Desarrollo_emocional_0a3_simples
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<strong>Desarrollo</strong> <strong>emocional</strong>.<br />
Clave para la primera infancia<br />
3. Signos de alarma<br />
Signos de alarma<br />
¿Sufren los bebés?<br />
Sí, los bebés pueden sufrir y el modo en que muestran este sufrimiento, al igual que sus efectos, es<br />
diferente del que encontramos en niños mayores, adolescentes o adultos. Existen diversos signos que<br />
muestran el sufrimiento de los bebés cuando surgen dificultades, que se despliegan en los modos de<br />
vinculación que establece el niño con los demás. Estos signos se manifiestan de dos maneras diferentes:<br />
• Hay niños que externalizan sus manifestaciones de sufrimiento a través de signos ruidosos<br />
y “molestos”, de hiperactivación, como la excesiva actividad, la impulsividad, la agresión, el<br />
desafío hacia los adultos. En los bebés se puede registrar hipertonicidad*, motricidad activa<br />
pero desorganizada, dificultades para relajarse y dormir o llantos incesantes que no responden<br />
a los intentos de consuelo del adulto.<br />
• Hay niños que manifiestan el sufrimiento de modo más silencioso, a través de síntomas internalizados,<br />
en los que lo distintivo es la retracción física y <strong>emocional</strong>. Encontramos entonces<br />
indicadores de depresión, conexión escasa con el entorno, ansiedad o temores sin una justificación<br />
clara, dificultades para separarse del adulto e inhibición frente a estímulos nuevos.<br />
Estos indicadores no suelen llamar la atención y en estos casos, se corre el riesgo de que el<br />
sufrimiento del niño pase desapercibido y que su desarrollo se encuentre en dificultades sin<br />
recibir la debida atención.<br />
¿Qué son los signos de alarma?<br />
Los signos de alarma son alteraciones de lo esperable en la senda del desarrollo, que se ponen de<br />
manifiesto en la observación de los bebés. Son indicadores de sufrimiento subjetivo y vincular, y<br />
todo aquel que esté en contacto con un bebé puede observarlos y tratar de comprenderlos en<br />
la medida en que los reconozca y se encuentre sensibilizado con ellos.<br />
En los niños, un signo de alarma es una búsqueda de salida de una problemática, por lo tanto, para<br />
poder atenderla debidamente, lo importante es escucharlo, entenderlo y hacer algo al respecto.Son<br />
signos de alarma aquellas dificultades que se presentan regularmente, que persisten con intensidad<br />
fuerte o mediana y que desbordan las capacidades de tolerancia y contención de los cuidadores primarios.<br />
Por otra parte, la observación de un signo de alarma debe funcionar como una alerta y orientar la<br />
intervención para prevenir la configuración de algún trastorno. Nunca un signo de alarma en sí<br />
mismo tiene la categoría de un diagnóstico: son orientadores de sentido, indican la posibilidad<br />
de desarrollar a futuro una dificultad severa.<br />
Es importante destacar que cualquier signo de alarma deberá ser pensado en función del momento<br />
madurativo del niño y siempre en el contexto específico de cada cultura y cada comunidad. Para ello,<br />
y para observar a un niño pequeño, proponemos recorrer cinco indicadores del desarrollo de un<br />
bebé y sus vínculos, que permiten describir un desarrollo esperable y en armonía o, de lo contrario,<br />
advertir señales de sufrimiento temprano 13 . Los indicadores son:<br />
13 Crespin, G. (2002): “La clínica temprana, I y II” (manuscritos no publicados). París. ; Crespin, G. (2004) :<br />
Cuadernos de Préaut: Aspects Cliniques et pratiques de la prévention de l’áutisme. París: L’Harmattan/Penta.<br />
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