YO A ESO NO JUEGO
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<strong>YO</strong> A <strong>ESO</strong> <strong>NO</strong> <strong>JUEGO</strong><br />
2. Acoso entre pares que no siempre se da en el<br />
entorno escolar<br />
Cuando hablamos de acoso y ciberacoso en la infancia, tendemos a pensar<br />
siempre en el entorno de la escuela, de ahí que se hable siempre de acoso<br />
escolar. Sin embargo, lo que define este tipo de acoso y ciberacoso es que<br />
es una forma de violencia entre pares. Es importante tener esto en cuenta<br />
de cara a la prevención, detección e intervención, porque también se produce<br />
más allá del ámbito escolar, aunque muchas veces se detecte o tenga<br />
repercusiones directas en el patio del colegio.<br />
Es innegable que la escuela es el entorno natural en el que los niños y niñas<br />
desarrollan la mayor parte de sus relaciones sociales, por lo que es el lugar<br />
donde las conductas de acoso son más visibles. Sin embargo, no siempre<br />
ocurren ahí. Esto es muy evidente en el caso del ciberacoso, que en ocasiones<br />
no se manifiesta en las relaciones presenciales que los niños puedan<br />
tener en la escuela.<br />
El acoso puede producirse en el barrio, en los parques, en la red... y en<br />
muchas ocasiones entre niños y niñas de distintos centros educativos, por<br />
lo que no hay que asumir que se produce siempre entre los alumnos y las<br />
alumnas de un mismo colegio.<br />
El hecho de que los niños o niñas envueltos en esta situación<br />
de violencia vayan a distintos centros supone que los retos de<br />
intervención, coordinación y seguimiento del caso sean mucho<br />
más complejos. Las responsabilidades se diluyen, las estrategias se fragmentan<br />
y las actuaciones a seguir resultan más problemáticas.<br />
Hay por tanto que aclarar que en estos casos las responsabilidades son de<br />
los docentes y del equipo directivo de ambos centros, que están obligados<br />
a actuar sobre las conductas violentas entre alumnos o alumnas, aunque se<br />
produzcan fuera del centro escolar, siempre que impliquen a sus alumnos.<br />
Así, los equipos directivos de los centros a los que acuden los alumnos deben<br />
intervenir y coordinar actuaciones con el objetivo de restaurar el daño<br />
provocado en toda la comunidad escolar por el acoso.<br />
Y es que, aunque la escuela no sea la causante, ni donde únicamente se<br />
geste la violencia, los centros educativos son claves para luchar contra ella.<br />
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