Revista Sala de Espera Panamá Nro. 86 Septiembre - Octubre

mis favoritas 3de3
misma) al placer y a la vida en medio de una
situación familiar desgraciada y de desamparo,
me dio un referente distinto; además, el
poder de esta niña que no se victimiza como
mujer, sino que se apropia del derecho a disponer
y a gozar de su propio cuerpo y de su
destino por encima de su circunstancia me
habló de la clase de mujer que fue Duras. Su
escritura está llena de esa fuerza.
Descubrí a esta autora como parte
de un programa de lecturas de un grupo
conducido por Eleonora Croquer en
Caracas al que asistí por años, por la
buena conducción de Eleonora
y por las tardes de café
y conversa en torno a buenos
libros y a la vida. Leímos
El amante como contrapunto
al erotismo refinado de Los
cuadernos de Don Rigoberto, de
(Mario) Vargas Llosa; y hoy
sé que la literatura que verdaderamente
me gusta es la que
está escrita desde una experiencia
vital conmocionada”.
3 películas
“Cinema paradiso, de Giuseppe
Tornatore. Es hermosa
y humana, una mirada nostálgica
al pasado, un pequeño
homenaje al cine, una historia
de amor y amistad entre
Alfredo, el proyectista en el
cine de un pueblito italiano,
y un niño huérfano de padre,
encantador y despierto que se
apasiona por las películas. Me
gusta pensar que leí alguna
vez que la escena final es una
de las más bellas del cine. Yo
la atesoro y vuelvo a ella cada tanto a través
de su música, compuesta por Ennio y
Andrea Morricone.
Una noche caraqueña, en un tiempo
en que dos mujeres podían hacer eso
sin mayores peligros, una amiga y yo nos
encontramos en Parque Cristal, tomamos
el metro y llegamos al cine La Previsora
a la función de las 7. El cine estaba
casi vacío pues era día de semana y
Cinema Paradiso tenía tiempo en cartelera;
recuerdo que al terminar la película
tuvieron que pasar minutos para despertar
del hechizo que nos mantenía pegadas
a las butacas, con el corazón abierto y
despalabradas de tanto sentir.
Into the Wild, de Sean Penn. Basada
en el libro de J. Krakauer sobre Christopher
Mc Candless, el joven que a inicios de
los 90 encuentra la muerte en Alaska y se
convierte en inspiración de otros jóvenes
de su generación por su actitud valiente y
comprometida a vivir la vida de un modo
total y auténtico al margen de una sociedad
consumista, deshumanizada e hipócrita.
Lector de Tolstoy, Thoreau, London,
Alexander Supertramp (como se renombra
al despojarse de todo y perderse de su familia
para emprender el viaje hacia sí mismo),
carga unos pocos libros y un diario. El
guión, la fotografía, y la música (escrita
y compuesta por Eddie Vedder para esta
película), además de la fuerza de la historia
de Chris, hicieron que la comprara, cosa
que hago muy rara vez pues solo abro espacio
a los libros.
Esta película cerró años de encuentros
de lo que entre amigos llamamos un
‘cine club’ y que sesionó en Caracas hasta
que tuvo que ser disuelto porque emigramos
casi todos. Quizás por eso la cargo
conmigo; esos modos que tiene la nostalgia
de asirse a los objetos.
Primavera, verano, otoño, invierno... y
primavera, película surcoreana de Kim
Ki-duk. Narra de ese modo lento y poético
y hecho de silencios que a veces tiene
el cine oriental el ciclo de la vida transcurriendo
en un monasterio budista en
medio de un lago. Las etapas se suceden
y el que una vez fue aprendiz, termina
siendo el maestro del que comienza, en
esta sucesión infinita que tanto nos cuesta
a los occidentales aprehender, empeñados
como estamos en aferrarnos a una
visión individual y lineal de la vida. La
tuve un par de veces y la regalé un par de
veces con la sensación de que le daba al
otro algo importante”.
3 discos
“La música es un lenguaje
fascinante que me resulta
ajeno. Valoro su impacto en
mí, de hecho, escribo mejor
con música de fondo, pero no
cultivo una relación especial
con el mundo musical y soy
de gustos simples nada refinados
ni educados.
Como álbum, The Wall,
de Pink Floyd, me gustó a
los 18 y me gusta a los 54 con
la misma fuerza. Como en
general las letras son importantes
para mí, las de esta
banda me parecen inteligentes,
críticas y actuales, además
de literarias. Por otra parte, su
música tiene una marca propia
inconfundible.
Por lo demás, detesto esas
mezclas que pasan de una canción
a la otra sin ton ni son,
pues me complace pasar y
repasar solo las que me gustan
al punto que mis hijos se desesperan
porque tienen sus años escuchando
las mismas, las de siempre: Meat Loaf,
Cat Stevens, John Denver, Neil Diamond,
Eagles, y algunas otras de los setentas;
de mi país, Franco de Vita sin duda.
Instrumentales, que me relajen. La salsa
me encanta solo para bailarla. Vivo un
tanto aislada de lo actual pues no tenemos
acceso a canales de televisión, no escucho
radio, no navego demasiado, cada vez
menos. En general, prefiero el silencio.
Si fueran 3 canciones en vez de 3 discos,
podrían ser ‘Hallelujah’ de Leonard
Cohen, ‘Wish You Were Here’, de Pink
Floyd, y ‘Vincent’, de Don Mc Lean.”
Septiembre - Octubre 2017 | www.revistasaladeespera.com
39