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Edición 30 de Enero de 2016

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“Cada uno <strong>de</strong> los movimientos <strong>de</strong> todos los individuos se realizan por tres únicas razones: por honor, por dinero o por amor” (NAPOLEÓN BONAPARTE)<br />

Los libreros<br />

y viajes al Centro<br />

Cuando a uno le gusta leer es capaz <strong>de</strong> convertirse<br />

en un arqueólogo en busca <strong>de</strong> tesoros. Esos<br />

tesoros que llamamos libros y son verda<strong>de</strong>ros<br />

portales para otros mundos. El <strong>de</strong>talle es que<br />

para el resto <strong>de</strong> personas que no les agrada leer somos<br />

consi<strong>de</strong>rados “seres extraños”. Quizá tengan razón, quizá.<br />

Mientras crecía no me preocupé tanto por encontrar libros,<br />

en esas eda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>de</strong>scubrimientos los estantes <strong>de</strong> las casas<br />

<strong>de</strong> mis abuelos eran suficientes. Sin embargo, al crecer la<br />

historia trajo nuevas aventuras.<br />

La curiosidad creció conforme fui <strong>de</strong>scubriendo que la<br />

biblioteca <strong>de</strong> casa se quedaba corta, y <strong>de</strong> que el mundo <strong>de</strong><br />

los libros era inmensamente ancha. Incluso resultó todo<br />

un impacto el día en que Evelyn Pastori me obsequió una<br />

antología <strong>de</strong> Rubén Darío y un libro <strong>de</strong> Gustavo Adolfo<br />

Becquer. El primero lo conocía, mi mamá recitaba algunos<br />

<strong>de</strong> sus poemas, pero <strong>de</strong> Becquer no sabía nada.<br />

Al superar la adolescencia el nombre <strong>de</strong> autores comenzó<br />

a <strong>de</strong>sbordarse, eran cientos <strong>de</strong> apellidos que jamás había<br />

pronunciado y aquel trío que nos guío en el mundo literario<br />

(Geovani Galeas, Carlos Santos y Ricardo Lindo) compartió<br />

sus tesoros. Galeas me hizo conocer a Jorge Luis Borges y a<br />

Arturo Pérez Reverte, don Ricardo nos compartió a Herman<br />

Melville, mientras que Santos me <strong>de</strong>jó su biblioteca al<br />

marcharse <strong>de</strong> nuevo a Canadá. Así que los libros comenzaron<br />

Bitácora<br />

MAURICIO VALLEJO MÁRQUEZ<br />

COORDINADOR<br />

SUPLEMENTO TRES MIL<br />

a inundar mis horas, pero se fueron haciendo pocos y el<br />

hambre por más autores no se saciaba.<br />

Las librerías no siempre tienen los autores que uno busca,<br />

aunque a veces nos ofrecen buenas opciones. Un día en<br />

medio <strong>de</strong> esas incansables búsquedas me encontré con<br />

un manantial en pleno Centro <strong>de</strong> San Salvador: don Jesús<br />

Villegas, o como le llamamos todos sus clientes don<br />

Chusito, el dueño <strong>de</strong> la Segunda Lectura, quien se hizo mi<br />

principal proveedor. Don Chusito no sólo me conseguía los<br />

libros que yo buscaba, también me recomendaba narradores,<br />

ensayistas. El hombre sabía <strong>de</strong> libros. A veces me escapaba<br />

<strong>de</strong>l trabajo por unos <strong>30</strong> minutos para escarbar entre las pilas<br />

<strong>de</strong> libros y polvo, y pesqué buenas obras y más <strong>de</strong> alguna<br />

alergia. Con el tiempo ya no he vuelto a la Segunda Lectura,<br />

pero siempre recomiendo a la gente que lo visite. Espero<br />

pronto bajar hasta allá, quizá el pueda ayudarme a conseguir<br />

La mancha humana <strong>de</strong> Phillip Roth y algún libro <strong>de</strong> Toni<br />

Morrison.<br />

Claro que no todo está perdido, porque ahora existen jóvenes<br />

libreros y poetas que me sacan <strong>de</strong> apuros como el caso <strong>de</strong><br />

Alberto López Serrano y Wally Romero <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Maktub,<br />

quienes siempre tienen alguna sorpresa bajo la manga.<br />

Así que no <strong>de</strong>jamos <strong>de</strong> leer. Aunque, como dice Carlos<br />

Fuentes no logremos leer todo lo queramos en esta vida,<br />

seguiremos leyendo un buen rato más.<br />

@vallejomarquez<br />

vallejomarquez.blogspot.com<br />

Mauricio Vallejo Márquez<br />

Un crimen y una equivocación: Chivo expiatorio<br />

E<br />

n el libro Memorias <strong>de</strong> Fouché<br />

1759-1820 se relata el siguiente<br />

evento durante la consolidación<br />

<strong>de</strong>l imperio napoleónico (fragmentos):<br />

“es preciso aterrorizar o perecer” –Napoleón<br />

Bonaparte-… “Supe al día siguiente<br />

que <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> mi partida se había celebrado<br />

consejo, y que durante la noche<br />

Savary había procedido a la ejecución<br />

<strong>de</strong>l <strong>de</strong>sgraciado príncipe. Se hablaba <strong>de</strong><br />

circunstancias atroces. Savary se había<br />

resarcido, según <strong>de</strong>cían, <strong>de</strong> que se le<br />

hubiese escapado su presa en Normandía,<br />

don<strong>de</strong> tuvo la ilusión <strong>de</strong> atraer al cepo,<br />

mediante los hilos <strong>de</strong> la conspiración <strong>de</strong><br />

Cadoubal, al duque <strong>de</strong> Berry y al con<strong>de</strong><br />

<strong>de</strong> Artois, a quienes hubiese sacrificado<br />

<strong>de</strong> más buena gana que al duque <strong>de</strong><br />

Enghien. Réal me aseguró que él lo cogió<br />

tan <strong>de</strong> sorpresa la ejecución nocturna,<br />

que a la mañana siguiente había ido a<br />

Vincennes, esperando llevar al príncipe<br />

a la Malmasion, imaginándose que el primer<br />

cónsul acabaría este gran negocio <strong>de</strong><br />

un modo magnánimo. Pero a Bonaparte<br />

le pareció indispensable aquel golpe <strong>de</strong><br />

Estado para atemorizar Europa y <strong>de</strong>struir<br />

todos los gérmenes <strong>de</strong> conspiración<br />

contra su persona. La indignación que<br />

yo había previsto estalló <strong>de</strong>l modo más<br />

sangriento. No fui yo, por cierto, quién<br />

expresó con menos paliativos sobre este<br />

atentado, que atropellaba el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong><br />

Como hijo <strong>de</strong> pobre<br />

“<br />

Como hijo <strong>de</strong> pobre” se titula una popular<br />

prosa <strong>de</strong>l escritor, periodista y empresario<br />

uruguayo Constancio C. Vigil (1876-1954),<br />

fecundo responsable <strong>de</strong> medio centenar <strong>de</strong> libros,<br />

<strong>de</strong>dicados a los niños, y exitoso fundador <strong>de</strong> la<br />

Editorial Atlántida, que tantas revistas produjo,<br />

entre ellas, la muy apreciada “Billiken” (1919).<br />

Dos personajes extraordinarios nacieron <strong>de</strong> la<br />

pluma y <strong>de</strong> la imaginación inagotable <strong>de</strong> Vigil:<br />

“El mono relojero” y “La hormiguita viajera”,<br />

que hicieron la <strong>de</strong>licia <strong>de</strong> generaciones <strong>de</strong><br />

pequeños lectores.<br />

La composición citada, la conocí, en la infancia,<br />

gracias al celo <strong>de</strong> mis padres, que no sólo me<br />

la hicieron memorizar y recitar, sino colocar<br />

en un lugar <strong>de</strong>l comedor <strong>de</strong> la antigua casa <strong>de</strong><br />

San Salvador. Decía el referido texto: “Es<br />

absolutamente necesario que se comprenda el<br />

error <strong>de</strong> aquellos padres que se proponen darle<br />

al hijo felicidad, como quien da un regalo.<br />

Lo más que se pue<strong>de</strong> hacer es encaminarlo<br />

hacia ella, para que él la conquiste. Difícil,<br />

casi imposible, será <strong>de</strong>spués. Cuanto menos<br />

trabajo se tomen los padres en los primeros<br />

años, más, muchísimo más, tendrán en lo futuro.<br />

Habitúalo, madre, a poner cada cosa en su sitio,<br />

y a realizar cada acción a su tiempo. El or<strong>de</strong>n<br />

es la primera ley <strong>de</strong>l cielo. Que no esté ocioso,<br />

que lea, que dibuje, que trabaje, que te ayu<strong>de</strong><br />

en alguna tarea, que se acostumbre a ser atento<br />

las naciones y <strong>de</strong> la humanidad. “¡Es<br />

doble mal, porque es un crimen y una<br />

equivocación!” Memorias <strong>de</strong> Foché<br />

/ Joseph Fouché España: Desván <strong>de</strong><br />

Hanta, 2015 pág 175<br />

El relato nos recuerda la guerra civil<br />

<strong>de</strong> los años ochenta en nuestra nación,<br />

con tal fuerza que el asesinato <strong>de</strong> los<br />

sacerdotes jesuitas parece reproducir<br />

Intimissimun<br />

CARALVÁ<br />

FUNDADOR<br />

SUPLEMENTO TRES MIL<br />

aquellas escenas <strong>de</strong>l imperio napoleónico,<br />

ese evento trágico continuará por<br />

generaciones, como un símbolo <strong>de</strong> “un<br />

crimen y una equivocación” como lo<br />

afirmó Foché. Durante la historia <strong>de</strong> la<br />

humanidad existen acciones similares<br />

que fácilmente se pue<strong>de</strong>n encontrar con<br />

un poco <strong>de</strong> voluntad e investigación<br />

histórica.<br />

Los académicos actuales usan el concepto<br />

<strong>de</strong> “Chivo expiatorio” así: “se utiliza<br />

la expresión para <strong>de</strong>nominar a aquél que<br />

ha pagado las culpas <strong>de</strong> otra persona o<br />

y servicial. Deja algo en el suelo para que él<br />

lo recoja; incítalo a limpiar, arreglar, cuidar,<br />

o componer alguna cosa, que te alcance<br />

ciertos objetos que necesites; bríndale, en<br />

fin, las oportunida<strong>de</strong>s para que emplee sus<br />

energías, su actividad, su voluntad, y lo hará<br />

con placer. Críalo como hijo <strong>de</strong> pobre, y lo<br />

enriquecerás; críalo como hijo <strong>de</strong> rico y lo<br />

empobrecerás para toda la vida”.<br />

Y bajo estos preceptos transcurrió mi<br />

educación y crianza. A pesar <strong>de</strong> provenir<br />

<strong>de</strong> un hogar don<strong>de</strong> jamás<br />

Claraboya<br />

ÁLVARO DARÍO LARA<br />

ESCRITOR Y POETA<br />

faltó lo necesario, pues<br />

mi padre fue siempre un profesional y<br />

funcionario <strong>de</strong> gobierno, muy trabajador y<br />

<strong>de</strong>dicado al ámbito familiar, rara vez se me<br />

prodigó en exceso. Mis padres trataron, en<br />

lo posible, <strong>de</strong> inculcarme (como se <strong>de</strong>cía<br />

antes) el valor <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n, el aseo y la bondad<br />

<strong>de</strong> levantarse temprano para empren<strong>de</strong>r las<br />

tareas diarias.<br />

Juguetes, diversiones, entretenimientos,<br />

grupo, librando a estos <strong>de</strong> represalias.<br />

También es posible que la persona víctima<br />

<strong>de</strong> éste fenómeno termine mintiendo su<br />

efectiva responsabilidad para aliviar la<br />

situación pidiendo una especie <strong>de</strong> perdón<br />

o porque recibió una amenaza coactiva,<br />

lo que a veces la empeora y hace difícil<br />

encontrar la verdad confundiéndose a la<br />

víctima como victimario. En Sociología,<br />

el término se utiliza para <strong>de</strong>signar a una<br />

persona o grupo por el cual los más<br />

afectados por la frustración redirigen su<br />

agresión. Un chivo expiatorio también es<br />

conocido como Cabeza <strong>de</strong> turco” –wikipedia-.<br />

El proceso contra los militares salvadoreños<br />

involucrados en ese procedimiento,<br />

no escapa al juicio <strong>de</strong> la historia, algunos<br />

libros incluso parecen <strong>de</strong>velar esa situación:<br />

“nuestro buen nombre y reputación<br />

<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>n más <strong>de</strong> lo que ocultamos que<br />

<strong>de</strong> lo que revelamos. Todo el mundo comete<br />

errores, pero quienes son realmente<br />

hábiles y sagaces se las arreglan para<br />

ocultarlos y hacer que otros carguen con<br />

la culpa. En tales momentos, siempre se<br />

<strong>de</strong>biera tener a mano un oportuno chivo<br />

expiatorio”. Po<strong>de</strong>r /Robert Greene. Buenos<br />

Aires: Atlántida, 1999. – pág 259<br />

Fe <strong>de</strong> errata:<br />

El sábado anterior se tituló esta columna por error:<br />

“Histeria <strong>de</strong> amor árabe-cristiano”, siendo lo correcto:<br />

“Historia <strong>de</strong> amor árabe-cristiano”. Solicitamos favor<br />

<strong>de</strong> tomar nota.<br />

nunca me fueron negados. Pero siempre,<br />

bajo el criterio que en el mundo existían<br />

personas menos afortunadas, a quienes<br />

<strong>de</strong>bíamos apoyar, volviendo su vida<br />

menos difícil.<br />

Por otra parte, se me estimuló el trabajo,<br />

en alguna temporada navi<strong>de</strong>ña; y<br />

luego, al alcanzar los dieciocho años,<br />

hice mi ingreso laboral, en forma.<br />

La experiencia fue enriquecedora, no<br />

sólo por el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>l sentido <strong>de</strong><br />

seguridad personal y <strong>de</strong> autonomía, sino<br />

por todas las buenas prácticas sociales e<br />

individuales que el trabajo genera.<br />

Es lamentable, que en la actualidad,<br />

pongamos exageradas cortapisas –<br />

institucionales o laborales- para que<br />

los niños y los jóvenes tengan reales<br />

oportunida<strong>de</strong>s salariales. El trabajo educa<br />

y dignifica.<br />

Por <strong>de</strong>sgracia, el mal uso <strong>de</strong> las remesas<br />

-enviadas con tanto sacrificio- y el<br />

peligroso facilismo <strong>de</strong> las activida<strong>de</strong>s<br />

<strong>de</strong>lictivas, están perdiendo a nuestra<br />

juventud, alejándola <strong>de</strong> la vida honrada,<br />

que construye esforzadamente su<br />

presente y porvenir.<br />

Urge, que como país y como familia,<br />

pongamos <strong>de</strong> moda, nuevamente, el amor<br />

al trabajo; volviendo a una formación<br />

más realista, como <strong>de</strong>cía don Constancio<br />

C. Vigil.<br />

El único suplemento cultural<br />

<strong>de</strong> El Salvador<br />

2 TRESMIL Sábado <strong>30</strong> / enero / <strong>2016</strong><br />

Director Diario Co Latino: Francisco Valencia.<br />

Coordinador: Mauricio Vallejo Márquez.<br />

Colaboradores: Caralvá, José Roberto Cea, Augusto Crespín, Julio Iraheta<br />

Santos, Álvaro Darío Lara, Tirso Canales, Luis Antonio Chávez, Rob Escobar,<br />

Elvis Aviv Guzmán, Wilfredo Arriola y Bilal Arif Portillo. Armando Molina (San<br />

Francisco), Dora Olivia Magaña (Los Ángeles), Rafael Lara-Martínez (Nuevo<br />

México), Manuel Iris (Cincinatti), Alfonso Velis-Tobar (Canadá), Perla Rivera Núñez<br />

(Honduras) y Edgar Quisquinay (Guatemala).<br />

Suplemento Cultural <strong>30</strong>00 fue fundado el 24 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1990 por Gabriel<br />

Otero y Caralvá. Durante 25 años lo han coordinado en diferentes periodos<br />

Gabriel Otero, Caralvá, Walter Raudales, Otoniel Guevara (2) , Luis Alvarenga,<br />

Álvaro Darío Lara, Colectivo Coordinador* y Mauricio Vallejo Márquez.<br />

* Salvador Juárez, Roberto Quezada, Mario Castrillo, Luis Alvarenga, José Roberto Cea y Mauricio Marquina<br />

Toda colaboración <strong>de</strong> artículos, cuentos, ensayos, poesía, ilustración, pintura y fotografía<br />

pue<strong>de</strong> enviarse al correo electrónico: suplemento<strong>30</strong>00@gmail.com

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