25.10.2017 Views

La Maquina de Ajedrez - Robert Lohr

Novela sobre ajedrez

Novela sobre ajedrez

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

sabía que eran tan gruesas que era imposible liberarse. Si nadie lo ayudaba <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

fuera, quedaría sepultado en vida, aporrearía las pare<strong>de</strong>s hasta que se asfixiara, se<br />

muriera <strong>de</strong> sed o perdiera la razón.<br />

Cuando Jakob y Kempelen apartaron la placa y sacaron a Tibor en brazos, vieron<br />

que estaba empapado en sudor y tan pálido como el rostro inacabado <strong>de</strong>l androi<strong>de</strong>.<br />

Kempelen le trajo un vaso <strong>de</strong> agua y Jakob un paño. El enano se sintió aún más<br />

pequeño, mientras, sentado en una silla, se secaba el sudor, con Kempelen y su<br />

ayudante a su lado mirándolo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> arriba.<br />

—¿No me habrás ocultado algo? —preguntó finalmente Wolfgang von Kempelen<br />

cuando Tibor hubo vaciado su vaso.<br />

—No. Ha sido la oscuridad.<br />

—Te daremos una vela.<br />

—Me acostumbraré. Lo prometo.<br />

Kempelen asintió con la cabeza, pero no apartó la mirada <strong>de</strong> Tibor. Jakob ya<br />

volvía a sonreír, divertido.<br />

—Un enano con miedo a la oscuridad. ¡Prodigio sobre prodigio! Pensaba que<br />

vuestras minas eran oscuras como boca <strong>de</strong> lobo.<br />

Así acabó la jornada <strong>de</strong> trabajo para Tibor, que se retiró a su habitación. Kempelen<br />

le dio un pequeño tablero <strong>de</strong> ajedrez y todos los libros que tenía sobre el tema —El<br />

ajedrez o el juego <strong>de</strong>l rey <strong>de</strong> Selenus, El arte <strong>de</strong>l ajedrez <strong>de</strong>l rabino Ibn Ezra, Essai sur lejeu<br />

<strong>de</strong>s échecs <strong>de</strong> Stamma y una copia <strong>de</strong> sus Secretos <strong>de</strong>l ajedrez, el famoso El arte <strong>de</strong><br />

convertirse en un maestro <strong>de</strong>l ajedrez <strong>de</strong> Filidor, y por último, traído <strong>de</strong> Venecia y recién<br />

salido <strong>de</strong> la imprenta, Il giuoco incomparabile <strong>de</strong>gli scacchi—, y lo animó a que los<br />

estudiara en las siguientes semanas para perfeccionar su juego. Tibor había oído<br />

hablar <strong>de</strong> aquellos libros, pero nunca había llegado a ver ninguno. Y ahora tenía seis<br />

en sus manos. Dejó el libro <strong>de</strong>l judío para el final, y abrió primero el <strong>de</strong> Stamma,<br />

pero comprobó, <strong>de</strong>cepcionado, que no era una traducción alemana, sino una edición<br />

francesa. Trató <strong>de</strong> <strong>de</strong>scifrar el contenido, pero era un trabajo arduo y acabó por<br />

per<strong>de</strong>r la concentración, ya que imaginaba cómo Kempelen y su malvado ayudante<br />

estarían discutiendo si Tibor era el hombre a<strong>de</strong>cuado para presentar la máquina <strong>de</strong><br />

ajedrez ante su majestad la emperatriz. En lo esencial, sus dudas sobre el proyecto no<br />

habían disminuido, pero eso no era obstáculo para que le disgustara que otros<br />

pudieran dudar <strong>de</strong> él.<br />

Por la tar<strong>de</strong>, Tibor fue llamado al primer piso, para conocer allí, en el salón, a la<br />

esposa <strong>de</strong> Kempelen, Anna Maria, y a su hija, Mária Teréz. Anna Maria von<br />

Kempelen era una mujer <strong>de</strong> pelo castaño, <strong>de</strong>lgada y <strong>de</strong> aspecto agradable, pero una<br />

permanente expresión <strong>de</strong> recelo estropeaba sus rasgos. Durante todo el rato sostuvo<br />

a la niña en brazos, aunque estaba dormida, y Tibor tuvo la impresión <strong>de</strong> que solo lo<br />

hacía para no tener que darle la mano. Kempelen había hecho preparar café y pastas,<br />

<strong>de</strong> modo que Tibor se quedó allí sentado, comiendo pan <strong>de</strong> especias y bebiendo<br />

auténtico café con nata en porcelana fina. Kempelen no permitía que se produjera un<br />

solo instante <strong>de</strong> silencio embarazoso: el caballero hablaba sin cesar, tratando <strong>de</strong><br />

interesar a Anna Maria por Tibor y a la inversa. Habló sobre la aventura <strong>de</strong> Tibor y<br />

- 22 -

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!