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Edición 30 de Enero de 2016

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Viene <strong>de</strong> página 5/<br />

He dicho que la recepción parcial<br />

<strong>de</strong>l Roque más creativo quizás fue<br />

el producto <strong>de</strong> lecturas hechas en un<br />

contexto <strong>de</strong> insurrección armada.<br />

Y he dicho “quizás” porque lo<br />

cierto es que, acabada la guerra,<br />

la mayoría <strong>de</strong> poetas salvadoreños<br />

siguió teniendo dificulta<strong>de</strong>s<br />

para interpretar al poeta y para<br />

apropiarse creativamente <strong>de</strong> su<br />

legado más complejo.<br />

Durante la guerra civil, en la<br />

década <strong>de</strong> los 80, se escribió y<br />

se leyó bajo unas circunstancias<br />

muy difíciles. La incorporación<br />

<strong>de</strong> muchos escritores a la lucha<br />

los confinó en las vivencias y<br />

las dinámicas i<strong>de</strong>ológicas <strong>de</strong>l<br />

conflicto. Eso medió la relación <strong>de</strong><br />

bastantes creadores con la literatura<br />

y sus posibles <strong>de</strong>stinatarios. En lo<br />

que se refiere al público lector, su<br />

relación con los textos también se<br />

vio condicionada por una situación<br />

dramática. Creadores y lectores<br />

se vieron atrapados en el más acá<br />

<strong>de</strong> una guerra y en las priorida<strong>de</strong>s<br />

éticas y las orientaciones <strong>de</strong> valor<br />

que ésta impuso al lenguaje y<br />

su interpretación. Poco se ha<br />

investigado el funcionamiento<br />

<strong>de</strong> la institucionalidad literaria a<br />

lo largo <strong>de</strong> ese período, pero es<br />

<strong>de</strong> suponer, como hipótesis, que<br />

estuvo sometida a presiones y que<br />

su condición quizás fue precaria.<br />

Una imagen i<strong>de</strong>alista <strong>de</strong> las<br />

influencias literarias invisibiliza<br />

el contexto en el que estas operan.<br />

La lectura parcial y simplificadora<br />

<strong>de</strong> Dalton que tuvo lugar en esa<br />

década remite a una circunstancia<br />

en la cual la comunicación política<br />

impuso la exigencia <strong>de</strong> la claridad<br />

retórica. Esa mirada selectiva<br />

que dominó el marco social y el<br />

horizonte <strong>de</strong> la época no cabría<br />

atribuírsela por entero a las i<strong>de</strong>as<br />

<strong>de</strong> Roque, salvo que uno pretenda<br />

mitificarlo.<br />

Algunos críticos han convertido<br />

a Dalton en una especie <strong>de</strong><br />

sinécdoque y han entendido que<br />

<strong>de</strong>jar atrás su obra era <strong>de</strong>jar atrás<br />

el contexto <strong>de</strong> aquella época,<br />

como si la obra <strong>de</strong>l poeta y el<br />

horizonte <strong>de</strong> los años 80 fuesen<br />

lo mismo. “Es cierto que una y<br />

otra guardan relación, pero no son<br />

equivalentes. No cabe confundir<br />

una circunstancia histórica con una<br />

obra literaria. Ese contexto que<br />

presuntamente fue dominado por la<br />

lírica <strong>de</strong> Roque fue el contexto que<br />

volvió difícil la socialización <strong>de</strong><br />

una lectura compleja <strong>de</strong> su obra”.<br />

He dicho que la recepción parcial<br />

<strong>de</strong>l Roque más creativo quizás fue<br />

el producto <strong>de</strong> lecturas hechas en<br />

una situación <strong>de</strong> levantamiento<br />

armado. Y he dicho “quizás”<br />

porque lo cierto es que, acabada<br />

la guerra, la mayoría <strong>de</strong> poetas<br />

6 TRESMIL Sábado <strong>30</strong> / enero / <strong>2016</strong><br />

salvadoreños siguió teniendo<br />

dificulta<strong>de</strong>s para interpretar al poeta<br />

y para apropiarse creativamente <strong>de</strong><br />

su legado más complejo.<br />

El mismo horizonte <strong>de</strong> los años<br />

80 –que presuntamente gobernó<br />

la lírica <strong>de</strong> Roque– impuso unas<br />

condiciones que dificultaron<br />

la socialización <strong>de</strong> una lectura<br />

compleja <strong>de</strong> su obra. Era <strong>de</strong> esperar<br />

que el cambio <strong>de</strong> circunstancias y<br />

perspectivas operado en la última<br />

década <strong>de</strong>l siglo XX facilitara una<br />

interpretación más profunda <strong>de</strong> la<br />

compleja trayectoria literaria <strong>de</strong>l<br />

poeta, pero no fue así, al menos<br />

en el mundo <strong>de</strong> la opinión pública<br />

literaria.<br />

Las complejida<strong>de</strong>s históricas <strong>de</strong>l<br />

panorama cultural <strong>de</strong> los 80 y el<br />

cambio <strong>de</strong> escenario en los 90 se<br />

han querido explicar acudiendo<br />

a una variante simplista y<br />

maniquea <strong>de</strong> los enfrentamientos<br />

generacionales. De esa forma, un<br />

Roque que no había sido leído<br />

ni asimilado <strong>de</strong> forma compleja<br />

se convirtió en el enemigo <strong>de</strong>l<br />

pluralismo literario y en el obstáculo<br />

para la aparición <strong>de</strong> nuevos<br />

caminos en nuestra lírica. Cuando<br />

el terreno era propicio al fin para una<br />

apropiación creativa y crítica <strong>de</strong>l<br />

legado más complejo <strong>de</strong>l poeta, lo<br />

que algunos hicieron fue levantarle<br />

una leyenda negra y maniquea<br />

que se vistió con los ropajes <strong>de</strong> la<br />

<strong>de</strong>sacralización posmo<strong>de</strong>rna. Para<br />

que esa <strong>de</strong>sacralización maniquea<br />

funcionase como rito <strong>de</strong> paso había<br />

que convertir a Dalton en el nefasto<br />

Rey <strong>de</strong> la lírica salvadoreña <strong>de</strong> los<br />

años 70 y 80.<br />

El enfoque generacional, si es mal<br />

utilizado, permite manejar con<br />

tres variable simples las tortuosas<br />

sendas <strong>de</strong>l cambio literario. Solo<br />

necesita un rey viejo y su corte<br />

<strong>de</strong> figuras literarias momificadas.<br />

Bajo la tiranía literaria <strong>de</strong> tales<br />

ancianos se haya sometido un<br />

pueblo <strong>de</strong> escritores y lectores.<br />

Ante ese panorama se alza un<br />

grupito <strong>de</strong> jóvenes príncipes en<br />

cuyas espadas re<strong>de</strong>ntoras brilla el<br />

filo <strong>de</strong> lo nuevo. Así <strong>de</strong> sencilla<br />

es la leyenda con la que algunos<br />

jóvenes críticos intentan explicar<br />

el cambio acaecido en el panorama<br />

<strong>de</strong> nuestra lírica a partir <strong>de</strong> la<br />

última década <strong>de</strong>l siglo XX. La<br />

caída <strong>de</strong>l muro <strong>de</strong> Berlín y su<br />

impacto i<strong>de</strong>ológico en nuestra<br />

intelectualidad, el final <strong>de</strong> la guerra<br />

civil, la generalización <strong>de</strong> una<br />

conciencia posmo<strong>de</strong>rna que atacó<br />

los gran<strong>de</strong>s relatos históricos y<br />

“<br />

El enfoque<br />

generacional, si<br />

es mal utilizado,<br />

permite<br />

manejar con<br />

tres variable simples<br />

las tortuosas sendas <strong>de</strong>l<br />

cambio literario”<br />

culturales <strong>de</strong> la izquierda, etcétera.;<br />

todo esto carece <strong>de</strong> importancia<br />

explicativa, cuando aparecen en<br />

escena los príncipes poetas que<br />

<strong>de</strong>capitan simbólicamente al viejo<br />

rey <strong>de</strong> nuestra lírica. Para que este<br />

relato funcione hay que silenciar<br />

la complejidad <strong>de</strong> nuestra historia<br />

literaria, hay que dar por supuesta<br />

la gran influencia <strong>de</strong> Roque y hay<br />

que visualizar esa influencia <strong>de</strong><br />

una forma lineal y mecanicista.<br />

Para que este relato funcione hay<br />

que ignorar la trayectoria <strong>de</strong> los<br />

escritores jóvenes <strong>de</strong> los años 70 y<br />

80 y silenciar el hecho fácilmente<br />

<strong>de</strong>mostrable <strong>de</strong> que ellos también<br />

han participado activamente en la<br />

<strong>de</strong>sacralización <strong>de</strong> Roque y en el<br />

ensanchamiento posmo<strong>de</strong>rno <strong>de</strong>l<br />

horizonte <strong>de</strong> nuestra lírica.<br />

Si no po<strong>de</strong>mos referirnos a la<br />

influencia <strong>de</strong> un autor, sin <strong>de</strong>finir<br />

previamente un “mo<strong>de</strong>lo” <strong>de</strong><br />

su poética; tampoco po<strong>de</strong>mos<br />

esclarecer su impacto, si no<br />

proponemos una visión dialéctica<br />

<strong>de</strong> la influencia literaria. A esta<br />

última, entre nosotros, se le da<br />

un alcance generacional. Así se<br />

dice que los creadores <strong>de</strong> una<br />

<strong>de</strong>terminada generación fueron<br />

mol<strong>de</strong>ados por las figuras tutelares<br />

<strong>de</strong> estos o aquellos poetas. A los<br />

receptores <strong>de</strong> tal influjo suele<br />

vérseles como sujetos<br />

pasivos que hacen suya la<br />

voz <strong>de</strong> otros y permanecen<br />

prisioneros <strong>de</strong> ella durante<br />

toda su trayectoria creativa.<br />

En algunos casos esta imagen<br />

pue<strong>de</strong> ser cierta; en otros,<br />

la historia <strong>de</strong>muestra que<br />

no es una nueva generación<br />

la que juzga a los poetas<br />

dominantes sino que son<br />

sus hijos directos quienes<br />

acaban cuestionándolos.<br />

Si entre el gran maestro y<br />

sus presuntos discípulos pue<strong>de</strong><br />

darse una dialéctica interna,<br />

hay que proponer una visión<br />

menos lineal y mecanicista <strong>de</strong> la<br />

influencia literaria. En nuestro<br />

caso, si no hacemos esto, no<br />

podremos explicar con rigor los<br />

cambios literarios <strong>de</strong> los años<br />

noventa. Críticos como Rafael<br />

Lara Martínez y Ricardo Roque<br />

Baldovinos y escritores como<br />

Miguel Huezo Mixco y Horacio<br />

Castellanos Moya iniciaron en<br />

la última década <strong>de</strong>l siglo pasado<br />

una revisión <strong>de</strong>sacralizadora <strong>de</strong><br />

la figura <strong>de</strong> Dalton. Todos ellos, a<br />

principios <strong>de</strong> los 80, eran jóvenes<br />

admiradores <strong>de</strong>l “poeta” y todos<br />

ellos con el curso <strong>de</strong>l tiempo, el<br />

estudio y la experiencia fueron<br />

adoptando posiciones más<br />

complejas e irónicas frente al<br />

ejemplo moral e i<strong>de</strong>ológico <strong>de</strong><br />

Roque. Dado que las influencias<br />

literarias son un proceso en el<br />

que pue<strong>de</strong>n gestarse la crítica,<br />

el <strong>de</strong>svío creativo y la mala<br />

interpretación, lo más sensato es<br />

concebirlas <strong>de</strong> modo dialéctico. El<br />

maestro influye sobre el discípulo,<br />

pero las creaciones y las i<strong>de</strong>as<br />

<strong>de</strong>l discípulo con talento pue<strong>de</strong>n<br />

acabar alterando la percepción que<br />

se tiene <strong>de</strong>l maestro.<br />

La dialéctica entre el maestro<br />

y el discípulo, por mucho que<br />

tenga cierta lógica generacional,<br />

no explica <strong>de</strong>l todo los cambios<br />

literarios. El cambio en la<br />

percepción <strong>de</strong> la obra <strong>de</strong> Roque<br />

Dalton en los años 90 <strong>de</strong>l siglo<br />

pasado también se <strong>de</strong>bió, como<br />

ya dije, a transformaciones <strong>de</strong><br />

or<strong>de</strong>n local e internacional que<br />

se vivieron en esa época. En los<br />

últimos años <strong>de</strong>l siglo XX se puso<br />

<strong>de</strong> moda la <strong>de</strong>sacralización <strong>de</strong> los<br />

símbolos <strong>de</strong> la izquierda.<br />

Las tesis <strong>de</strong> los hagiógrafos y<br />

los <strong>de</strong>tractores <strong>de</strong>l poeta que le<br />

imputan una gran influencia en<br />

nuestra lírica, como ya lo hecho<br />

dicho, carecen <strong>de</strong> fundamentación<br />

teórica y no han sido verificadas<br />

por la investigación literaria y, en<br />

esa medida, son una continuación<br />

<strong>de</strong> las leyendas que ro<strong>de</strong>an a la<br />

figura <strong>de</strong> Dalton. El asunto es que<br />

nuestro poeta siempre ha estado<br />

ro<strong>de</strong>ado <strong>de</strong> mitos. Los mitos <strong>de</strong><br />

los 80 fueron <strong>de</strong>stronados por los<br />

mitos <strong>de</strong> los 90. A una leyenda<br />

radiante le sucedió una leyenda<br />

negra que visualizó a Roque<br />

como el único gran culpable <strong>de</strong>l<br />

estancamiento <strong>de</strong> nuestra poesía.<br />

Él ha sido el gran culpable, por<br />

supuesto, <strong>de</strong> nuestras gran<strong>de</strong>s<br />

limitaciones como lectores suyos.<br />

Nuestra proverbial dificultad para<br />

apropiarnos creativamente <strong>de</strong> su<br />

legado más complejo también es<br />

culpa suya, solo suya.<br />

En resumidas cuentas, aun no<br />

estamos en condiciones <strong>de</strong><br />

presentar un juicio seguro y<br />

matizado acerca <strong>de</strong> cuáles han sido<br />

el alcance y las modalida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la<br />

influencia <strong>de</strong>l presunto rey <strong>de</strong> los<br />

poesía mo<strong>de</strong>rna salvadoreña. Si<br />

esto es así, gran parte <strong>de</strong> la crítica<br />

que se ha hecho en las últimas<br />

décadas sobre la centralidad <strong>de</strong><br />

Roque en la lírica <strong>de</strong> los años 70<br />

y 80 se apoya en premisas que aún<br />

no están <strong>de</strong>mostradas en el terreno<br />

<strong>de</strong> la investigación literaria.<br />

Todo lo que podamos <strong>de</strong>cir al<br />

respecto pertenece al ámbito <strong>de</strong> las<br />

hipótesis, a pesar <strong>de</strong> que nuestras<br />

intuiciones o leyendas nos digan lo<br />

contrario.

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