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Rubias e it girls guayacas; ellas son las chicas de portada. Parecidas en muchos aspectos y radicalmente
opuestas en otros. Fueron escogidas, ya que siempre, desde sus espacios, dan de qué hablar; unas desde
hace años, y otra en los últimos meses, con intensidad. Luego de que posaron para la portada, me di cuenta de
que dos de ellas compartieron dos relaciones sentimentales, no al mismo tiempo, claro; es decir, no en su año,
por eso no les hizo daño. Y las otras dos compartieron haber participado en el reinado de Guayaquil. Dueñas de
una gran personalidad, espíritu libre y vivaz, no hay duda de que son ¡superexitosas!
Carolina Jaume para Mariela TV
y revista Mariela, ¡Qué gusto, mi
Caro! ¿Cómo andas?, ¿cómo estás?
Todo bien, más aliviada. Desde que
nos graduamos de la universidad, estoy
aliviada.
Se te está cayendo…
¿Qué? ¿Las chichis?
No, el choker.
Es que ando pescuezuda.
Las chichis se te cayeron hace
tiempo (risas).
Ando con pie de amigo, en vez de sostén.
Ya mismo voy donde el doctor
Bora para que me aa un B.
¿Y cuál es el ABC que quieres?
Hacerme una liposucción. Hay rollos
que no he podido eliminar después del
embarazo; son como unos tres rollos.
Pero son los rollos de tu hijo, mi
amor, que es una belleza.
Es una belleza.
¿Cuántos años tienes, Carolina?
31.
Eres una bebé. Pero tú sabes que
la gente te ubica como mayor, no
por los años que tienes.
Sino por los años de carrera.
¿Cuándo comenzaste?, ¿cómo fue?
Trabajé en Danzas Jazz. Empecé a
modelar con Denisse Klein, tenía 15,
6 años, pero siempre parecí mayor,
por los años de carrera. Ahora, la
ente dice a de tener 36, pero no.
Tengo 31; yo he vivido bastante.
Has vivido bastante e intensamente.
Intensamente, claro… Born to be wild.
Nacida para ser salvaje... ¿Eres
salvaje, Carolina?
Creo que todos tenemos una dosis
de salvajismo en nuestras vidas, en
un montón de cosas. Yo creo que soy
salvaje para defender a mi familia; lo
soy para defender mis opiniones.
Hay una entrevista en la que estás
con Catrina Tala, y que está
dando vueltas.
¡Uy!, ¡qué chistosa!
Pero tú dices una cantidad de cosas,
Caro.
Me había pegado unos tragos, Mariela.
A mí no me da vergüenza: sí, es
verdad. Cuando sucedió la entrevista,
pasaba por un momento emocional
muy fuerte; había sufrido mucho, tenía
resentimiento acumulado, y creo
que despotriqué más de lo que debía;
no me arrepiento de lo que hice.
¿No te arrepientes?
No me arrepiento porque esa soy yo.
¿Es que te toca arrepentirte?
No me toca arrepentirme. Me pueden
decir arrabalera, mal hablada, pero
nunca e robado, no teno esos karmas
nunca he matado a nadie. Vergüenza,
para mí, es eso. Entonces, eso fue un
momento de impertinencia extrema.
Pero estabas con un corazón dañado.
Estaba con un corazón herido, tan
cargada, y tuve esta situación particular
con la persona con la que pasó
el incidente.
¿Y quién era?
Una modelo. Y salía, en ese entonces,
con Douglas, o sea, me puso los
cachos con ella y yo los pesqué. Y
después de este incidente fue la entrevista
con Catrina, y antes de eso
me había pegado una botella de vino
y despotriqué la peor esencia de mí,
pero ya está… a mí no me importa, yo
soy así. He mejorado, sí; he cambiado,
sí... Eso no me hace mala persona.
¿Sabes lo que a veces me dicen de
ti? Que eres un poco bipolar. Conmigo
siempre eres divina… ¿Qué
hay de cierto en eso?
La gente piensa lo que le da la gana,
porque principalmente yo no salgo en
televisión victimizándome ni juzgando
al resto por mis propios errores; yo
los asumo. A mí toda la vida no me
ha importado lo que piensa la gente
que me rodea a mí. En los canales
donde he trabajado, jefes, productores
y directores siempre han tenido
una buena referencia de mí; por eso
siempre tengo trabajo; por eso siempre
de donde he salido me vuelven a
llamar, y no es por casualidad, es porque
realmente no molesto. Gracias a
Dios siempre he gozado de tener muy
buen estatus dentro de la televisión,
de poder cobrar lo que quiero, de poder
tener permanencia.
Porque eres guapa, porque vendes
y porque no eres complicada.
Pero es contradictorio, porque
por un lado puedes ser problemática
con la gente, pero por otro
lado cuidas tu trabajo.
Puede ser que me haya pegado mis
rayes con la gente; pero a mí no me
importa ser problemática con la gente,
me importaría si fuese con mi familia,
con mi trabajo o con mis amigos.
Estuvimos dos años en el mismo
salón de estudio y hacías unos
comentarios que solo tú podías
decir. A ciertas personas les pudo
haber molestado.
Terminé siendo una de las más queridas.
A mí no me incomodaste, pero sabes
que eres polémica.
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