REVISTA OCTUBRE 2018

Mundo Plural
1-Relaciones con funcionarios públicos o entidades de
gobierno: se pueden apreciar a la luz del alto grado
de impunidad con que ejercen sus actividades, logrando
resultados beneficiosos a la sombra de
“acuerdos” o intereses en común, no siendo dichas
metodologías exclusivas del narcotráfico, sino de distintos
grupos delictivos.
2-Relaciones con determinados sectores sociales: la penetración
de los grupos criminales dedicados por ejemplo
al narcotráfico en distintos estratos sociales, se
puede observar desde un amplio espectro de modalidades,
que van desde el reclutamiento de nuevos
integrantes (por ejemplo los denominados
“soldaditos” en barrios de emergencia), hasta nutrirse
de sectores sociales con un nivel cultural y de ingresos
supuestamente “elevados”, pero que son utilizados
como puente para el ingreso a dicho tipo de
mercado. (por ejemplo, la distribución de drogas sintéticas
en fiestas electrónicas), o la utilización de profesionales
de la economía para el lavado de activos.
3-Relaciones comerciales necesarias con sus socios, proveedores
o clientes: la dimensión de este tipo de negocios
ilegales, se puede explicar o sustentar bajo el
formato de una gran red o empresa criminal, con
roles previamente determinados, conformando una
verdadera sociedad ilícita que procura dividendos,
mutando y adaptándose al mercado económico que
deberá satisfacer. Es por ello que se establecen lazos
a fin de maximizar las ganancias por la venta o distribución
del producto, a fin de la obtención de materia
prima, procurar su traslado, etc.
4- Relaciones violentas y no violentas con otros grupos
criminales: a modo de intentar demostrar superioridad
sobre un territorio, mantienen disputas por su
control (quedando abarcados tierra, aire y mar). Dichas
metodologías afianzan la participación del grupo
en el lugar y a la vez es una demostración del poder,
para aquellas facciones de menor envergadura.
Fragmentación.
Hablamos de diáspora, porque la misma implica la dispersión
de grupos étnicos o religiosos que han abandonado su lugar
de origen y que se encuentran repartidos por el mundo, viviendo
entre personas que no son de su mismo origen. El análisis
de la fragmentación que se experimenta en ciertas organizaciones
criminales transnacionales, nos puede explicar o justificar
la escisión o desmembramiento de ciertos grupos que
centraban sus actividades en determinadas regiones del continente
americano y que “migraron” su actividad criminal por
razones que fueron explicadas en el año 2013 por distintos
doctrinarios.1
Los Estados de la región latinoamericana han utilizado metodologías
ligadas al uso de la fuerza y estrategias coactivas en la
denominada “guerra contra las drogas”, persiguiendo su prevención
y represión, sin lograr su objetivo, ni contener la difusión
o expansión de estos grupos criminales, procedentes de
otros territorios y mercados. La “mano invisible” del mercado
le ha ganado el pulso a la “mano dura” del Estado, demostrando
que la represión es insuficiente para dar respuesta a un
fenómeno complejo como el crimen organizado”. Consecuentemente
a estas políticas coercitivas, ha sobrevenido la fragmentación
de estructuras de dichas organizaciones, lo cual no
devino en la reducción de los factores de producción de recursos
y comercialización de la droga, sino en su diversificación
en distintas economías ilegales, generando nuevos horizontes
y mercados capaces de ser abastecidos.
Asimismo, en el documento se analizan otras formas de dispersión
de este tipo de organizaciones, explicadas sintéticamente
a continuación:
1 Los diversos autores a los que se hacen referencia los hemos analizado a apartir de (GARZÓN, PACHECO, OLINGER y SANTA-
MARÍA, 2013).