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Excodra XXI: El poder

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IV<br />

Último asalto: Ser consecuente con las propias ideas<br />

Evidentemente, Foucault no se ha quedado en la crítica árida, sino que ha<br />

aportado herramientas para contrarrestar con movilidad el anquilosamiento<br />

traído por el marxismo del siglo XX. Una de esas premisas es su “método<br />

genealógico”, con el que buscó desmontar los mecanismos de la escritura de la<br />

Historia como herramienta de dominio. Para el marxismo, el presente emerge<br />

como una culminación del pasado, como un ordenamiento encadenado cuya<br />

consecuencia es el presente, ya que considera a la Historia como una<br />

documentada lista de hechos políticos y militares. Foucault siempre sostuvo<br />

que esa defensa de la continuidad no es más que un abrigo con el que los<br />

historiadores se cobijan para que el análisis de la Historia siga siendo una<br />

herramienta de <strong>poder</strong>. ¿Su solución? Establecer un análisis discontinuo de la<br />

Historia, esto es, dar con la singularidad de los acontecimientos sin depender<br />

de los ecos pasados, a fin de demostrar que todo hecho no tiene tras de sí un<br />

secreto “esencial” perdido en un ayer inaccesible, un secreto que,<br />

generalmente, únicamente detentan quienes trazan las líneas históricas. La<br />

ruptura de esa continuidad rompe así la tiranía del saber, del <strong>poder</strong> de la<br />

razón que utiliza al sujeto como un objeto, y ubica al sujeto­autor en una<br />

posición de <strong>poder</strong> que genera discursos parciales, nunca objetivos.<br />

A pesar de estas propuestas, su discurso del <strong>poder</strong> le reportó a Foucault<br />

varapalos de uno y otro bando del espectro filosófico. Habermas, Touraine o<br />

Giddens coincidieron en que la excesiva “ontologización” del <strong>poder</strong> no permite<br />

encontrar una vía de escape a la postura englobadora y totalizante de ese<br />

<strong>poder</strong> que tanto critica. Ante estas posiciones reprobatorias, Foucault las<br />

rebate aseverando que sus ideas no son conceptos acabados, sino apenas

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