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o cosas así. Por supuesto, nunca conviene entrar hablando en<br />
un área de alta intensidad, es mejor comenzar con pavadas y<br />
poco a poco la gente se va abriendo. Aunque hay muchas de<br />
esas pavadas que tienen escondida una profundidad notable.<br />
–¿Y cómo hace para encontrar lo diferente en lo cercano?<br />
Hay que saber entender qué es lo que vamos a buscar.<br />
Para las comunidades indígenas, por ejemplo, lo importante es<br />
el monte. Para los inmigrantes, para nuestros abuelos, lo más<br />
importante era la casa. La gente que vive en la selva o el monte.<br />
Levantan una casa aquí y después otra a diez kilómetros.<br />
Como me dijeron, el monte te da de comer, diversión y farmacia.<br />
A partir de esto que parece tan simple se revela otra forma<br />
de percibir la vida. En Santa Rosa me invitaron a una Feria del<br />
Libro y como estoy interesada en los animales, pedí que me<br />
presentaran a una persona del campo que tuviera algún tipo de<br />
contacto particular con ellos. En la ciudad encontré un señor<br />
Miguel que es ornitólogo y me llevó al campo a conocer a otro<br />
señor Miguel que también es ornitólogo. El ornitólogo del<br />
campo se nos apareció con una de esas tablas de asado llena de<br />
manzana picada, frutas y verduras. Yo quedé asombrada, pensé<br />
si eso era para nosotros. No, era para alimentar a los pájaros.<br />
Él tiene un campo chiquito. Los hermanos son cazadores, pero<br />
él no. La casa es como cualquiera, y no volvió a ser pintada<br />
desde el momento en que se erigió, en 1947. El hombre vestía<br />
de manera humilde, con esa ropa de campo algo decolorada,<br />
tiene un autito, teléfono y televisor. Pero la mayor parte de su<br />
dinero lo emplea en mantener a las aves. Comen en orden: primero<br />
los caranchos, después los chimangos, y así. Los pájaros<br />
son silvestres, están en los árboles. Les arregla los nidos para<br />
que estén más confortables, en fin, hace miles de cosas por el<br />
estilo. Desde nuestra perspectiva, lo que haríamos sería pintar<br />
la casa. Pero la casa más cercana este hombre la tiene a no sé<br />
cuántos kilómetros. No tiene que cotejar nada. Muchas de<br />
nuestras necesidades provienen de compararnos con el vecino,<br />
con el de al lado o el de más allá. Y si el hombre encuentra su<br />
felicidad allí, y no le hace mal a nadie, ¿para qué quiere tener<br />
más ropa o mejorar su casa cuando está cómodo?<br />
–Siempre se destacó como cuentista, y desde hace unos<br />
años sus libros se aplican a la crónica, ¿cómo convive<br />
con estas dos modalidades? Escribo dos clases de crónicas<br />
de viajes, dos tipos de impresiones. Una más libre, subjetiva,<br />
donde aparezco más yo, que son las que más se parecerían<br />
a un cuento. Y las que están más documentadas, con información<br />
relevante, unida a mis impresiones personales. Los<br />
géneros están muy mezclados. Hay cuentos que pueden ser<br />
leídos como crónicas y crónicas que son cuentitos.<br />
–Sus viajes se centran fundamentalmente en el país y<br />
América Latina. ¿No le interesaría hacer algo con destinos<br />
más exóticos, como África o la India? No, tendría que<br />
prepararme mucho para eso. No entendería nada, sería como<br />
un asalto a los sentidos. ¿Cómo hago yo para absorber todo<br />
eso? Tampoco me gusta la naturaleza plena, no me gusta el glaciar<br />
ni las ballenas. A mí me gustan los pueblos chicos, porque<br />
son abarcables, porque se los camina y se los conoce. Nací en<br />
un pueblo: me gustan los pueblos. Me resulta más difícil trabajar<br />
una ciudad grande. Los pueblos chicos son abarcables, me<br />
parecen literarios y además van con mi personalidad. Yo todavía<br />
hoy llego temprano a todas partes, todavía estoy acostumbrada<br />
a la matriz de tiempo de mi infancia. Como persona y<br />
como escritora, no soy campesina ni citadina ni conurbana: soy<br />
suburbana. En un pueblo me informo caminando, mirando las<br />
grafías, las plazas, yendo al café, preguntándole cosas a alguien.<br />
Aunque también estuve en algunas ciudades más grandes,<br />
como Córdoba, Rosario, La Habana, Quito, Lima, Arequipa o<br />
Nápoles. Quizás me gustaría hacer Nueva York. No lo sé… Por<br />
ahora prefiero mis mundos pequeños