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TANATOCRONODIAGNOSTICO<br />
con dos o tres años de inhumación para que desaparezcan en su mayor parte los tejidos<br />
blandos, mientras que los ligamentos y cartílagos resisten más, no llegándose a la tonta<br />
esqueletización hasta después de cinco años.<br />
Si se trata de una exhumación, después de haber obtebido del director del cementerio<br />
informes acerca de la rapidez con que la putrefacción se efectúa de ordinario, es a veces<br />
posible indicar, según el estado de los órganos de cadáver, la fecha de la muerte con dos o<br />
tres meses de aproximación. Si el cadáver ha permanecido al aire libre, las variaciones son<br />
más amplias y dependen en gran medida de las condiciones individuales y ambientales del<br />
caso en estudio.<br />
En realidad, no hay ninguna ley que rija la marcha de la putrefacción, rápida en ciertas<br />
condiciones, de una lentitud sorprendente en otras. Por su parte, las transformaciones<br />
conservadoras de los cadáveres (saponificación, momificación) pueden modificar los plazos<br />
de destrucción del cadáver, aunque en algunos casos sean capaces de proporcionar por si<br />
mismos indicios cronológicos.<br />
La prudencia en las conclusiones en esta fase de la evolución es tanto más necesaria<br />
cuando que son posibles errores de dos o tres años en la determinación de la data de la<br />
muerte. Lo que ha inducido a los investigadores a buscar elementos de juicio que suplan<br />
tales deficiencias.<br />
Entomología Cadavérica.<br />
En los primeros instantes que siguen a la muerte, y a veces ya la agonía, ciertos insectos<br />
acuden a poner sus huevos sobre los cadáveres, en los que eligen determinadas partes:<br />
hendidura palpebral, comisura de los labios, abertura vulvar, etc. Una vez inhumado el<br />
cadáver, se encuentra ya sustraído a la acción de nuevos insectos, pero es presa entonces<br />
de las larvas nacidas de los huevos depositados antes de la inhumación y que se alimentan<br />
de su sustancia en el féretro. Si el cadáver permanece al aire libre, intervienen sin cesar<br />
nuevos insectos quem por si solos o mediante sus larvas, lo atacan y devoran hasta hacer<br />
desaparecer completamente sus partes blandas.<br />
Bergeret tuvo, en 1855, la idea de aplicar la entomología a la determinación de la muerte.<br />
Los estudios primitivos de este autor, los de Orfila, Redi, etc, sirvieron de punto de partida a<br />
Brouardel para solicitar el concurso de Megnin, quien los amplió y sistematizó, aunque<br />
falseándolos, en su afán de dar un esquema preciso.<br />
Megnin designaba a toda agrupación de insectos que contribuye a la destrucción del<br />
cadáver en un período determinado con el nombre de cuadrilla de obreros de la muerte.<br />
Según el autor, los insectos de los distintos grupos no se presentan a la vez en un mismo<br />
cadáver; se sustituyen los unos a los otros, estando atraídos cada grupo por una etapa<br />
especial de la fermentación cadavérica, encargándose de cierta parte de la faena de la<br />
detracción, a la que no puede proceder hasta que las cuadrillas que los precedieron han<br />
terminado su cometido. Las especies que componen cada grupo pueden variar con la<br />
http://www.gratisweb.com/prensapopular/TANATO2.htm (12 de 15)03/05/2004 04:04:14