72 VICE LIBRETA DE BOLETAS por Domingo Michelli
que venían de cerca, de arriba de las escaleras de la plaza, del panteón nacional... Algún poeta romántico hubiera pensado en algo tipo: “las cadenas de los malditos”. Era el chocar de hierro contra hierro, las rejas del panteón se agitaban, querían romperse, un clamor de libertad, un gloria al bravo pueblo de ultratumba. ¿Qué mierda era ese sonido? ¿Alguien atrapado en el mausoleo de Bolívar? ¿Algún necropatriota había tenido una idea similar a la mía con los libros? Con las manos hechas puños me atreví a subir hasta el Panteón y lo vi todo, aunque no me crea nadie, no pude haber visto otra cosa: los próceres de la patria, cada venezolano ilustre que mora entre los pisos de aquel lugar, ahora cargaba contra las rejas, empujaba y rumiaban, todos a la vez, y al verme, al verme enloquecieron, como si mis débiles piernas fuese palos de shawarma humeantes, como si yo fuese un raspao de kolita en el desierto, y justo cuando mi cerebro terminó de procesar lo que acababa de ver, la reja estalló, se vino al piso, y Páez y Guzmán Blanco y Doña Cáceres de Arismendi y los hermanos Monagas y Teresa Carreño y los escritores: Simón Rodríguez, Gallegos, Baralt y Andrés Eloy Blanco, y Pérez Bonalde (sobre todo Pérez Bonalde), se vinieron hacia mí, cayéndose a pedazos, arrastrándose en un amasijo de órganos fosilizados y extremidades, corrieron hacia mí y yo corrí en sentido contrario, y me encerré en la Biblioteca, y me perdí un día entero en los pasillos de los sótanos, esperando que ninguno de ellos nunca, nunca me encontrara, que ninguno de esos 142 muertos viniera a dar conmigo. DÍA 18 Los veo desde el ventanal de Libros raros. Están todos abajo, en la puerta principal, esperándome. Entre Razetti y Vargas rearmaron los restos de Bolívar, él se pasea dando órdenes y repartiendo medallas. No les voy a dar el gusto. Les asomo las nalgas a través del cristal, parecen enloquecer (si es que logran verme). El piar del gavilán comenzó de repente y todos se dispersaron, todos menos Pérez Bonalde, que se ha quedado mirando en dirección a las cornetas, lo veo mover los labios pero no me atrevo a descifrar qué dirá. Porsiacaso bajé a barricar las entradas, todos los parapetos de las expos me han ayudado a que todo quede bien tapiado. Igual confío en que las santamarías aguantarán las arremetidas de un montón de huesos viejos. No he podido leer ni estar solo. Me he acercado a donde está la gata. Está —como es lógico— muy inquieta. Subí de nuevo al ventanal y se habían reagrupado. Las descompuestas mentes militares de estos hombres todavía funcionaban. Yo los veía escondido entre montones de libros, pero repentinamente Bolívar levantó la cabeza (con ayuda de Vargas) y me apuntó (con ayuda de Razetti) con la vaina vacía de su espada, emitió un grito de mudo, y su cabeza se desprendió nuevamente. No sé si pueda dormir esta noche, espero impaciente el canto del gavilán. DÍA 21 Ya no me intimidan los cabrones... se han dado cuenta que no podrán conmigo. Les he mostrado de qué estoy hecho. Reventé el ventanal y les llovió vidrio, como si fuera mantequilla de pielzombie. Luego les lancé un par de mesas, un busto de Bello que descansará tranquilo allá en Santiago y diversos ejemplares de los libros más gordos sobre El Libertador. Los he visto llorar (sobre todo a Pérez Bonalde) lo he visto maldecirme en un dialecto zombie, sólo Andrés Eloy ha parecido perdonarme, pero lo cierto es que todos se han retirado, no me imagino a dónde, y ni idea si volverán. Creo que han entendido que conmigo no se juega. Hoy vuelvo a leer tranquilo. DÍA 23 Amanecí cansado. La gata estaba violenta y luego entendí por qué. Teníamos compañía. Una rata enorme andaba comiéndose un ejemplar ilustrado a mano de los viajes de Humboldt por el Orinoco. Acorralé a ambos animales en la oficina del coordinador de Libros raros. Los oigo pelearse, yo mismo estoy muy molesto, quiero que se despedacen, no quiero que quede nada de ellos, sólo yo en mi fortaleza nacional. Afuera los próceres casi ya no hacen ruido y adentro encerrados la gata y la rata. A ver quién gana. Gano yo. Siempre gano yo... VICE 73
- Page 1 and 2:
Ficción Volumen 9, número 5 GRATI
- Page 3:
LA DIVERSIÓN LA LLEVAS DENTRO
- Page 7 and 8:
64 LAS COSAS INCOMPLETAS POR FÁTIM
- Page 10 and 11:
Tan grande la palabra: Latinoaméri
- Page 12 and 13:
12 VICE
- Page 14 and 15:
VOLVER A COMER DEL ÁRBOL DE LA CIE
- Page 16 and 17:
VOLVER A COMER DEL ÁRBOL DE LA CIE
- Page 18 and 19:
18 VICE
- Page 20 and 21:
1995 por Maximiliano Barrientos Apa
- Page 22 and 23: 22 VICE
- Page 24 and 25: 24 VICE
- Page 26 and 27: ORO por Romina Reyes Pero no eres m
- Page 28: ORO por Romina Reyes *** Felipe est
- Page 31 and 32: “Voy a hacerte lo que a nadie le
- Page 33 and 34: —Negra, no dejes que los oídos s
- Page 35 and 36: MONÓLOGO DE UNA FOTOCOPIADORA XERO
- Page 37 and 38: se apoderó de sus extremidades, su
- Page 39 and 40: VICE 39
- Page 41 and 42: ióloga, de la familia, los paseos
- Page 43 and 44: QUÉ HACER por Bruno Lloret baño m
- Page 45 and 46: Todo empieza con el recorte del per
- Page 48 and 49: EL CAPITALISMO POR VERÓNICA GERBER
- Page 50 and 51: 50 VICE
- Page 52 and 53: SI ES ARGENTINO Y TODAVÍA (INICIÉ
- Page 54 and 55: SI ES ARGENTINO Y TODAVÍA por Milt
- Page 56 and 57: 56 VICE
- Page 58 and 59: mansos y cansados, manos agrietadas
- Page 60 and 61: ODISEA DE LOS NIÑOS PERDIDOS por V
- Page 62 and 63: trataron de idiota, lo trataron de
- Page 64 and 65: LAS COSAS INCOMPLETAS POR FÁTIMA V
- Page 66 and 67: de madera, las manos untadas de san
- Page 68 and 69: 68 VICE
- Page 70 and 71: LIBRETA DE BOLETAS por Domingo Mich
- Page 74 and 75: LUCHITOOOOO POR SILVIA STORNAIOLO I
- Page 76: LUCHITOOOOO por Silvia Stornaiolo F
- Page 79 and 80: VICE 79
- Page 81 and 82: hay: el irrefrenable asentamiento d
- Page 83 and 84: protector de Yorgos. Trenes al alba
- Page 85 and 86: casa de las más refinadas y descom
- Page 87 and 88: RACISTA FRAGMENTOS DE LA NOVELA IN
- Page 89 and 90: el agua cercando el Monte, la abad
- Page 91 and 92: LO QUE IMPORTA ES QUE LO ARREGLEN P
- Page 93 and 94: penumbras: se han apagado los semá
- Page 95 and 96: CATÁLOGO RAZONADO POR LEONARDO SAB
- Page 97 and 98: imágenes Dimitrescu. Después, Las
- Page 99 and 100: MIEMBROS FANTASMA POR FERNANDA TRÍ
- Page 101 and 102: Para entonces hacía cuatro meses q
- Page 103 and 104: Empezó a visitarlo una vez por sem
- Page 105 and 106: cambio, aceptó una copa de vino.
- Page 108 and 109: 108 VICE
- Page 110 and 111: PHELA LE por Humberto Bas encontré
- Page 112 and 113: 112 VICE
- Page 114: PHELA LE por Humberto Bas se resist