REVISTA OCTUBRE 2018

Mundo Plural
¿CÓMO HABLAS?
El modo en que utilizamos las palabras está comenzando a ser parte
del estudio de los científicos, ya no es charlatanería.
Casi inicio mi relato con la frase:
“debemos cuidar lo que decimos”. CANCELO.
Ahora lo corrijo “podríamos cuidar nuestras palabras”.
Lo que acabo de hacer es una de las primeras
cosas que aprendí de una gran maestra,
quién quizás fue tildada de “charlatana” en sus
principios. Ella es la famosa Louise Hay, quien
falleció en 2017 a los 91 años. Su libro “Ud.
puede sanar su vida”, no sé en cuántos idiomas
se ha escrito y cuántas ediciones tiene y
seguirá teniendo. Ella afirmaba, que la palabra
“debemos” o “debes” tendría que ser borrada
de los diccionarios, ya que cuando la utilizamos
dirigiéndonos a otros o a nosotros mismos, nos
estamos creando una culpa. Ejemplo de ello
dice: “debería levantarme más temprano”,
“deberías ordenar tu pieza”, etc.
Cuando hablamos de esta manera, lo
que hacemos en el otro o en nosotros, manifestar
que hay algo que está incorrecto, por lo tanto,
puedo sentirme culpable. Si en cambio utilizo
la palabra “podría” y me explayo así: “podría
levantarme más temprano”, en este caso es
una opción y de ella viene esta pregunta, a mí
misma: “¿y por qué no lo haces?. Pues porque
me acuesto tarde o me gusta hacer cosas en la
noche o rindo más trabajando en la noche, o la
verdad me gusta dormir. Y luego analizar cómo
van nuestros compromisos, ya sean laborales o
de familia. Si todo está bien, puedes seguir levantándote
más tarde y sin culpas, (gran tema:
“la culpa” y muy peligroso. Hay que desterrarla,
también).
Vuelvo al primer párrafo. Cuando utilizo
la palabra “cancelo”, (es la mía), posteriormente,
tengo que rellenar con la frase que considero
positiva o correcta. Ya que cancelo deja un
espacio vacío, y en piloto automático volveré a
colocar algo erróneo. Las palabras son creadoras.
Tanto la palabra, los pensamientos y los
sentimientos, tienen energía, y esa energía en
nosotros debe estar en armonía. Somos creadores
de nuestras circunstancias.
La frase positiva siempre tiene que ser
en tiempo presente, así no la veas tangiblemente
en tu actual presente. Pero ya lo has
creado, y está en camino. Se manifestará en tu
vida cuanto más fe tenga en ello y cuanta menos
resistencia le pongas. Si pones “PEROS”,
lo has cancelado. Ejemplo: “Quiero un auto”,
pero no sé si podré pagar el seguro y la patente.
Pues has cancelado el pedido, ya que tu
vibración y energía más fuerte es la del
“MIEDO” que la de la “FE”.
Hay que ser deliberados, cuando digo
que “las palabras, crean”, esto es verdad tanto
para las afirmaciones positivas como para las
afirmaciones negativas, por eso digo que no
tenemos que estar en piloto automático. Pueden
volver las memorias de la infancia y podría
estar pidiendo algo que no quiero. Y esto es lo
más común. Y esa gente que actúa de esta
manera, tratará por todos los medios de hacerte
ver que estás equivocado/a y dirán: “-no ves
la realidad?”.
Son personas que consumen todos los
días, ni bien despiertan, las noticias, y entonces
vibran desde temprano con los peligros de la
calle, con la inseguridad, con la crisis, con la
inflación.
En el gimnasio escuché: “Ya te llegó la
boleta de luz, con el aumento?” y la respuesta
del otro, y la continuación de la charla. Yo desde
mi bicicleta, cancelaba tanto para mí como
para ellos. Además me ocurre con frecuencia
que mientras otros afirman cosas similares, a
mí me llegan descuentos. O al menos lo que
me llega, puedo pagar. Porque intento focalizar
mi lenguaje en términos de prosperidad y abundancia,
y eso siento y eso vibro.
Si empleas un lenguaje positivo, vivirás
más años y podrás alcanzar metas que otros
en iguales circunstancias no pueden lograrlo.
EVITA EL PILOTO AUTOMÁTICO. Sé
deliberado en tus palabras. Somos generaciones
que traemos en nuestro lenguaje frases
que se corresponden con el miedo, y están tan
arraigadas que iniciamos frases con ellas. Esas
palabras eran útiles y siguen siendo para el
sentido que le daban nuestros mayores. Por
ejemplo nos decían: “Cuidado al cruzar la calle”,
“Cierra la ventana que te vas a enfermar”,