+ Norberto Strotmann ¿Y, después de Aparecida, QUÉ?
+ Norberto Strotmann ¿Y, después de Aparecida, QUÉ?
+ Norberto Strotmann ¿Y, después de Aparecida, QUÉ?
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
+ <strong>Norberto</strong> <strong>Strotmann</strong>: <strong>¿Y</strong>, <strong><strong>de</strong>spués</strong> <strong>de</strong> <strong>Aparecida</strong>, <strong>QUÉ</strong>?<br />
lado está religada y obligada a la comunicación generosa <strong>de</strong> la salvación que Dios ofrece a<br />
todos los hombres y que les llega por su predicación, la celebración sacramental, el testimonio<br />
vivido y la colaboración generosa <strong>de</strong> cada uno <strong>de</strong> sus miembros. El cultivo <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ntidad y el<br />
ejercicio <strong>de</strong> la misión son igualmente sagrados.<br />
Cuando la fi<strong>de</strong>lidad al origen y la preocupación por la i<strong>de</strong>ntidad son <strong>de</strong>sproporcionadas o se<br />
tornan obsesivas, la Iglesia se convierte en secta y sucumbe al fundamentalismo. Cuando la<br />
preocupación por su relevancia para la sociedad y su colaboración con las causas comunes <strong>de</strong><br />
la humanidad es llevada hasta el límite, en el que se olvida los propios hontanares y recursos,<br />
entonces la Iglesia está en el bor<strong>de</strong> <strong>de</strong> la disolución y finalmente <strong>de</strong> la insignificancia.” 56<br />
González <strong>de</strong> Car<strong>de</strong>nal marca muy bien dos elementos constitutivos para la Iglesia: su<br />
i<strong>de</strong>ntidad (discípulos <strong>de</strong> Jesucristo) y su misión57 y subraya con claridad las posiciones<br />
extremas que estos elementos pue<strong>de</strong>n ocupar: (a) una i<strong>de</strong>ntidad obsesiva o enfermiza que<br />
termina en el fundamentalismo (y con ello pier<strong>de</strong> su relevancia) o (b) el afán <strong>de</strong> una relevancia<br />
social a toda costa con el efecto <strong>de</strong> la pérdida <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntidad. Lo que el autor no aclara es la<br />
‘correlación’ entre i<strong>de</strong>ntidad cristiana y relevancia social. Nuestra tesis es: Entre la ‘i<strong>de</strong>ntidad<br />
eclesial’ y la ‘relevancia social’ existe conjunción; <strong>de</strong> ninguna manera una disyunción. No es un<br />
‘juego <strong>de</strong> suma cero’. Nuestra lógica común (muchas veces cartesiana) nos pue<strong>de</strong> perjudicar,<br />
porque pensamos: o hay i<strong>de</strong>ntidad o hay relevancia social; don<strong>de</strong> hay mucha i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong> fe,<br />
allí habrá poco compromiso social. Nuestra fe – evi<strong>de</strong>ntemente – tiene una constitución<br />
distinta: La fe cristiana y su i<strong>de</strong>ntidad (escuchar a Cristo y conversión) son el momento<br />
constitutivo-condicional en la Iglesia; la relevancia <strong>de</strong> la fe ha <strong>de</strong> crecer a la par, porque “la<br />
fe sin obras es estéril” (St 2, 20). La correlación entre i<strong>de</strong>ntidad y relevancia no es la<br />
‘alternativa’ (o i<strong>de</strong>ntidad o relevancia), sino la ‘inclusión’: i<strong>de</strong>ntidad y relevancia. 58<br />
Un ejemplo <strong>de</strong> la reciente historia <strong>de</strong> la vida consagrada en la Iglesia pue<strong>de</strong> ilustrar lo dicho: Para la<br />
renovación <strong>de</strong> los institutos <strong>de</strong> vida consagrada, el No. 2 <strong>de</strong>l <strong>de</strong>creto “Sobre la a<strong>de</strong>cuada renovación <strong>de</strong><br />
la Vida Religiosa” Perfectae caritatis 59 <strong>de</strong>l Vat. II propuso la siguiente orientación básica: “La a<strong>de</strong>cuada<br />
renovación <strong>de</strong> la vida religiosa compren<strong>de</strong>, al mismo tiempo, un retorno incesante a las fuentes <strong>de</strong> toda<br />
vida cristiana y a la inspiración originaria <strong>de</strong> los institutos, y una adaptación <strong>de</strong> éstos a las condiciones<br />
<strong>de</strong> los tiempos que han cambiado.” 60<br />
Son tres, las referencias <strong>de</strong> este programa <strong>de</strong> renovación: 1. el retorno continuo a las fuentes <strong>de</strong> toda<br />
vida cristiana, 2. el retorno continuo a la inspiración originaria <strong>de</strong> los institutos y 3. una adaptación <strong>de</strong><br />
los institutos a las condiciones cambiadas con el tiempo. Pero, antepone una regla normativa: las tres<br />
exigencias <strong>de</strong> la reforma valen al mismo tiempo: simul. No se pue<strong>de</strong> hacer ninguna reforma a<strong>de</strong>cuada<br />
con una <strong>de</strong> estas perspectivas. Y allí parece que fallaron las reformas <strong>de</strong> la vida consagrada, tan<br />
importante para la Iglesia. Simplificando, po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cir: En la época pos-vaticana las ten<strong>de</strong>ncias en la<br />
vida consagrada se polarizaron; mientras una parte iba cultivando la inspiración originaria <strong>de</strong> su instituto<br />
(i<strong>de</strong>ntidad), otra parte optaba por la adaptación a la nueva situación <strong>de</strong>l mundo contemporáneo (compromiso<br />
social). La base imprescindible, que comparte la vida consagrada con la vida <strong>de</strong> todo bautizado (las<br />
fuentes <strong>de</strong> toda vida cristiana), no estaba en el centro <strong>de</strong> la atención. Así ambas ten<strong>de</strong>ncias quedaron –<br />
con el tiempo – sin fuerza <strong>de</strong> convicción.<br />
Como sacerdote colaboré durante años en mi tiempo libre (que no era mucho) con las Hermanas <strong>de</strong><br />
Teresa <strong>de</strong> Calcuta en la peor parte <strong>de</strong> Lima y comprendí el programa <strong>de</strong> esta comunidad, tan exigente<br />
56 Ibid., p. 168.<br />
57 La misión es uno <strong>de</strong> los temas más complejos <strong>de</strong> la Teología actual, porque acumula sus problemas históricos y contemporáneos<br />
(cf. BOSCH, David J.: Misión en Transformacioń: Cambios <strong>de</strong> Paradigma en la Teologiá <strong>de</strong> la Misioń. Grand Rapids, Mich.;<br />
Libros Desafió 1991, 702 pp. o BÜRKLE, Horst (ed.): Die Mission <strong>de</strong>r Kirche. Pa<strong>de</strong>rborn; Bonifatius 2002, 411 pp. (= AMATECA,<br />
Bd. 13).). En la preparación <strong>de</strong> <strong>Aparecida</strong> no he <strong>de</strong>tectado un mayor esfuerzo teológico por esta cuestión <strong>de</strong>licada.<br />
58 Un alumno <strong>de</strong> BenedictoXVI ha escrito recientemente sobre el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> pensamiento en la vida <strong>de</strong> J. Ratzinger (VERWEYEN,<br />
Hansjürgen: Joseph Ratzinger – Benedikt XVI. Die Entwicklung seines Denkens. Darmstadt; WBG 2007, 173 pp.).<br />
59 AAS 58 (1966) 702 - 712. La siguiente visión sintética se orienta en: Friedrich WULF, SJ.: Einführung und Kommentar zum Dekret.<br />
LThK/Vat. II, T. II. 250 - 265.<br />
60 "Accommodata renovatio vitae religiosae simul completitur et continuum reditum ad omnis vitae christianae fontes<br />
primigeniamque institutorum inspirationem et adaptionem ipsorum ad mutatas temporum condiciones."<br />
17