes de 9:15 h a 9:45 h. Comienzo del<br />
concurso a las 10h.<br />
• Lugar: Salón de actos del Centro Cívico de Massalfassar (Valencia)<br />
Avda. Novelista Vicente Blasco Ibáñez.<br />
• Organiza: Valencia Escribe<br />
• Colabora: Excel.lentíssim Ajuntament de Massalfassar.<br />
45
La presentación al maratón implica la aceptación de las siguientes<br />
BASES<br />
1. Podrán participar personas mayores de 16 años de cualquier<br />
nacionalidad y residencia. No es necesaria experiencia previa en la<br />
escritura; solo imaginación y ganas de divertirse.<br />
2. PREINSCRIPCIONES: El plazo de preinscripciones para participar<br />
en el concurso se abrirá el martes 22 de diciembre del <strong>20</strong>15 y<br />
finalizará el jueves 18 de febrero del <strong>20</strong>16. Las preinscripciones se<br />
deben realizar enviando un correo a maratonve@gmail.com, en el<br />
que conste el nombre y apellidos, edad del concursante y teléfono de<br />
contacto.<br />
Nota: Los preinscritos tendrán derecho preferente a participar sobre<br />
cualquier persona que prefiera realizar la inscripción directa el<br />
mismo día de la celebración del concurso, en el caso de que la<br />
organización decida establecer un número máximo de concursantes.<br />
Por lo tanto, la preinscripción, sin ser indispensable, es aconsejable.<br />
3. PARTICIPANTES: Será necesario un mínimo de 12 preinscripciones<br />
para la celebración del concurso. La organización se reserva el<br />
derecho a cancelar el concurso si no se llegase al mínimo de<br />
participantes preinscritos en la fecha límite.<br />
4. INSCRIPCIONES: Se realizarán de 09:15 a 9:45 h. En la entrada,<br />
cada participante entregará una fotocopia del DNI, que será<br />
compulsada por la organización. Dicha fotocopia se guardará en un<br />
sobre y, a cambio, cada participante obtendrá un número de<br />
inscripción correlativo según orden de llegada, el cual servirá para<br />
identificar al escritor a lo largo del concurso, no debiendo escribir su<br />
nombre en ningún documento más. La organización del concurso<br />
garantizará el anonimato de los microrrelatos durante todo el<br />
proceso de selección y deliberación del jurado. Para validar la<br />
inscripción es necesario el pago de 2 euros. Primero se procederá a la<br />
inscripción de los preinscritos y después de las personas que decidan<br />
46
inscribirse el mismo día del concurso, hasta alcanzar el número<br />
máximo de participantes que la organización pudiera establecer.<br />
5. LOGISTICA: En cada fase se entregarán dos hojas, una para<br />
borrador y otra para la presentación del microrrelato en una plantilla<br />
donde podrán calcular las palabras escritas. Se recomienda a los<br />
participantes que vengan equipados con un soporte rígido tipo<br />
carpeta para poder escribir sus creaciones y bolígrafos de repuesto.<br />
6. TEMA: El tema será libre. Los relatos estarán escritos a mano,<br />
indistintamente en castellano o valenciano y tendrán un mínimo de<br />
75 palabras y un máximo de 1<strong>20</strong> (sin incluir el título, que será<br />
obligatorio ni las propuestas de la organización).<br />
7. JURADO Y FALLO: Un jurado compuesto por miembros del<br />
colectivo literario Valencia Escribe y del Excel.lestíssim Ajuntament<br />
de Massalfassar será el encargado de valorar los relatos que pasarán<br />
de ronda y decidirá los ganadores. Al finalizar cada fase se leerá un<br />
listado de los seleccionados para la siguiente ronda. El fallo final se<br />
hará público tras la lectura de los cuatro microrrelatos finalistas.<br />
8. PÚBLICO: El público que quiera presenciar el concurso podrá<br />
hacerlo en la misma sala donde se realice, siempre que mantenga el<br />
silencio necesario para el buen desarrollo del mismo.<br />
9. PUNTUALIDAD: La puntualidad a la hora de empezar el maratón es<br />
fundamental para garantizar el ritmo del mismo; la organización se<br />
reserva el derecho a descalificar a aquellos participantes que no<br />
respeten los horarios de inicio de cada ronda.<br />
10. PREMIOS: Se seguirá un sistema de reparto proporcional de<br />
premios, en función de los participantes y sus aportaciones. El<br />
mecanismo es el siguiente:<br />
Los participantes estarán obligados a validar su participación en cada<br />
ronda con un pago en metálico de 2 euros, demostrando así que<br />
confía en sus posibilidades de éxito. La aportación total recaudada se<br />
destinará íntegramente al bote de premios. Así aquellos participantes<br />
que resistan la marcha hasta el final no aportarán más que 8 euros<br />
47
(ya que en la última ronda se eximirá de pago) y el premio que<br />
pueden obtener por dicha inversión puede resultar muy suculento.<br />
Los baremos de los premios son los siguientes:<br />
• Primer premio: 60% del bote aportado.<br />
• Segundo premio: 25% del bote aportado.<br />
• Tercer premio: 10 % del bote aportado.<br />
• Cuarto premio: 5 % del bote aportado<br />
11. PUBLICACIÓN: Los cuatro microrrelatos finalistas aparecerán<br />
publicados en el número de marzo de la revista digital Valencia<br />
Escribe.<br />
12. DESARROLLO DEL CONCURSO:<br />
• 10 h. Primera fase:<br />
Los participantes inscritos dispondrán de <strong>20</strong> minutos para escribir<br />
un microrrelato y pasarlo a limpio en la ficha facilitada por la<br />
organización, para el que se establecerá un inicio y dos palabras<br />
obligatorias a incluir en el microrrelato. La organización avisará a los<br />
participantes del tiempo consumido. Ningún concursante podrá<br />
escribir ni antes del inicio de la ronda ni después de finalizada la<br />
misma en los microrrelatos presentados. Dicho incumplimiento<br />
acarrearía la expulsión. Los microrrelatos tendrán de un mínimo de<br />
75 palabras y un máximo de 1<strong>20</strong> (sin incluir el título, que será<br />
obligatorio, ni las palabras propuestas por la organización). Una vez<br />
entregados los microrrelatos, el jurado los valorará y elegirá a la<br />
mitad de participantes que pasarán a la siguiente ronda.<br />
• 11 h. Segunda fase:<br />
Los participantes seleccionados escribirán otro microrrelato, para el<br />
que se establecerá un cierre y dos palabras obligatorias a incluir en el<br />
texto, disponiendo de <strong>20</strong> minutos para escribir un microrrelato y<br />
pasarlo a limpio en la ficha facilitada por la organización. A los<br />
participantes se les avisará del tiempo consumido. Ningún<br />
concursante podrá escribir ni antes del inicio de la ronda ni después<br />
48
de finalizada la misma en los microrrelatos presentados. Dicho<br />
incumplimiento acarrearía la expulsión. Los microrrelatos tendrán<br />
un mínimo de 75 palabras y un máximo de 1<strong>20</strong> (sin incluir el título,<br />
que será obligatorio, ni las palabras propuestas por la organización).<br />
Una vez entregados los microrrelatos, el jurado los valorará y elegirá<br />
a la mitad de participantes que pasarán a la siguiente ronda.<br />
• 11:45 h. Tercera fase:<br />
Los participantes seleccionados escribirán otro microrrelato, para el<br />
que se establecerá una frase intermedia y dos palabras obligatorias<br />
para incluir en el texto, disponiendo de otros <strong>20</strong> minutos para<br />
escribir un microrrelato y pasarlo a limpio en la ficha facilitada por la<br />
organización. A los participantes se les avisará del tiempo consumido.<br />
Ningún concursante podrá escribir ni antes del inicio de la ronda ni<br />
después de finalizada la misma en los microrrelatos presentados.<br />
Dicho incumplimiento acarrearía la expulsión. Los microrrelatos<br />
tendrán un mínimo de 75 palabras y un máximo de 1<strong>20</strong> (sin incluir el<br />
título, que será obligatorio, ni las palabras propuestas por la<br />
organización). Una vez entregados los microrrelatos, el jurado los<br />
valorará y elegirá a la mitad de participantes que pasarán a la cuarta<br />
ronda.<br />
• 12:30 h. Cuarta fase:<br />
Los participantes seleccionados escribirán otro microrrelato<br />
inspirándose en una fotografía que facilitará la organización, con dos<br />
palabras obligatorias para incluir en el texto, disponiendo de otros <strong>20</strong><br />
minutos para escribir un microrrelato y pasarlo a limpio en la ficha<br />
facilitada por la organización. A los participantes se les avisará del<br />
tiempo consumido. Ningún concursante podrá escribir ni antes del<br />
inicio de la ronda ni después de finalizada la misma en los<br />
microrrelatos presentados. Dicho incumplimiento acarrearía la<br />
expulsión. Los microrrelatos tendrán un mínimo de 75 palabras y un<br />
máximo de 1<strong>20</strong> (sin incluir el título, que será obligatorio, ni las<br />
palabras propuestas por la organización). Una vez entregados los<br />
49
microrrelatos, el jurado los valorará y elegirá a los cuatro<br />
participantes que pasarán a la gran final.<br />
• 13:15 h. Gran final:<br />
Los cuatro finalistas escribirán un último microrrelato, para el que se<br />
dará un inicio y dos palabras obligatorias para incluir en el texto,<br />
disponiendo en esta ocasión de 15 minutos para escribir un<br />
microrrelato y pasarlo a limpio en la ficha facilitada por la<br />
organización. A los participantes se les avisará del tiempo consumido.<br />
Ningún concursante podrá escribir ni antes del inicio de la ronda ni<br />
después de finalizada la misma en los microrrelatos presentados.<br />
Dicho incumplimiento acarrearía la expulsión. Los microrrelatos<br />
tendrán un máximo de 50 palabras (sin incluir el título, que será<br />
obligatorio, ni las palabras propuestas por la organización).<br />
• 13.45 h. Lectura pública de los cuatro microrrelatos finalistas por<br />
parte de sus autores, resolución del jurado y entrega de premios.<br />
El horario de las fases es orientativo, pudiendo sufrir modificaciones<br />
en base al desarrollo del certamen.<br />
13. Si la caligrafía del relato es manifiestamente ilegible, el jurado se<br />
reserva el derecho a descalificarlo.<br />
14. La Organización se reserva el derecho de reducir el número de<br />
rondas según el número de participantes inscritos.<br />
15. Todos los problemas que pudieran surgir a lo largo del concurso<br />
serán solucionados según el criterio de la Organización.<br />
16. La participación en este concurso implica el conocimiento y la<br />
aceptación de las bases, cuya interpretación es responsabilidad de la<br />
Organización del Concurso.<br />
50
Ser tú<br />
Fotografía aportada por la autora<br />
Tú que me lees, no sabes lo mucho que yo daría por traspasar el<br />
papel y convertirme en protagonista de tu vida. Por ser, siquiera un<br />
momento, de carne y hueso; aunque la carne pese y los huesos<br />
duelan. Salir al balcón de tu casa y respirar el aire de tu jardín.<br />
Adormecerme en el sofá cómo tú, cuando escuchas música.<br />
Enfadarme una y otra vez con tu compañero de piso. Salir a la calle,<br />
aunque me caiga y tenga que levantarme una y otra vez; aunque el<br />
tiempo me desgaste y un día quede de mí sólo un nombre y un par de<br />
fechas. Saber que he vivido. Salir de estas líneas en las que duermo<br />
todos los días, siempre dentro de la misma historia. Poder sacudirme<br />
el pelo de la cara, sentir el calor del sol, oír el ruido de la lluvia<br />
golpeando tus ventanas. Vivir tu vida y, si me cansase, escribir<br />
inventándome otra.<br />
Manoli Vicente Fernández (Viana del Bollo, Orense)<br />
http://lascosasqueescribo.wordpress.com<br />
51
The power to express through movement - Rhett Morita (Canadá)<br />
https://500px.com/giveback<br />
52
La herida<br />
La herida escuece, se abre de nuevo. En realidad no ha dejado de<br />
doler nunca, pero a días pretendo que está cicatrizando, parece que<br />
percibo esa costrita que tira de la piel conforme se seca. Sin embargo<br />
sangra de nuevo ante el más mínimo rasguño y de nuevo me siento<br />
lacerada por el vacío. Un vacío que daña. Es paradójico. Es cierto. La<br />
nada duele, molesta, interrumpe, asfixia…, porque esta nada está<br />
formada por un cúmulo inmenso de sentimientos contradictorios que<br />
conforman una maraña turbia y deshilachada entre mis senos.<br />
Sangra otra vez y de nuevo hay que someterla a las curas.<br />
Intento desinfectar primero, soportando la sensación de la llaga viva<br />
expuesta al dolor que la simple respiración causa. Aguanto la<br />
quemazón que los cientos de escoriaciones producen. Cada palabra,<br />
cada lugar, cada amanecer, cada melodía suponen un retroceso.<br />
Sobrevivo apenas a cada punzada de abatimiento mientras me golpea<br />
el sonido de tu voz por todas partes.<br />
Se acabaron las lágrimas, se agotaron en millones de tristezas<br />
cotidianas en las que me podía el abatimiento. Ahora simplemente<br />
me adormezco de puro rota, lastimada, intentando que en el sueño se<br />
atenúe el escozor que me mortifica.<br />
Alicia Muñoz Alabau (Valencia)<br />
https://www.facebook.com/PonerseAlas<br />
53
Autumn steps – Phil Buckle (Reino Unido) https://500px.com/buckles<br />
54
Albor silente<br />
El eco de unos verbos<br />
quedaron suspendidos entre la hojarasca<br />
de un otoño tardío.<br />
Un soplo desgajado de apatía<br />
derretía la bruma de un encuentro, de un recuerdo,<br />
de un estar sombrío en el tiempo.<br />
El albor trémulo e inquieto de unos sueños<br />
se deshacían en un temblor paciente,<br />
en una lluvia tenue de pardas lágrimas yacientes.<br />
La soledad comenzó a agrietarse<br />
y una zozobra de aliento<br />
sembró la tierra de brotes yermos y silentes.<br />
Mª Belén Mateos Galán (Zaragoza)<br />
55
Connecting to the sky – Pablo Munne (Argentina)<br />
https://500px.com/pablomunne<br />
56
La estrella<br />
Y entonces fue que la vi, ya cuando había perdido toda<br />
esperanza, cuando la desesperación me tenía en sus redes.<br />
Rogué, recé, sin convicción; sólo un milagro que no esperaba<br />
evitaría el final.<br />
El tiempo ha transcurrido lento, inexorable, mientras que<br />
circunstancias ajenas a mí me mantenían alejado de todo. Casi no<br />
recordaba su rostro, pero en mi memoria, cual un mojón, quedó<br />
aquella frase cuando me miró preguntando:<br />
—¿Volverás papá? —asentí con la cabeza sabiendo que mentía;<br />
el brillo de su mirada denotaba la tristeza que lo embargaba. Ella lo<br />
tomó de la mano y se alejaron. Quedé allí parado viendo como se<br />
perdían entre la multitud, quería ser fuerte, no me verían llorar.<br />
Esa tarde, en la soledad del vuelo, por la ventanilla veía como la<br />
costa se alejaba hasta perderse en el horizonte, traté de encontrar<br />
una justificación. No la había, sólo orgullo, machismo sin razón, una<br />
excusa pretendiendo ser libre. ¿Libre de qué?...<br />
¿Cómo puede una criatura entender que dos adultos no<br />
aprendieron a convivir? ¿Que son quienes pretenden enseñarle a<br />
comportarse en la vida?<br />
Distancia y tiempo fueron una barrera que mantuve sin<br />
claudicar, mientras que en mis noches, el recuerdo de sus pupilas<br />
desvela mi sueño. Aunque no quería mirar atrás, mi conciencia me lo<br />
reprochaba noche a noche.<br />
Puse un océano entre nosotros, pero sin poder alejarme de su<br />
recuerdo.<br />
57
África no perdona; continente duro y hostil, donde el error se<br />
paga caro. Siendo un aventurero que sólo busca fortuna sin importar<br />
el precio; no importa si lo hace de manera ilegal. Allí la gente muere y<br />
mata mientras el resto del mundo ni se entera.<br />
El fanatismo para dominar necesita armas, pero para mí sólo<br />
era dinero. Asumir el riesgo da buenos dividendos, lo importante es<br />
salir vivo…<br />
La entrega se haría al atardecer, algo rápido para no ser<br />
detectados, la pista era apenas un tramo de camino en un claro de la<br />
selva en terreno hostil. La tensión nos mantenía en vilo hasta que de<br />
repente, sin saber de dónde, salió el disparo, sentimos el impacto,<br />
sobrevino el fuego y con un motor en llamas huimos buscando donde<br />
aterrizar, mientras perdíamos altura rápidamente; el piloto luchó con<br />
los controles tratando de ganar altura y superar una elevación pero<br />
fue en vano. El choque fue tremendo, salí despedido de la aeronave<br />
que quedo envuelta en un infierno dantesco, rodé por una hondonada<br />
que evitó fuese alcanzado por los trozos que volaron al estallar los<br />
explosivos que transportábamos.<br />
No sé cuánto tiempo pasó hasta que desperté en la oscuridad y<br />
el silencio de la noche, no me podía mover, las heridas lo impedían.<br />
Los sonidos de la selva en la noche son intimidantes, algo<br />
parecía reptar cerca de mí; el terror me invadía, no atinaba a nada<br />
hasta que…<br />
Puede haber sido la fiebre o que estaba enloqueciendo, pero<br />
juro que oí cuando él me dijo:<br />
—Por aquí papá— giré la cabeza y vi esa estrella cruzar el cielo<br />
y grité:<br />
—¡Valentín! —el eco me respondió— ¡ayúdame por favor!<br />
58
Al levantar la mirada una luz me cegó, era una linterna y voces<br />
que no entendía me llamaron, no pude responder porque me<br />
desmayé.<br />
Algo zumbaba a mis oídos, un rumor que no comprendía; eran<br />
voces, estaba en una cama. Traté de moverme, pero los vendajes lo<br />
impedían, de a poco las imágenes se fueron aclarando y pude ver que<br />
estaba en una carpa al cuidado de varias personas. Respiré dando<br />
gracias al supremo y me dejé ganar por la inconsciencia, me despertó<br />
el traqueteo del vehículo que me transportaba sin saber dónde,<br />
entonces recordé a mi hijo que mi mente oyó en aquel momento.<br />
El “gracias Valentín” salió de mis labios sin proponérmelo…<br />
En esta Nochebuena miro el cielo y creo ver aquella estrella que<br />
me guio hasta aquí. Tras tocar el timbre espero y ese hombre que sale<br />
a abrir me mira, el niño que lo acompaña pregunta:<br />
—¿Quién es?<br />
—Es mi padre que vuelve…<br />
Luis Alberto Molina (Rosario, Argentina)<br />
http://www.luismolin.blogspot.com.es/<br />
59
It’s not my time – Alina Sliwinska (Polonia)<br />
http://lady-amarillis.deviantart.com/<br />
60
Tiempo<br />
Dicen que el tiempo lo cura todo, pero no es cierto.<br />
El tiempo no cura las largas noches en vela pensando que ya no<br />
volverás. Ni las tardes que tras el cristal, viendo caer la lluvia, espero<br />
tu regreso del trabajo.<br />
Tampoco cura las comidas solitarias sin otro interlocutor que el<br />
periodista de turno, que me cuenta las noticias desde el televisor.<br />
Ni cura las mañanas en las que salgo a caminar por el río sin ti.<br />
Ni los despertares solitarios en nuestra cama, en la que ya no puedo<br />
acurrucarme a tu lado haciéndome la perezosa antes de levantarnos a<br />
desayunar.<br />
El tiempo no cura nada, las heridas del alma quedan siempre<br />
abiertas, no cicatrizan. No puede curar una vida ahora rota y vacía.<br />
Ni el tiempo lo cura todo, ni los médicos tampoco. Nosotros<br />
somos la prueba.<br />
Marisa Martínez Arce (Valencia)<br />
61
Ink – Aki (Rusia) http://ashitaro.deviantart.com/<br />
62
Las sombras<br />
Esa noche me fui a dormir temprano. El frío y la tormenta<br />
invitaban a buscar el tibio lecho y los relámpagos estaban<br />
alborotando mucho a los animales callejeros: perros y gatos, a la par,<br />
se disputaban la primacía en perturbar la cómoda paz del vecindario.<br />
La jornada había sido larga y cansada y mis ojos se cerraban con<br />
la pesadez del plomo. Entonces, un ruido sutil como el viento me hizo<br />
volver la mirada hacia la puerta: una sombra gigantesca me acechaba.<br />
La oscuridad no me permitía percibirla con claridad, pero la<br />
contracción de mi estómago y el galope tendido de mis latidos me<br />
anunciaban un peligro inminente. La sombra cubría la única salida<br />
posible y una seca parálisis muscular me impedía cualquier<br />
movimiento.<br />
El resplandor de un rayo iluminó la figura de un hombre gris,<br />
deshilachado, con las cuencas de los ojos vacías y largos brazos<br />
desgarrados, que avanzaba lentamente hacia mi cama. Aprovechando<br />
su pesado caminar me escabullí hacia un costado y corrí desaforado<br />
buscando refugio.<br />
De pronto, ya no era una, sino tres, las sombras grises, con las<br />
cavidades de los ojos deshabitadas, que me perseguían aullando<br />
como lobos hambrientos.<br />
Cogí un cuchillo grande de la cocina y me escondí tras de la<br />
puerta temblando. Fueron segundos angustiantes, eternos, pero no<br />
llegó nadie. En ese momento escuché ruidos en el segundo piso,<br />
donde duerme mi padre.<br />
A medida que subía la escalera los ruidos se hacían más fuertes:<br />
escuchaba golpes y alaridos, como si arriba se librara una batalla<br />
campal.<br />
63
Abrí la puerta, y sobre mi padre tres sombras enormes se<br />
abalanzaban en masa. Ninguno tenía ojos, solo cuencas desiertas. Mi<br />
padre me dirigió una mirada suplicante mientras los tres monstruos<br />
lo atacaban. Yo empecé a lanzar cuchilladas a diestra y siniestra, y<br />
por fortuna las sombras fueron cayendo, una a una, sobre amplios<br />
charcos de sangre negra.<br />
Abracé a mi padre, que todavía temblaba como una hoja al<br />
viento, y lloramos abrazados.<br />
Después de un rato regresé a mi cama y poco a poco me fui<br />
quedando dormido. Entonces, un ruido sutil como el aire me hizo<br />
volver la mirada hacia la puerta...<br />
Vicente Montemayor (Omaha, Nebraska – EUA)<br />
64
Puta Navidad<br />
Imagen aportada por la autora<br />
Odio las reuniones familiares, con sus palabras huecas, sus roces<br />
innecesarios, sus regalos desagradecidos, sus besos insatisfechos. Los<br />
carbohidratos a granel y los sarcasmos compulsivos.<br />
Los villancicos, los whatsapp, el mensaje del Rey, las risas<br />
obligadas, los desiderátum falsarios, la estafa del amor.<br />
Mi tiempo, mis ganas.<br />
Mi yo íntimo violado y expuesto.<br />
65
Mi rencor.<br />
Cómo lo odio.<br />
Me abruma la paz que no nos damos, las expectativas de nada, el<br />
espumillón de ideas, la incompañía.<br />
Me escuecen las ausencias.<br />
Las presencias.<br />
Me duele la conciencia, de no hacer lo que creo, de hacer lo que<br />
deploro. De no estar. No puedo. Escapo sin quererlo.<br />
Mendigo autenticidad, me vuelvo, y sólo encuentro vacío.<br />
El de todos los días.<br />
Sólo que parece más, una ballena que me engulle, y me pierdo<br />
dentro, sin salida. Eternamente.<br />
Abetos de rencillas escondidas, de cariños no resueltos. Cuelgo<br />
en ellos adornos telúricos con luces de sed intermitentes.<br />
Sueño con mi Noel de cartón-piedra y con la nieve en las pupilas<br />
de los vampiros que acechan. Inviernos solapados.<br />
Dulzor triste de Diciembre.<br />
Me encojo tanto.<br />
Tanto…<br />
¡Feliz! ¡Feliz Innavidad!<br />
Xenia Rambla (Valencia)<br />
http://xeniarambla.blogspot.com.es/<br />
66
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67
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Podéis dejar allí vuestros poemas pero intentad cumplir las reglas…<br />
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