YO A ESO NO JUEGO
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<strong>YO</strong> A <strong>ESO</strong> <strong>NO</strong> <strong>JUEGO</strong><br />
10. El acoso y el ciberacoso presentan un reto en<br />
términos de asunción de responsabilidades, ya que<br />
se desarrollan en diversos espacios e implican a<br />
numerosos agentes<br />
El acoso y el ciberacoso presentan un reto claro en términos de asunción<br />
de responsabilidades. Estamos hablando de formas de violencia<br />
complejas, que se desarrollan en diversos espacios (aulas, otras<br />
instalaciones del centro educativo, el espacio virtual) y que implican a numerosos<br />
agentes (profesores, padres y madres, compañeros, incluso agentes<br />
de la autoridad llegado el caso).<br />
En el ámbito educativo encontramos varias dificultades. Por un lado, la distribución<br />
de competencias en materia de educación entre el Estado y las<br />
comunidades autónomas establece, como en muchas otras materias, distintos<br />
niveles y ámbitos de decisión que tienen repercusión en la norma y<br />
en la práctica. Las normativas en el ámbito de convivencia escolar y la existencia<br />
o no de protocolos específicos en los colegios para el tratamiento<br />
de situaciones de acoso o ciberacoso en los que se determinan quiénes son<br />
los agentes implicados en el proceso, difieren entre comunidades autónomas.<br />
Los grados de jerarquización (profesores, equipo directivo, Consejo<br />
Escolar...) y burocratización que se establecen en estas normativas suelen<br />
ir acompañados de una dilación en el tiempo y en los procesos de toma<br />
de decisión. En los casos más graves se ven implicados agentes, como el<br />
Ministerio Fiscal o las fuerzas policiales, que añaden grados mayores de<br />
responsabilidad y autoridad al penalizar el proceso. A pesar de todos estos<br />
niveles y jerarquías, son los equipos directivos de los centros educativos<br />
los que deben liderar las actuaciones de lucha contra el acoso e implicar al<br />
personal, docente y no docente, de los centros educativos.<br />
Así, es necesario que los centros educativos tomen conciencia de que<br />
es su responsabilidad prevenir, intervenir y realizar un seguimiento de los<br />
casos de acoso. En muchas ocasiones la falta de toma de liderazgo y la disolución<br />
de responsabilidades provoca que el acoso y el ciberacoso no se<br />
combatan con la contundencia y seriedad que la gravedad de su naturaleza<br />
requiere. Docentes y equipos directivos son responsables de intervenir en<br />
los casos de acoso en sus centros, por supuesto, pero también en casos<br />
de ciberacoso y de acoso que impliquen a los escolares de otros centros.<br />
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